"(...) En la novela se habla del sentimiento de culpa. ¿Sigue
existiendo, quizá en esas generaciones mayores de 40 años, algo así como
cenizas psicológicas de lo que pasó en los años más duros del
conflicto?
Totalmente. Y no solo son los de más de 40 quienes soportan el impacto de la herencia de los Troubles.
Para mucha gente, algunos aspectos del conflicto no se han resuelto
nunca. En Belfast todavía tenemos barrios segregados y un sistema
educativo también segregado, y largos tramos del llamado Muro de la Paz
dividiendo a las comunidades nacionalista y unionista.
La violencia
sectaria continúa, aunque rara vez llega a aparecer en las noticias
fuera de Irlanda del Norte porque no es a la misma escala o frecuencia
que la violencia perpetuada que hubo hasta 1998.
Aun así, quizá el mayor
legado, y el más preocupante del conflicto, puede verse en el área de
la salud mental, donde tenemos unas tasas de suicidio increíbles y
problemas permanentes con la depresión, especialmente entre hombres
jóvenes. Esta es una sociedad que todavía tiene que arreglar las cosas
terribles de las que fue testigo en la cumbre del conflicto. (...)" (Entrevista a Jan Carson, Ignacio Pato, Apuntes de clase, 16/07/20)
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