3/9/18

Dentro del territorio plurinacional de Cataluña podemos distinguir tres naciones, ¡culturales claro!: Barcelona-Tarragona, Lérida-Gerona, y el Val de Arán. La diversidad, un hecho; la igualdad, un derecho. Si un hecho genera desigualdad… no hay derecho

"(...) Hilemos fino: Cataluña es una nación cultural de naciones culturales. Dentro de este territorio plurinacional que es Cataluña –vamos a dejar por ahora el resto de los llamados “països catalans”, porque la cosa se complicaría aun más- podemos distinguir, al menos, tres naciones, ¡culturales claro!:
  • La más numerosa, la española, se concentra básicamente en las comarcas más industrializadas de las provincias de Barcelona y Tarragona, son comarcas cercanas al mar y coinciden con lo que, últimamente, se denomina Tabarnia.
  • La segunda nación cultural la componen prácticamente las provincias de Gerona y Lerida y algunas comarcas de interior de las otras dos provincias catalanas. Se corresponde, con lo que se ha dado en llamar, últimamente, Tractoria, haciendo referencia, de forma claramente despectiva, al sector económico principal del territorio o más bien al uso de tractores para bloquear la carretera en aciagas fechas del pasado año.
  • La tercera es una pequeña nación cultural donde el aranés es la lengua oficial, muy reducida, aunque parece que sus habitantes se apuntan a fusionarse con Tabarnia.
Se podría hablar de otras naciones culturales si entendemos que es la lengua o la etnia la que las determinan. Hablaríamos de la nación gitana, la nación árabe, la nación china, la nación paquistaní…

Ya en serio, creo que toca hablar sin darle más vueltas y afirmar que España es un nación política, plural y diversa culturalmente. Que no es plurinacional y que tal palabra no tiene sentido en sí misma.

Que hemos de gestionar nuestra diversidad con respeto, sin imponer sentimientos de pertenencia excluyentes, que tenemos una lengua común y unas lenguas que son patrimonio de todos.

Que el sistema autonómico español se inició en la Segunda República Española y se desarrolla a partir de la Constitución del 78, calcando, prácticamente, el modelo.

Que no podemos hablar de federalismo como un proceso para unir lo que está separado, porque está junto –no caben derechos de autodeterminación–.

Que solo podemos hablar de federalismo como proceso para culminar un sistema autonómico donde las competencias sean iguales para todas las autonomías, respetando la diversidad de cada una, en lo interno y en lo externo, y dándonos la posibilidad de recuperar competencias para la administración central, como educación y sanidad que permitan garantizar la igualdad de todos los españoles.  (...)

Me repito: La diversidad, un hecho; la igualdad, un derecho. Si un hecho genera desigualdad… no hay derecho. (...)

Nou Barris, Barcelona, 27 de junio de 2018"                 (Vicente Serrano, Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista, Crónica Popular, 20/07/18)

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