"La Constitución estadounidense reconoce
desde hace 150 años el derecho a la ciudadanía por el hecho de nacer en
suelo estadounidense. Negar ese derecho a los hijos de padres que no
residen legalmente en el país es una idea que Trump ya había formulado
con anterioridad en su carrera política.
Pero, debido a que chocaría con
el enunciado de la 14ª enmienda, sería difícil llevar a cabo la medida
unilateralmente, e intentarlo desencadenaría, cuando menos, un intenso
debate constitucional.
“Somos el único
país del mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y ese bebé es
esencialmente ciudadano de los Estados Unidos durante 85 años, con todos
los beneficios. Es ridículo. Es ridículo. Y tiene que acabar”, ha dicho
el presidente, según extractos adelantados de la entrevista.
El anuncio
de Trump ha llegado acompañado de la ración habitual de tergiversación
de la realidad: no es cierto que sea "el único país". Lo cierto es que
más de 30 países reconocen el ius soli, según un informe del Centro para Estudios de Inmigración,
un organismo, a menudo citado por el entorno de Trump, que defiende el
control de las fronteras. Entre los países que reconocen ese derecho
están Canadá y México. Ninguno de los países de la UE, en cambio,
contempla ese derecho de manera automática. (...)" (El País, Pedro Guimón, 30/10/18)
"Los nacionalistas vascos diferencian en el nuevo Estatuto entre ciudadanos y nacionalizados.
El nuevo estatuto vasco ya tiene preámbulo y un título preliminar. De momento no es más que una propuesta, pero si el pasado miércoles el PNV y EH Bildu impusieron al resto su concepto del derecho a decidir, con un voto particular de Elkarrekin Podemos,
que no se sumó al acuerdo, este miércoles han dado un paso más al
diferenciar entre los ciudadanos vascos que vivan en Euskadi, y los que
tengan la nacionalidad.
Podemos, el PSE y el PP lo consideran una postura "maximalista"
que aleja un eventual acuerdo en el seno de la Ponencia de
Autogobierno, y acusan a los nacionalistas de buscar un texto en el que
se prima la identidad sobre los derechos. El PNV y EH Bildu han vuelto a
unir sus fuerzas, (46 de los 75 escaños del Parlamento vasco) para
sacar adelante esos dos documentos base (...)
Según el título preliminar, el proceso de nacionalizaciones se pondría en marcha una vez constituida la nación vasca,
pero ni el PNV ni EH Bildu concretan si quienes sean solo ciudadanos
mantendrán el DNI español y los nacionalizados vascos otro con su nueva
nacionalidad. Dejan las concreciones para un desarrollo legislativo
posterior. Tampoco aclaran en el documento base si unos y otros tendrán
derechos y deberes diferentes, aunque sí especifican que quienes no se
nacionalicen no perderán sus derechos.
El portavoz de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, ha asegurado tras
los cuarenta minutos que ha durado la reunión que "el apartado 2.8 en
el que se diferencia ciudadanía y nacionalidad vasca, rescatando casi
literalmente el texto de Ibarretxe de 2004,
es la más clara constatación de la deriva excluyente que está tomando
la entente entre PNV y EH Bildu, y su nula voluntad de sumar a ninguna
fuerza política que no sea nacionalista". (...)
Los socialistas también critican que el documento establece categorías
ciudadanas inaceptables, porque aunque pretende reconocer igualdad de
derechos civiles y políticos para quienes tienen “vecindad
administrativa” en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, "prevé una distinción
expresa por razón de nacionalidad vasca. La pluralidad no se puede
garantizar sobre una línea de reconocimiento, sino en el desarrollo
legal de los derechos", asegura el PSE. (...)" (El País, Pedro Gorospe, 31/05/18)
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