"(...) El proceso secesionista en Cataluña está generando un despertar dentro de Cataluña que los promotores del procés
no se esperaban, engreídos del clima de aborregamiento conseguido hasta
aquel momento.
A la vez, y no sin riesgos, la españolidad parece
recuperar adeptos. Es evidente que siempre existe el peligro de que
frente al nacionalismo catalanista lo que salga reforzado sea un
nacionalismo españolista, con lo cual entraríamos en un frentismo que no
nos ayudaría en nada a nadie, excepto al nacional-secesionismo. Avivar
el nacionalismo españolista es alimentar la crisis del Estado y
facilitar el victimismo independentista.
Lo cierto es que, hasta ahora, podríamos hablar que de lo que se está
promoviendo en España es una suerte de patriotismo constitucional que
deberíamos haber alimentado desde la Constitución del 78. Pero muchos
estaban muy ocupados en alcanzar puestos en las nuevas administraciones
autonómicas y, por tanto, en alimentar los particularismos segregadores.
De aquellos polvos estos lodos.
Cuando se alimenta tanto la diferencia,
las esencias acaban por engordar la xenofobia. De ahí al supremacismo y
a la demanda de la Secesión sólo hay un paso.
Hoy, el soberanismo invade España como si esencias “regionales”
marcaran el devenir de la Humanidad. Tener una lengua que te diferencia
de los demás puede llevarnos a la locura de convertir cualquier forma
dialectal en la esencia misma de un pueblo. Nos van a salir pueblos en
esta piel de toro como setas venenosas en un vertedero.
Bienvenido sea ese Patriotismo Constitucional para España
que nos ayude a ver la importancia no tanto de la diferencia sino de lo
que nos une, de lo que nos iguala como humanos, que no son en ningún
caso esencias de españolidad ultramontana, sino más bien la comunión de
un proyecto de construcción democrática y de justicia social para todos.
Y ahí es donde está fallando la izquierda española, en esa falta de
proyecto social y español.
Ventana de oportunidad
En el mundo comercial se afirma que toda crisis, que todo conflicto,
que toda reclamación, es una oportunidad para ofertar algo nuevo que
pueda necesitar tu cliente. Tal vez ya es hora de que la oferta de la
izquierda se actualice y empiece a desembarazarse de todo lo
carpetovetónico que tiene en su paquete de ofertas.
Sobran
autodeterminaciones, derechos a decidir, y conceptos pseudo-democráticos
varios. Instalados en la debilidad de su falta de proyecto, le han
regalado su espacio al populismo y al nacionalismo, dejando a la clase
obrera –a la clase trabajadora– a la intemperie.
Que se extrañen que
Ciudadanos gane, en las elecciones autonómicas, en los mismos barrios
obreros de Cataluña donde en las generales ganaba En Comú Podem, refleja
esa catatonia política que les impide reaccionar. Es un aparente
movimiento rápido y reactivo que, en realidad, genera parálisis
ideológica y política. (...)
Parece mentira que ese movimiento protofascista que son los
nacionalismos, por reacción al final nos hagan abrir los ojos a los que
realmente creemos que necesitamos una izquierda para cambiar no solo
Cataluña sino toda España, y por supuesto la Humanidad." (Vicente Serrano, presidente de Alternativa Ciudadana Progresista, Crónica Popular, 11/05/18)
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