21/7/20

Xavier Rius: Junqueras, en vista de que volvéis a empezar, Catalunya está condenada a la esterilidad más absoluta o incluso a un conflicto civil. Está por ver si el citado conflicto incluye el derramamiento de sangre o será una especie de Ulster a la catalana con dos comunidades que no se soportan. Pero que sepas que a mí me tendreis enfrente

"Tras haber visto la entrevista de Junqueras en TV3 me reafirmó en lo que dije el sábado: no son héroes.


En el primer fin de semana de tercer grado los presos del proceso han sido recibidos con los brazos abiertos en los medios de comunicación públicos de la Generalitat. Ahora supongo que el Tribunal Supremo lo revocará -ya lo reconoció el propio Junqueras en TV3- y alimentará el victimismo. En la sala segunda del alto tribunal deben haberse arrepentido de haber hecho caso al juez Marchena y no haber fijado el cumplimiento de las penas.

Pero, como decíamos, Jordi Cuixart estuvo el viernes en Catalunya Ràdio. Precisamente el día de la despedida de Terribas.


Cuixart repitió el sábado por la noche en el FAQS junto a Raül Romeva y Josep Rull.

Viendo los aspavientos con que lo acogió la presentadora, Cristina Puig, ya se veía que aquello iría de buen rollo. Finalmente, casi dos horas de entrevista Junqueras en TV3 el domingo por la noche. Prime time.


El único momento en el que lo apretó Vicent Sanchis -por utilizar la terminología de Quim Torra- fue cuando le preguntó por las residencias. Que menos: ayer llevábamos 4.114 fallecidos en estos establecimientos. Junqueras echó balones fuera: “mire lo que pasa en el mundo”, “nos falta perspectiva histórica”. 
omo se sabe la gestión de las consejerías de ERC ha sido ejemplar. Chakir El Homrani continua en el cargo.

Aparte de eso más de lo mismo: “yo soy buena persona”, a independentista no le gana nadie, hay un “conflicto político” y que es mejor que Torra convoque elecciones que no que lo haga el Supremo.Como católico hasta dijo alguna mentira piadosa -en teoría la relación con Puigdemont es “cordial”- y evitó cualquier reproche a Torra. Todo ello con la inestimable colaboración de Vicent Sanchis.
 

En resumen, no hubo en ninguna de las intervenciones de este fin de semana el menor atisbo de autocrítica o voluntad de enmienda.


Por eso me asaltan algunas preguntas inevitables: ¿Qué esperaban? ¿Que se podía declarar la independencia con el 47% de los votos? Y no en unas sino en dos eleccions sucesivas.


¿Que el Gobierno se quedaría de brazos cruzados?

¿Que el Estado no haría nada?

¿Que los jueces no actuarían?

¿Que Europa nos recibiría con los brazos abiertos?


El momento cumbre de la entrevista fue, sin embargo, cuando Junqueras afirmó que los del PSC “tendrán trabajo para aguantarme la mirada, ellos han aplaudido la represión”. Él es el bueno, el resto somos chusma.


No, Oriol, no te metieron en la cárcel los del PSC. Ni siquiera los del PP o los de Ciudadanos. Te metieron en prisión unos jueces. Y después de haberos pasado por el forro cinco notificaciones del TC.


No entraré en el debate de si fue un golpe de estado posmoderno o una chapuza. Para mí fue una auténtica chapuza. Pero en cualquier país europeo si alguien hubiera cometido delitos equivalentes -romper el Estado, abolir la monarquía, proclamar la república, derogar el Estatut y la Constitución- os habrían condenado a penas similares o más graves. No es represión. Es estricto cumplimiento de la ley.  De acuerdo con unos delitos tipificados por el Código Penal.


Otra cosa es que fueráis de farol y creyérais que el Estado acabaría negociando una salida. Como Pedro Sánchez, que esperáis que os saque ahora las castañas del fuego. Sois como niños malcriados que cometen una travesura de las gordas y, cuando la profesora os riñe, os apresuráis a decir: "yo no he sido".


A nadie se le había ocurrido -en Madrid o en Bruselas- que representantes políticos elegidos por las urnas, con sueldazos superior a los 100.000 euros, despacho oficial, secretaria, coche también oficial e incluso escolta pudieran hacer algo semejante: lanzarse por el precipicio.


Por motivos de espacio no voy a hacer ahora el balance de los daños políticos, económicos, sociales e incluso psicológicos de la aventura. Siempre he dicho que los daños emocionales -la destrempera, la autoestima por los suelos, la vuelta a los tiempos de la tribu- serán superiores a los materiales pero tardarán más tiempo en salir.


Sin ir más lejos, el exconsejero Mas-Colell -en teoría el más inteligente de los de Mas- admitía este fin de semana en una entrevista: “la salida de empresas nos ha hecho mucho daño. Todos decimos que no nos ha hecho mucho. Pero nos ha hecho. Para que la imagen de salida de empresas fue fatal”. Y lo peor no es que se hayan ido, es que no han vuelto.

¿Pero cómo van a volver con Torra en Palau?


Más aún: ¿Qué confianza podemos transmitir al extranjero si las principales empresas de Catalunya han trasladado su sede fuera? Y acuérdate de que, en aquella entrevista con Xavier Graset tras el 1-0, tu dijiste que se habían ido “por los porrazos de la Policía”.


Por eso, habéis sido víctimas de la misma burbuja mediática que ayudasteis a crear. Lo que un día Rufián definió acertadamente como “independentismo mágico”. Aunque lo peor es que, transcurrido, el tiempo no he visto ni voluntad de enmienda ni de aterrizar en la realidad.


Claro que los entrevistadores también os lo han puesto fácil. Alfombra roja. Eran como los monólogos de Rahola. Sin réplica. Por eso, soy pesimista.


Sólo basta con ver los llamamientos de la confrontación que emanan desde Waterloo. La ruptura del marco político indepe o el temor que tenéis de cantarle las cuarenta a Puigdemont. Sois víctima del Síndrome de Estocolmo.


En vista de que volvéis a empezar, Catalunya está condenada a la esterilidad más absoluta o incluso a un conflicto civil. Está por ver si el citado conflicto incluye el derramamiento de sangre -de manera individual o colectiva- o será una especie de Ulster a la catalana con dos comunidades que no se soportan. Pero que sepas que a mí me tendreis enfrente. Aunque sea sólo con el uso de la palabra.


Ya habéis hecho demasiado daño. No sólo al independentismo sino también a Catalunya.

Es la hora de reaccionar. Y aquí cabemos todos: los indepes críticos, los catalanistas moderados, los socialistas, los ciudadanos, los populares.


El resto, como decía, no somos chusma. Somos ciudadanos. Tenemos nuestros derechos y también, por qué no decirlo, una idea de país que no pasa por el enfrentamiento sistemático."             (Xavier Rius, director de e-notícies, 20/07/20)

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