"No pretendo convencer a nadie, pero no es ético que
en Cataluña tengamos que asumir leyendas como hechos históricos
incuestionables. La historia sigue abierta y permanece en construcción”. Así ha introducido el historiador Manuel Peña su libro Una historia no oficial de Cataluña, editado por Crónica Global, que se ha presentado este jueves en la Antigua Fábrica Damm de Barcelona.
En un acto que ha moderado el director adjunto del medio, Manel Manchón,
el autor ha explicado que no pretende "convencer" a nadie con su obra
"sino compartir una visión crítica sobre 50 momentos históricos en el
territorio". “El libro tiene muchas ideas escondidas, peligrosas
ironías. Es un híbrido.
No es una obra académica, sino una divulgación
en la que incluyo opinión", ha señalado. Unas páginas que ha "escrito
con empatía por Cataluña, por los catalanes y su mestizaje" y a través del que pretende desmontar una "historia de apropiación e invenciones".
“Este no es un libro con pretensiones de academicismo,
es un alegato crítico contra un discurso oficializado, la historia
canónica de Cataluña que hemos leído durante muchos años y que algunos
pretendemos cuestionar”, ha señalado el también historiador Ricardo García Cárcel, que ha escrito el prólogo de la obra. (...)
Peña combate en su obra el "narcisismo político supremacista.
Un continuismo político constitucional que presupone que el actual
presidente de la Generalitat sería el 131 y no el 10, como realmente
es", ha puntalizado García Cárcel. "El nacionalismo parte de la base que
el continuismo solo se ha roto porque las esencias catalanas fueron mal
formadas por España. Eso sucede porque se parte del principio de que
existe una confrontación entre Cataluña y España", ha añadido.
El autor también ha criticado que "Cataluña se vea
reducida a una historia maniqueísta, de buenos y malos, reduciendo todo a
dos bandos enfrentados", y ha denunciado el "victimismo" que supone esa
visión simplista de dividir a la sociedad del territorio.
"La preposición contra hay
que superarla, porque esconde el malditismo de la historia nacionalista
catalana. Es ese supremacismo el que hay que superar, esa idea de la
incidencia del castellano sobre el catalán erosionando el ejercicio natural del segundo, y que deja al primero como una maldición", ha señalado García Cárcel. (...)" (Crónica Global, 25/04/19)
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