21/11/18

Gabriel Colomé: Cataluña es el primer laboratorio del populismo de la posverdad... porque Trump viene después. Y el Brexit, más tarde. Nadie era consciente de lo que estábamos viendo en directo, cómo construyen un argumentario identitario a través de las palabras: 'derecho a decidir', 'votar es democrático'... Todo el argumentario es populismo en estado puro...

"Radiografiar Cataluña. Gabriel Colomé lleva casi toda su vida haciéndolo. Los comportamientos, los datos, los votos... Fue director y creador del Centre d'Estudis d'Opinió -el CIS catalán- entre 2005 y 2011, además de concejal del PSC y autor del libro La Cataluña insurgente. (...)

¿Qué radiografía hace de la Cataluña de abril de 2018?

Es una Cataluña muy rota. Las consecuencias del procés han superado literalmente lo que podíamos imaginar unos y otros. Si hace cinco años nos hubieran dicho que estaríamos hoy donde estamos, nadie se lo creería. Y si hace diez nos hubiésemos planteado que CiU no existiría, nos hubiésemos reído mucho. 

Y que el primer partido sería uno que no tiene tradición catalanista, todo sería como una película de ciencia ficción. Desde las elecciones de 2012, ha sido un desastre. Se ha roto literalmente la sociedad catalana. Esto no se arregla en un espacio corto de tiempo, porque se ha roto la confianza entre unos y otros. Y recuperarla, es muy complicado. En los discursos que se han hecho de un lado y de otro han ganado los radicales.

¿Qué personas dominan hoy el independentismo?

Yo diría que hay tres niveles. Los que son visibles, los políticos con Puigdemont a la cabeza; un segundo núcleo que se llama la clerecía, que son los asesores; y, después, el tercer núcleo que son los opinadores.

¿Ha muerto el procés?

Sí, porque lo dijo la CUP. Señalaron que no iban a darle su apoyo a Jordi Turull porque seguía la lógica del 155 y del autonomismo y 'nosotros tenemos un president, estamos por la vía de la unilateralidad y la república'. En este sentido, sí. Como elemento a largo plazo, vamos a estar en este espacio constante y en bucle. Durante cinco años han conseguido un millón de personas en la calle y otro millón en las urnas, has sacado a la gente a la calle.

 Ahora dile a esta gente, que estuvo el 1-O y que considera que ha ganado, que vuelva a casa. Elementos colaterales hay como haber comprado la hoja de ruta de la CUP y, sobre todo, haber permitido que se creen los CDR. Tienes un espacio de activismo callejero que ni los partidos ni el Gobierno controlan.

¿Teme una radicalización de la calle a través de los comités?
Hay tres fases en estos movimientos, no solo en Cataluña, también en otros países. Cuando no se consigue el objetivo, la primera es la frustración. Lo segundo es la irritación, cuando ves que no hay salida. Y de ahí se pasa generalmente a la violencia. No estamos en la tercera fase, pero estamos entre la primera y la segunda.

 El problema es si no paramos a tiempo la deriva. Hay que encontrar una solución a la frustración, para no pasar a la irritación y la violencia. Si no lo conseguimos y los políticos no hacen política para evitarlo, entonces vamos a tener un problema de verdad. (...)

¿Cree que ganaría el sí a la independencia si hubiera un referéndum?

Soy muy seguidor de Stéphane Dion, el ministro de Quebec que hizo la ley de Claridad. Vino a Barcelona en 2014, antes del 9-N, y nos explicó tres cosas. 

Primera: con los independentistas no se negocia porque por mucho que les des cosas quieren una que no les puedes dar, la independencia. 

Dos: no abran jamás la puerta del referéndum porque no es verdad que quieren votar una vez, sino todas hasta ganar. Ninguna sociedad se puede permitir estar cada tres años pensando sin va a estar o no en el mismo país. 

Tercer elemento: si Artur Mas es el gran responsable de cómo estamos, el otro responsable tiene nombre y apellido, Mariano Rajoy. No cumplió el tercer elemento. 

La pregunta que se tiene que responder es cómo se ha pasado del 14% de independentista en 2005 al 48% en 2013. Hay que mirar por qué se han hecho neoindependentistas y solucionarlo.

Cuando uno miraba las encuestas del CEO en 2013, a la pregunta de por qué se ha hecho independentista, el 66% era por el tema económico, por la percepción del mal trato económico a Cataluña. Solo el 10% del independentista político quería la separación. Si el equipo de Moncloa lo hubiera analizado, dejado de pensar que era un suflé y hubiera hecho lo que tocaba, como el Corredor Mediterráneo -que va de Algeciras hasta Portbou-... 

Por lo tanto, ¿referéndum? No, ni pactado, porque entras en una lógica dicotómica. No lo permite la Constitución. ¿En algún país del mundo las constituciones permiten el derecho de secesión? No.(...)

¿Cómo es la figura de Carles Puigdemont? ¿Cómo lo analiza políticamente?
Es un político que no quiere ser político. No quería ser alcalde y lo convencen, no quería ser presidente y lo convencen... Pacta con su esposa que será por 18 meses, porque su mujer no quería. Es un político curioso. 

Él sí es un independentista desde siempre. El problema que tiene es que al no ser un político en los momentos cruciales no tiene el temperamento de un político. Cuando un político toma una decisión, aunque sea a las tres de la mañana de que va a disolver un Parlamento, nadie le hace cambiar la opinión. Ni un tuit ni consejeros ni una manifestación de 500 estudiantes llamándole traidor.

 No me imagino a Felipe González cambiando al criterio porque alguien hubiera dicho algo, ni a Jordi Pujol ni a José María Aznar. Pero él cambia, pasa de disolver el Parlamento a no e ir al abismo. Eso demuestra que no es un político de verdad.  (...)

Solo se habla de república y pueblo, pero nunca de pensiones o sanidad. Lo más interesante que ha pasado últimamente han sido la manifestación de pensionistas y la del 8-M.
Pero hay una pregunta divertida...

¿Cuál?

¿En qué se parecen Trump, Pablo Iglesias y el procés?

¿En qué?

El procés no existiría sin la crisis de 2008. Tuvo efectos sobre la sociedades en el concepto de malestar democrático. El desastre económico toca a todo el mundo. Cataluña, aunque lo habíamos pensado así, es el primer laboratorio de populismo de posverdad.

¿En España?

En España y en el mundo, porque Trump viene después. Y el Brexit, más tarde. Nadie era consciente de lo que estábamos viendo en directo, cómo construyen un argumentario identitario a través de las palabras: 'derecho a decidir', 'votar es democrático', 'si no me dejas votar, no eres demócrata y eres un autoritario', 'expolio fiscal', 'España nos roba'... Todo el argumentario es populismo en estado puro.(...)

 La otra conclusión es que nos enfrentamos a una religión, con una Iglesia, fe y creyentes. A los creyentes es muy difícil convencerles. Les puedes decir que si hay independencia, no se estará en la UE. Ellos te dicen que no es verdad. Te miran con cara de estupefacción en plan de por qué no crees. Tú aplicas el criterio de racionalidad y ellos el de emoción."                

(Entrevista al profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona y exdirector del Centre d'Estudis d'Opinió, Gabriel Colomé, Antonio Ruiz, Huff Post, 28/04/18)

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