13/4/18

Lidia Falcón: de haberse comportado algún político en Alemania como lo ha hecho Puigdemont en España, estaría en prisión esperando juicio por alta traición. Y en Francia. Y no parece que en Francia se viva el síndrome del franquismo...

"La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein ha dejado en libertad a Carles Puigdemont considerando que no ha cometido el delito de rebelión del que le acusa el Tribunal Supremo de España, a pesar de que la fiscalía alemana pidió entregarle a la justicia española por rebelión, sedición, desobediencia y malversación de fondos públicos. 

De tal modo, ahora la justicia española no podrá juzgarlo más que por malversación de caudales públicos. No cabe duda de que los que se hallan encarcelados en España se maldecirán por no haber huido a tiempo (...)

En este dividirse la sociedad catalana y la madrileña y la española entra ahora también una parte de la alemana. Dietmar Bartsch, presidente del grupo parlamentario en el Bundestag (Cámara Baja alemana), con otros de Die Linke, el partido de la izquierda alemana, se ha pronunciado diciendo que Puigdemont está siendo perseguido políticamente y que no se debe entregar a España, que sigue teniendo estructuras franquistas. (...)

No sé si los dirigentes de Die Linke aceptarían y defenderían que en su país las facciones extremistas actuaran de la misma forma, pero de lo que sí estoy segura es de que ni el gobierno central alemán ni los de los lander consentirían que tal cosa sucediera.  

Esa Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein tan comprensiva con Puigdemont, de haberse comportado algún político en Alemania como lo ha hecho él en España, estaría en prisión esperando juicio por alta traición.  

Y en Francia, donde la Constitución prohíbe cualquier movimiento secesionista,  desde luego el conflicto catalán que está enquistado desde hace casi diez años habría sido reprimido en diez días con la intervención de la Guardia Nacional y el encarcelamiento de todos los dirigentes, cómplices y encubridores. Y no parece que en Francia se viva el síndrome del franquismo.

Pero lo más decepcionante es comprobar que la izquierda tanto catalana como española y ahora alemana, además de los poderes judiciales de Bélgica y de Alemania –se dice que no se le detuvo en Finlandia porque el gobierno no quería dejarse involucrar en un caso que entendían tan confuso- se ha dejado hipnotizar por el perverso discurso del independentismo, por el único motivo de que se enfrenta al poder central.

Con una visión cortísima defienden a los personajes que han protagonizado el enfrentamiento contra el Estado español, como si esos fueran y hubieran sido esforzados héroes de la independencia, como los resistentes saharauis y palestinos

Con una estúpida ignorancia salen a apoyar a los gobernantes catalanes que pertenecen a la burguesía que más beneficios ha obtenido en el curso de su historia, tanto de los chantajes que continuamente ha realizado a los gobernantes centrales, como después en su complicidad con el franquismo y que a partir de la democracia han utilizado para aumentar su patrimonio los poderes que se les concedieron desde las elecciones de 1980.

El pujolismo que se instauró en Cataluña y ha sido omnímodo durante más de treinta años, significa la corrupción institucionalizada

Con sus porcentajes impuestos a las empresas para financiar su partido, ganar las campañas electorales, imponer una educación doctrinaria, mantener medios de comunicación que son únicamente correas de transmisión de su ideología,  no solo ha llenado los bolsillos de sus fieles, los ha situado en los cargos y en las empresas financiadas por la Generalitat, les ha dado las prebendas, los periódicos y las televisiones, los doctorados y las cátedras universitarias, sino que además, ahora, los ha elevado a la categoría de mártires por la lucha revolucionaria.  (...)

Cuando se debatía en el Parlament el hundimiento de las casas del barrio del Carmel, Maragall le acusó de que su partido cobraba el 3% de comisiones de todas las construcciones que se realizaban en Cataluña y la única respuesta de Mas fue decir que a partir de aquel momento no contara con él para la reforma del Estatut que planteaba. 

Los procesos por ese 3%, convertido muchas veces en el 5 y hasta el 10% todavía se están sustanciando en la justicia catalana.  (...)

Todos juntos han conseguido destruir el movimiento obrero, el movimiento feminista, el movimiento estudiantil, el movimiento vecinal, objetivos ideales de la burguesía y que persiguió obsesivamente el “honorable” Jordi Pujol.

Este supuesto líder subversivo, en el año 2014, una vez que la Audiencia Nacional absolvió a los veinte acusados del asedio al Parlament catalán en el año 2011,  que era por aquel entonces el portavoz y presidente del grupo parlamentario de CiU, impulsó el recurso del fallo en el Tribunal Supremo, junto a la Generalitat y a la propia Fiscalía. ​  

Finalmente, el Tribunal Supremo desdijo a la Audiencia Nacional y condenó a ocho de los 20 procesados a tres años de prisión. Asimismo, Turull, fue uno de los testigos clave durante el juicio​. En declaraciones a los medios de comunicación dijo que los indignados habían intentado un “golpe de Estado encubierto” y que la jornada fue un “festín de los violentos contra todo lo que veían con corbata”. 

Todos estos prohombres del independentismo catalán, representan a una parte de la burguesía catalana, la más corrompida por su cercanía al poder del que han obtenido buenos frutos desde la juventud. 

A estos hombres y a otros, cuyas biografías son muy semejantes, son a los que defienden arriscadamente, Esquerra Republicana de Catalunya, los revolucionarios de la CUP, los Comités de Defensa de la República, Die Linke, y, lo que es la contradicción de los tiempos actuales, el partido Alternativa por Alemania de corte neonazi, el de los Verdaderos Finlandeses, ultraconservador, el Partido Nacional Británico que promocionó el Brexit, el Frente Nacional de Marie Le Pen, que han felicitado a los independentistas catalanes, e incluso alguno ha ido a visitar a Puigdemont.  En Alemania se encontraron los de Die Linke con los de Alternativa.

 Tiempos convulsos estos en que los fascismos y los populismos avanzan en las sociedades europeas, y en que las izquierdas desnortadas en una huída hacia delante sin saber analizar con lucidez las situaciones ni los objetivos que hay que defender, pretenden sumarse al carro de las movilizaciones populares, como si la sola concentración de multitudes en las calles fueran la marca de garantía de lo verdadero y transformador olvidando  el clamor social que llevó a Hitler al poder, mantuvo a Mussolini 23 años en la dictadura, eligió a Fujimori en Perú, y que en la actualidad los partidos de extrema derecha tienen cada vez más partidarios en Europa lo que ha permitido​ la presidencia de Trump en EEUU. (...)"             

(Lidia Falcón O´Neill. Presidenta del Partido Feminista, Crónica Popular, 06/04/18)

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