"Hubo quien el 1-O utilizó a niños y viejos como
escudos humanos. ¿Para qué?: para “proteger” las urnas e impedir que las
policías las requisaran, en cumplimiento de lo que les ordenó el
Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Esto sucedió así, según testificaron varios agentes
del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), a menos que una —improbable—
prueba documental videográfica lo desmienta.
En la Escola Oficial d’Idiomes de Lleida se formó una
treintena de filas de votantes y amigos, “entrelazados” para taponar la
puerta y evitar el acceso de los uniformados.
Y en la primera de ellas se colocó a “personas de
avanzada edad y mujeres con niños de cuatro a ocho años”, aseguró ayer
el agente 87688.
De la Escola Verd, en Girona, tras formarse un
pasillo policial una vez que ya se había requisado el material, “salían
niños del interior, los interponían” entre los congregados y los polis,
relató el número 66.175.
En el colegio Projecte, de la zona alta barcelonesa,
en la barrera humana que bloqueaba el acceso a la sala de las urnas
“había ancianos y jóvenes, uno de ellos con síndrome de Down”, relató el
agente 119763.
“Había muchos ancianos sentados en el patio, los
retiramos cuidadosamente”, precisó a preguntas de la defensa de Oriol
Junqueras.
“¡Estaban ahi, gritando, entre ellos el chico del
síndrome de Down: hubo que retirarlo más cuidadosamente si cabe”,
añadió, con idéntica expresión, el inspector 087588.
¿Fueron casos aislados? ¿O icebergs
de una estrategia precalculada? El comandante 29100, segundo del
teniente coronel Baena, dijo anteayer que un mensaje al presidente de
Òmnium, de una tal Yolanda, le hablaba de llevar a los coles a chavales y
ancianos.
No fue exacto. El texto decía que convenía garantizar
“la presencia [en los colegios] de mucha gente de todas las edades”,
precisó luego. Pero ¿por qué esa pasión plurigeneracional? Verde y con
asas.
Antes, el secretario de Estado José Antonio Nieto, y el delegado del Gobierno, Enric Millo (4 y 5 de marzo) declararon que el major
Josep Lluís Trapero aseguró que la presencia de niños y ancianos sería
una línea roja para la intervención de los Mossos.
Y trataron de
responsabilizarle por ello.
Trapero explicó su línea roja: que no había prohibido
a los suyos el uso de la fuerza, pero que la emplearían en caso “de
violencia contra un agente” (14 de marzo).
El asunto de fondo es trascendente. Y sangra tanto, que merita toda la frialdad." (Xavier Vidal-Folch, El País, 17/04/19)
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