"(...) - Yo soy agnóstico, pero dadas sus convicciones
religiosas déjeme hacerle algunas preguntas no relacionadas con el
libro. A veces se dice que el proceso tiene un cierto vínculo con el
carlismo. ¿Usted lo ve?
Yo no lo veo. Lo que veo es el empeño del carlismo, pero en cuanto al contenido propiamente dicho, yo creo que no.
- ¿Y cree que podemos llegar a las manos? Este
conflicto que tenemos ahora en Cataluña puede ir a más, incluso, ¿puede
haber violencia?
La posibilidad de violencia ha disminuido. Hace unos
meses, era mayor. Pero hay un aspecto muy importante: cuando un país
está dividido más o menos por dos mitades, las guerras son muy
frecuentes. Si una tendencia, la que sea, tiene un 70%, no existe este
peligro, se impone a las otras y no tienen más remedio -los guste o no-
que aceptarlo. En cambio, cuando están muy equilibrados el peligro es
enorme. El ejemplo es el actual Venezuela o la España de los años 30.
- ¿En Cataluña también existe el riesgo?
Cataluña en estos momentos tal vez está más tranquila.
Ahora veo un poco menos de posibilidades de llegar a la violencia, pero
si Puigdemont -lo ejemplifico con él, pero no sólo es él- sigue con esta
actuación de radicalidad, se puede llegar y puede ser muy grave. Para
mí la posición que ha tomado ERC es más razonable. Yo respeto y entiendo
que aspiren a la independencia, totalmente legítimo, pero esta
radicalidad ligada con la obstinación del carlismo: 'a toda costa',
'cuanto peor, mejor', eso sí puede llevar a esta ruptura tan fuerte
entre los propios catalanes.
¿Por qué creo que ha disminuido un poco?
Primero, porque la actitud de ERC no es tan extremadamente radical.
Quiere la independencia, pero no la unilateralidad. Y en segundo lugar,
porque creo que hay sectores de la misma exconvergència, quizás todavía
minoritarios, que empiezan a vislumbrar y a pensar otra vez en la
tercera vía.
- Pero estos sectores, en cierto modo, también son responsables de que estemos como estamos: en su momento no levantaron la voz.
Yo culpabilizo más al mundo empresarial más que aquellos
que pedían una tercera vía. El mundo empresarial estuvo muchos años sin
decir nada. Deberían haberse posicionado o al menos decir en voz alta:
"¿ustedes se dan cuenta de hacia dónde vamos con todo esto?", pero no lo
dijeron. Quizás porque ellos también tenían división.
En la PIMEC, por
ejemplo, aunque sea pequeña empresa, hay gente de todo tipo. Pero un
mundo que conoce lo que es el mundo internacional, atención como llevas
todos esto de la independencia porque te quedas más solo que la una. Y
esto puede conllevar gravísimas consecuencias.
Uno de los aspectos más
importantes del proceso es que se ha engañado sistemáticamente desde el
principio a la gente. El sentimiento que tiene mucha gente es legítimo,
la muestra son los resultados electorales que dicen que hay una parte
muy importante de la gente que quiere eso, y hay que respetarlo.
Ahora,
las formas como se ha hecho, el desconocimiento que tiene mucha gente,
incluso, gente teóricamente culta no se da cuenta cuenta de las
consecuencias. ¿Cómo es posible que no se den cuenta de ésto? Si uno
conoce las consecuencias y a pesar de todo, dice 'yo por aquí', de
acuerdo porque tú lo aceptas. Pero ahora, así por las buenas, es una
tontería." (Entrevista a Daniel Arasa, Xavier rius, director de e-notícies, 02/05/19)
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