"(...) --Usted ha sido concejal en
Vic y ha visto la evolución del nacionalismo hacia el independentismo.
¿Pudo haber sido diferente en una ciudad que se ha convertido en el
corazón de ese movimiento?
--Difícilmente, porque ha habido una red de propaganda,
con un pujolismo corregido y aumentado, con redes de dependencia
enormes, con sueldos que dependen de esa influencia. Pero también se
depende socialmente de ello.
En la Cataluña interior quedas excluido si
no compartes el movimiento. Vives en el ostracismo y la gente se deja
llevar por el unanimismo, porque se prefiere estar con la mayoría, con
el que está en primer lugar. Pero que no hablen de la revolución de las sonrisas,
porque se han roto muchas cosas.
En algunos aspectos, con todas las
salvedades, se produce un clima similar al que dibuja Aramburu con Patria.
Lo que ha pasado con los lazos amarillos…
Mi generación ya no se creerá
nunca más el Parlament, se ha creado una distancia enorme con nuestras
propias instituciones. Y creo que el independentismo no ve cómo mantiene
similitudes con movimientos, como decía, similares a fenómenos como el
de Bolsonaro. Acabo de llegar de Brasil y lo he visto.
--¿Se puede decir que el catalanismo ha muerto definitivamente?
--El catalanismo histórico deberá hibernar una temporada. Creo que se puede llegar a un punto de encuentro a partir del federalismo,
con un acuerdo sobre valores y no sobre sentimentalidades. Ese
catalanismo ya no sirve, porque a partir de ahora se deberá hablar con
mucha más claridad.
(Entrevista a Josep Burgaya, ex-concejar del PSC de Vic, Manel Manchón, Crónica Global, 31/03/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario