"Manuel Tallero fue el único que aguantó
estoicamente las 34 sesiones del juicio del caso Palau. Para lo que hay
que tener, sin duda, un “culo di ferro” en expresión atribuida al
político italiano Giulio Andreotti. Tras “Música celestial” (2013),
ahora ha publicado sus crónicas judiciales en formato libro “El bolso de
Mariona Carulla”.
- ¿Cómo pudo ocurrir?
Suele argumentarse que no había ninguna
sospecha, que el Palau funcionaba estupendamente o que fallaron todos
los mecanismos de control. De hecho, ocurrió que el Palau era un modelo
de éxito. Felipe González ya había establecido en un viaje a China que
no importaba el color del gato, sino que cazase ratones.
Es decir, los
resultados. La combinación de la financiación pública con la privada
parecía una panacea. Y por otro lado hubo una clara abdicación de las
responsabilidades individuales. Estas se diluyeron en una
responsabilidad puramente administrativa. Nadie supo nada. ¿Para qué?
- A veces parece que Convergencia fuera una prolongación del Palau.
La simbiosis entre ambas instituciones es
asombrosa. Desde el Palau ha existido siempre una clara reticencia en
acusar a Convergencia. Así que primero considera absolutamente legal el
pago del Palau a la Fundación Trias Fragas. Después rectifica y -aunque
legal, no le parece estético- y acuerda la devolución en cómodos plazos.
Mientras Carulla se preparaba para las elecciones, el presidente
interino, Josep M.ª Busquets rechaza pedir la acusación de miembros de
Convergència. Después Oriol Pujol, secretario de Convergencia, revela la
existencia de una carta de la Fundación y del Orfeón que han enviado al
juez excluyendo a Convergencia de cualquier responsabilidad.
El
consejero Homs insistió en que el Orfeón renuncia a pedir
responsabilidades. En pleno juicio, el Palau renuncia de nuevo. Carulla
dice que es por no politizarlo. Cuando finalmente las administraciones
deciden lo contrario ya no están a tiempo. Un escándalo sin paliativos.
Pero tampoco viene de uno más.
- Yo creo que hay
una diferencia entre la corrupción de Convergencia y la de los otros
partidos: ellos lo hacen por el país. Basta recordar el aplomo con el
que contestaba Osàcar.
Es cierto, porque como bien dijo la
acusación popular de las asociaciones de vecinos durante el juicio, es
evidente que Osàcar no es Bárcenas. Aquél dijo en el juicio que con el
dinero del Palau “influían en alcaldes del partido para que en las
fiestas mayores no pusieran sólo música flamenca o moderna sino también
catalana... sardanas”.
El fiscal, después de calificar al tesorero como
“el gatillo necesario el revólver que dispara la bala”, aplicaría el
eslogan de que “la bandera justifica cualquier atropello con la
cartera”, a lo que el defensor de Osàcar, el letrado Melero, respondió
que la única bandera que ondeaba por entonces en el Palau era la de la
tibia y calavera, la de los piratas.
Sin embargo, puede trazarse un
paralelismo entre Artur Mas y Mariano Rajoy, entre Convergencia y el PP,
y entre el Palau y Gurtel. Los dos negaron una y otra vez los indicios
que les señalaban tuvieran credibilidad. Hablaban de “unos papelitos”.
Además, trataron por todos los medios de impedir a la opinión pública
que pudiera ejercer como tal.
Primero porque existía la presunción de
inocencia, después porque el caso estaba siendo investigado y ahora
porque todavía no hay una sentencia firme. ¿Cuándo podremos opinar?
Tanto Mas como Rajoy han dicho que sus partidos no habían sido
condenados por corrupción, cuando ambos fueron condenados como
participes a título lucrativo. Puede que sea diferente, pero no es muy
distinto.
- ¿Mas lo sabía?
¿El secretario de una organización
política puede desconocer el origen de la financiación de la misma? En
caso de desconocerlo, casi es peor la ignorancia que la propia
responsabilidad. A mí me parece muy llamativo que Artur Mas renunciase a
todas sus responsabilidades en el PDeCAT el viernes y el lunes se
hiciese pública la sentencia del caso Palau.
Sinceramente, y tras 35
sesiones de juicio, creo que no me caben dudas razonables de que Artur
Mas tenía que conocerlo o que expresamente miraba para otro lado porque
algo así ya se temía.
- ¿El caso Palau es el ocaso de la burguesía catalana?
Hay un proverbio chino según el cual “la
burguesía catalana es la mejor burguesía catalana que hay”. Es decir.
que ya nos podemos dar con un canto en los dientes por lo que hemos
tenido. El ocaso de la burguesía ya lo dictamino Josep M.ª de Sagarra el
año 1961.
Indicando en un artículo en La Vanguardia que se había
iniciado nada menos que tras la Primera Guerra Mundial, y destacaba como
punto álgido precisamente “la noche que, mediante pago de alquiler, se
utilizó el Palacio de la Música, para que, como propaganda del producto
llamado ‘Pepsi-Cola’, se televisase aquel famoso partido Real
Madrid-Barcelona, que tanta sensación causó entre lo más selecto del
país”.
Pero por lo visto no ha tocado fondo y cuando en pleno juicio por
lo sucedido –hay por ejemplo 9 millones de euros que nadie sabe dónde
están, que se han evaporado sencillamente- la presidenta del Palau saca a
relucir, indignada, que en una boda de las hijas de Millet le robaron
el bolso, de ahí el título del libro, es una foto finish del paisaje
moral.
Máxime cuando esta señora lleva desde el 2009 al frente del Palau
y acaba de ser reelegida para otro mandato, sin ningún otro candidato
en plan Guinea Ecuatorial. Y cuando la Sindicatura de Comptes en su
informe del año 2017 concluyó que el Palau sigue funcionando exactamente
igual que en tiempos de Millet.
- ¿Cómo pudo un personaje mediocre como Millet engañar a todos?
Millet les dio a cada uno lo quería. A los
nacionalistas la salvaguardia de la única institución cultural creada
por el catalanismo que aún sobrevive. A los socialistas una joya del
modernismo para el parque temático y turístico en que se ha convertido
Barcelona.
Al Partido Popular una presencia hasta entonces desconocida
en la ciudad, y a la elite de la burguesía un salón para recibir a las
visitas creyéndose que están en su propia casa. Además, Millet no paraba
de recibir homenajes y condecoraciones.
Lo único que se le resistió en
dos ocasiones fue el Premio Príncipe de Asturias, algo que casualmente
también le sucedió a Jordi Pujol. La Casa Real tenía por lo visto buena
información. Podía ir borracho a un acto, presentado por Màrius Carol,
farfullar cuatro banalidades y aparecer en las reseñas como un gran
orador. Además, hay que tener en cuenta que el Palau reinaba un régimen
absoluto de terror.
Cuando el fiscal indagaba a algún miembro del
personal si no les extrañaba lo que veían, por qué no preguntaban nada,
ponían cara de no darle crédito a lo que escuchaban. Nadie se apeó del
tratamiento de “señor Millet” ni por equivocación. El Palau era un
verdadero infierno y hay toda una vertiente oscura de Millet que es
pavorosa.
- Recuérdenos el caso Renta Catalana.
Era una sociedad de inversión inmobiliaria
que colocó a Millet como presidente. Era la típica estafa piramidal de
forma que con lo que aportaban los nuevos inversores se pagaban los
intereses de los antiguos.
Se seguía el modelo Sofico y en lugar de
colocar en el consejo de administración a generales franquistas como
reclamo, aquí se ponía a miembros de la burguesía. Cuando no hubo más
aportaciones, se cambiaron los estatutos, tal como haría más tarde
Javier de la Rosa en Gran Tibidabo, y los inversores pasaron a ser
accionistas.
Finalmente, Millet se pasó dos semanas en la cárcel. Lo
asombroso del caso –si es que aún queda capacidad para ello- es que acto
seguido Maragall y Pujol le pusieran al frente del consorcio del Palau,
un organismo que recibía dinero público.
- Trias llegó a decir que “apoyar el Palau es una obligación de los catalanes”.
Xavier Trias es un personaje siniestro.
Con los años va efectuando un estriptis moral y desprendiéndose
paulatinamente del disfraz de buena persona para mostrar su verdadera
faz. Si alguien tiene alguna duda al respecto, recomiendo
encarecidamente la lectura de su libro tipo “me cachis en la mar salada
que guapo que soy y que bien que lo he hecho todo”, donde por ejemplo no
aparece su gran amigo Javier de la Rosa. Dicho esto, yo cada año por
Sant Esteve no me pierdo el concierto del Orfeón Catalán por nada del
mundo.
Es un espectáculo único poder contemplar aquel aquelarre
independentista, aquel flamear de esteladas, aquellos gritos de libertad
y saber que todo aquello es posible gracias a que Aznar pusiera la
insignificancia de 2.000 millones de las antiguas pesetas, porque como
le decía Millet a Pujol cuando le recriminaba que no lo pagaran los
catalanes: “¿Y si no lo pagan que hago?”.
Gracias a un presidente del
gobierno de España del PP y a un personaje de la catadura de Millet hoy
tenemos el Palau de la Música Catalana y no unas simples ruinas. Los
catalanes no hicimos nada por salvarlo.
- ¿Agustí Colomines estuvo seis años de presidente de la Trias Fargas y no se enteró de nada?
Es el Robespierre del proceso. Amenazó con
convertir a Cataluña en Italia, mientras que Artur Mas pronosticó que
esto sería el Far West. Pero desconocer lo que sucedía en el Palau y sus
conexiones con la fundación de Convergencia no eran una excepción sino
la regla general.
La señora Mariona Carulla, miembro de una
archiconocida familia de la burguesía catalanista, que se pasó quince
años en las juntas de Millet declaro por activa y pasiva que no se
enteró de nada. Todos los restantes miembros de las juntas, de la
Fundación en que había abogados, notarios, etc. tampoco se enteraron. Ni
tampoco se enteró, por cierto, ningún periodista.
El único que puso
sobre aviso fue Ernest Lluch que publicó un artículo en La Vanguardia en
que decía que: “Quienes llevan las riendas de la institución no tiene
como centro el Orfeó, sino obtener ayudas económicas, emprender obras u
organizar conciertos”. Y yo añado en el libro que “Ni Lluís Foix, que
censuró el artículo de Lluch sin piedad, ni Josep Cuní, intimo del
político que hablaba por los descosidos, se enteraron de nada”.
- Por cierto, denuncia en la página 111 que el diario Ara lo plagió.
Para mí es un motivo de gran satisfacción
que el diario dirigido por Esther Vera, a quien tengo por una buena
periodista y magnifica directora, me deparara semejante homenaje. De
hecho, no es para mí ninguna sorpresa. Igual me sucedió con el libro de
“Música Celestial” que fue copiado por algunos medios de comunicación
sin citarme por aquello de lo que no se habla es porque no existe.
Es
una forma plausible de decretar la muerte civil de un individuo, algo
muy normal en la Cataluña actual, sin mancharse las manos de sangre.
Estoy convencido que la biografía de Pujol que estoy acabando no
merecerá una sola reseña, ningún comentario pero a buen seguro que será
bien saqueada. Para mí ya es habitual.
- ¿Cómo juzga la investigación policial? Los Mossos tardaran tres años en registrar su casa de l’Ametlla.
El registro de un domicilio debe hacerse
por medio de una orden judicial y esta no se produjo hasta pasados los
tres años de la entrada en el Palau. La presencia de la policía catalana
durante el juicio como testigos fue realmente abracadabrante. A los
supuestos expertos de informática que comparecieron en el juicio yo no
les dejaría ni una consola de videojuegos.
Hubo momentos deliciosos,
como por ejemplo cuando un miembro de los Mossos d´Esquadra, en calidad
de testigo, le replicó a una pregunta del letrado Martell : “Esto a mí
usted no me lo puede preguntar”. ¿A estos chicos que les enseñan en la
escuela?.
- ¿Y la judicial?
Critica al fiscal, Sánchez Ulled, pero también es cierto que delante
tenía un primer espada como Cristóbal Martell.
Si se mira todo el procedimiento judicial
puede calificarse como de un verdadero desastre. El fiscal tarda un año
en concluir la investigación previa. Tenía seis meses y pidió una
prórroga de seis más. El juez tardó tres meses en llamar a declarar a
Millet y Montull. La fiscalía no pidió la prisión provisional y cuando
la pidió el juez no se la concedió. Se captaron imágenes tras el
registro de empleados llevándose bolsas con papeles…
Después la
instrucción tuvo cinco jueces instructores diferentes, algunos delitos
prescribieron y se tardó ocho años en celebrarse el juicio. Es cierto
que Sánchez Ulled tuvo que vérselas con los primeros espadas del foro,
pero no es menos cierto que él era considerado el Messi de la fiscalía.
Durante los recesos, los chicos y las chicas de la prensa le rodeaban
embelesados. Solo faltaba que le hicieran la ola. Es un progre y tiene
indulgencia plenaria. A la hora de la verdad creo que solo le interesaba
establecer la conexión entre Ferrovial, el Palau y Convergència.
Nunca
entenderé como no se investigó la relación del PP con el Palau. El
entonces diputado del PP, el señor Vendrell, que ahora trabaja con el
Síndic de Greugues, tras haberle dado su voto para prorrogar el mandato
del señor Ribó, acudió en quince ocasiones a visitar a Millet, según
consta en sus agendas. ¿Hablaban del tiempo?.
- Una última pregunta: La Ciudad de la Justicia está hecha por Ferrovial, ¿he de pensar mal?
Hay que reconocer que es de libro Guines.
de auténtico récord mundial. que el juicio por un delito de corrupción
se efectúe en el propio objeto del delito.
Sin embargo, quiero destacar,
porque siempre se critica a la justicia española, pero no se tiene en
cuenta el esfuerzo que hacen los funcionarios como las dos que había en
este juicio, Marisa y Alicia, dos auténticas craks. Realmente hicieron
un trabajo espléndido que nadie les ha reconocido. También creo que a la
presidenta la señora Comas le salió un juicio de periquete que ni
bordado. En mi opinión estuvo magnífica.
A pesar de ello, no entiendo
que pueda presidir un tribunal que juzga un caso como este cuando su
señor marido, el mediático doctor Queralt, se había pronunciado tantas
veces al respecto. Recuerdo que los abogados de Pinochet obtuvieron la
recusación de uno de los jueces ingleses que debía conceder la
extradición, porque su esposa era directiva de Amnistía Internacional,
que había pedido públicamente que se concediera tal como reclamaba el
juez Garzón.
Después, claro está, estuvo la demora de la sentencia que
estaba prevista para después del verano y se hizo pública el 15 de enero
del 2018, una vez pasadas las elecciones al Parlamento de Cataluña, y
por último la señora Comas se ha manifestado públicamente partidaria del
derecho a decidir.
Ni tampoco entiendo que metiera a Millet y Montull
en la cárcel por riesgo de fuga y quince días más tarde los dejara en
libertad. Quiero decir con todo ello que no solo está politizado el
Tribunal Supremo ni el pérfido juez Llarena." (Entrevista a Manuel Trallero, Xavier Rius
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