23/4/18

ETA: miserables hasta su final... pide perdón a los asesinados vascos... a los gallegos, a los madrileños, no. Terrorismo racista, de principio a fin. Reconocer que eres un imbécil que has perdido el tiempo miserablemente segando vidas ajenas debería ser el paso previo al suicidio. A buenas horas, mamarrachos...

 "Me reconfortó que un preso de ETA me pidiera perdón a la cara, pero lo de ahora solo es un papel”.

Josu Elespe estaba trabajando en Ataún (Gipuzkoa) el 20 de marzo de 2001 cuando recibió la llamada: "Ha habido un atentado". Trató de hablar con su madre, pero nadie contestó. Lo intentó con otro amigo: "Es tu padre", escuchó al otro lado del teléfono. Mientras recorría los 40 kilómetros que separan Ataún de Lasarte, lo oyó en la radio. Su padre, Froilán, estaba muerto. Fue el primer concejal socialista asesinado por ETA. 

Díez años y medio después se reunió personalmente con un preso disidente de la banda, adscrito a la llamada vía Nanclares, dentro del programa de encuentros entre presos y víctimas del terrorismo impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. No vio a la persona que mató a su padre, pero un histórico de la organización le pidió perdón por lo ocurrido. La experiencia le sirvió; la vivió como algo positivo. 

Cuando leyó el comunicado de ETA del viernes en el que la banda lamenta el daño causado a lo largo de su sanguinaria historia y pide perdón a algunas víctimas, no sintió lo mismo. “Esto es solo un papel. Es mejor que nada, claro. Es un avance, pero no es lo que yo habría querido. Y hay cosas que no me gustan nada. ETA sigue justificándose”.  (...)

R. Chirría muchísimo la distinción entre víctimas relacionadas con el conflicto y las que no. A unas se les pide perdón y a otras no, incidiendo en la idea esta que maneja siempre ETA de que ha habido un conflicto con dos bandos en el que todos hemos sufrido, en el que todos de alguna forma hemos sido malos. Esto no es aceptable. Una banda terrorista ha matado gente durante 40 años, eso es lo que ha pasado. 

Y el dolor de los terroristas es sobre todo autoinfligido. En el caso de los presos ha sido buscado por ellos, que son los que han matado. El Estado les ha castigado por cometer un delito, simplemente. Si quieren pedir perdón, tienen que pedir perdón a todas las víctimas por igual y sin justificarse.

P. ¿Qué opina sobre la reflexión que hacen sobre la violencia?

R. En este punto siguen las contradicciones. Por un lado reconocen la responsabilidad directa de ETA en el dolor causado, pero luego añaden que “nada de todo ello debió producirse jamás o no debió prolongarse tanto en el tiempo”. Esto último le quita valor a todo lo anterior. Si dices que no debió prolongarse la violencia, de alguna forma estás justificando que en un primer momento fue necesaria. 

Hay varios puntos así en el comunicado, momentos en los que dan un paso adelante y otro atrás. También justifican su historial cuando mencionan Gernika. Además, critican la batalla del relato pero en realidad están defendiendo su propio relato, ese en el que ellos se han visto abocados a matar porque no había más remedio. Siempre quieren acabar con la dichosa idea del empate.

P. A usted un miembro de ETA le ha pedido perdón cara a cara. ¿Qué valor le da frente a este comunicado?

R. La diferencia es abismal. Cuando alguien acepta a hablar contigo cara a cara, en ese momento hay solo dos personas encontrándose, no es un discurso político preparado, es algo humano. La persona con la que yo me encontré había hecho un recorrido ético íntimo que me pareció sincero. Se enfrentó a ver el dolor que había causado de cerca, mirándome a los ojos, algo que no ocurre con este comunicado. 

De mi encuentro salí reconfortado. Tras leer este comunicado no siento nada. ETA dice esto ahora porque toca, porque es lo que tienen que decir en este momento, y ya está.  (...)

P. ¿Anima a los terroristas a pedir perdón personalmente?

R. Cuando la víctima esté dispuesta, que no todas lo quieren, claro. Les animo a pedir perdón cara a cara, les animo a mirarse dentro, a analizar su conciencia. Si quieren respetar a las víctimas, que se lo expresen en directo, desde un punto de vista humano, no de forma política a través de un papel. Esto ayudaría mucho a la convivencia. (...)

P. El caso de su padre, por ejemplo, es uno de los más de 300 crímenes sin resolver de la banda terrorista.

R. Solo ellos pueden ayudar en este tema. ¿Van a hacerlo, van a colaborar? La única posibilidad de saber qué pasó en estos casos está en sus manos."               (Mónica Ceberio, El País, 20/04/18)


"Qué menos que pedir perdón”.

(...)  Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en San Sebastián en 1980: (...)

Si yo fuera hijo de un guardia civil, me sentiría ofendido. Pero me quedó con una frase: “Ojalá nada de esto hubiera sucedido”. Esto es importante, aunque sea una obviedad, porque se reconoce que esto nunca debió haber pasado, y se dice por primera vez. En vez de enorgullecerse, como hasta ahora, cambia el discurso. Pero, cuidado, tampoco los elevemos a los altares por este comunicado. ETA es la que ha causado este sufrimiento. Qué menos que esto”.

"No le doy valor después de todo lo que han hecho"

Ángel Chaparro, policía nacional reconocido como víctima del terrorismo. Se salvó de milagro de una bomba-lapa colocada en los bajos de su coche. Estuvo destinado en Bizkaia desde 1974 a 1987:

“En mi caso, a mí me da igual. No le doy valor a que pidan perdón después de todo lo que han hecho. Ahí está el caso de Alsasua. Ese mundo nos sigue odiando y nos va a seguir odiando siempre. Supongo que lo de pedir perdón es simplemente algo que les va bien en este momento”.

"Es la primera vez que hablan de perdón, y eso es una buena noticia"

Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jáuregi, exgobernador civil de Gipuzkoa, asesinado el 29 de julio de 2000:

"Te genera sentimientos encontrados. Por un lado, es la primera vez que hablan de perdón como organización, y eso está bien, es una buena noticia. Por otro, hablan del sufrimiento de todos, incluyéndose, incluyendo a sus presos, cuando eso es algo que se han buscado ellos. No se puede comparar al dolor de las víctimas, que eran inocentes. 

A ETA le cuesta mucho decir que no tenía que haber existido. Qué menos que pedir perdón, claro, por el daño causado. No han conseguido nada con toda esa violencia. 

Me molesta también la distinción entre víctimas, que a unas les pidan perdón y a otras les ofrezcan respeto. Eso es terrible. De alguna manera, siguen justificando lo que han hecho. Supongo que por ejemplo mi marido está dentro de esta última categoría, la de los "enemigos" de Euskal Herria. 

Pero bueno, me quedo con que era un paso necesario, con que la convivencia en Euskadi ahora es mucho mejor, y a eso nos tenemos que agarrar. Espero que las generaciones futuras se queden con la idea de que el uso de la violencia no lleva a nada y está mal".

“Yo no puedo perdonar, porque me han destrozado la vida”

Hortensia Gómez, madre de Alberto Alonso, guardia civil asesinado por ETA a los 23 años el 25 de abril de 1986.

“No puedo perdonarles. ¿Cómo voy a hacerlo? Han destrozado mi vida y la de mi familia. Y ahora piden perdón, después de tantos años… Ni siquiera me lo creo. Seguro que quieren algo, no creo que sea de corazón, de verdad. Yo soy católica, pero cuando mataron a mi niño perdí toda la fe. Mi marido se murió un año y medio después del atentado, con 46 años. 

Mis otros dos hijos no han vuelto a vivir, están destrozados también. Yo tengo 75 años y sigo llorando, pensando en por qué me arrebataron a mi hijo, pensando que ahora tendría 55 años, el pobrecito. 

Sigo igual, como el primer día. Bueno, como el primer día no, porque el primer día ni te enteras. Pero no he conseguido superarlo y no puedo perdonar. Hoy, de hecho, me han amargado la mañana”.               (Mónica Ceberio, El País, 20/04/18)


"Aunque ya no pinte nada, pues el terrorista que deja de matar se convierte ipso facto en lo que siempre ha sido, un cazurro cerril e intolerante, ETA sigue intentando hacerse notar, aunque sea a costa de su demorada disolución. 

Ahora prepara una performance para despedirse definitivamente de su público y de sus víctimas, y previamente ha publicado una especie de manifiesto en el que pide perdón a la gente que mató --pero no a toda, solo a los que no tenían nada que ver con el conflicto-- sin reconocer que su actividad criminal, además de infame, no ha servido para nada

 Supongo que es muy duro darte cuenta de que has echado tu vida a los cerdos y que por eso se agarran los terroristas a la supuesta labor didáctica llevada a cabo durante varias décadas. Reconocer que eres un imbécil que ha perdido el tiempo miserablemente segando vidas ajenas debería ser el paso previo al suicidio.

 Y los etarras (y sus fans) quieren seguir viviendo y, a ser posible, seguir amargándoles la vida a sus vecinos, como quedó demostrado en el linchamiento de Alsasua que miles de miserables, congregados en manifestación hace unos días, consideran una simple reyerta de bar y no la muestra de odio que en realidad fue.

A las excusas a medias de la banda terrorista se han unido las del clero vasco, siempre tan comprensivo con sus gudaris de estar por casa. Ya lo dijo Savater hace años: en Euskadi, si no quieres que te maten, lo mejor es ser cura o del PNV. O las dos cosas a la vez, añado. Basta con leer la novela de Fernando Aramburu Años lentos para comprender la implicación de una parte de la clerigalla vasca en la poco edificante carrera de ETA. 

Ya solo falta que a la serie de excusas poco convincentes se una la sociedad vasca en pleno, en la que detecto mucha prisa por pasar página lo más rápido posible, una prisa mitigada por las víctimas de ETA, a las que pronto acusarán de generar alarma social por no querer participar en el gran acto de amnesia colectiva que propugna el PNV.

Tan duro como reconocer que te has pasado la vida haciendo el imbécil es admitir que has convivido con la miseria moral de tu sociedad durante un montón de años. Salvo cuatro gatos, triste es reconocerlo, el País Vasco se compone de ciudadanos en diferente grado de putrefacción moral: los asesinos, los que les aplaudían, los que no aprobaban sus métodos, pero los encontraban disculpables, y los que no estaban de acuerdo con la situación, pero callaban como muertos y seguían comiendo pintxos tranquilamente.

Tras las disculpas de los asesinos y sus curas, debería llegar la del País Vasco en pleno, que como sociedad se ha tirado décadas ofreciendo una imagen deplorable. Dudo que lleguen algún día esas disculpas, ese reconocimiento de la enfermedad moral sufrida durante demasiado tiempo. Me temo que triunfarán los partidarios de pasar página velozmente, como si los casi 900 muertos del conflicto fuesen un detalle menor y hasta inevitable. 

Y que el odio sobrevivirá y habrá más episodios como el de Alsasua, aunque la prioridad pública será el mantenimiento del injusto cupo, de ese chollo que, sin los muertos de ETA, tal vez habría pasado a mejor vida hace años. En cuanto a que haya que sobornar a una comunidad para que no abandone la casa común, más vale no darle muchas vueltas, pues resulta un pelín deprimente."          (Ramón de España, Crónica global, 22/04/18)

"(...) ETA, por vez primera, no sólo reconoce el daño causado a sus víctimas. Dice, incluso, que “nada de todo ello debió producirse jamás” o que “no debió prolongarse tanto en el tiempo”. Es un paso en su trayectoria. Pero llega con retraso porque la sociedad vasca, liderada por sus instituciones democráticas, ha avanzado mucho más en el reconocimiento a las víctimas y en el discurso político sobre ellas. (...)

El relato que ETA trata de imponer no se sostiene. La inmensa mayoría de la sociedad vasca y de los partidos que la representan saben que ETA no sólo no tuvo justificación sino que trató de desestabilizar las instituciones democráticas y autonómicas recién nacidas. 

La mayor cantidad de asesinatos se produjo en 1978, año de aprobación de la Constitución; en 1979, en que se refrendó el Estatuto; y en 1980, en que se formó el primer Gobierno vasco tras la Guerra Civil. ETA fue una de las excusas de Tejero para intentar el golpe del 23-F. Fue, además de terrorista, una organización reaccionaria, al atentar contra los avances democráticos de vascos y españoles. En su comunicado no hay autocrítica sobre ello.

Su comunicado muestra, también, insensibilidad en el trato a las víctimas al distinguirlas. Muestra “respeto” para “los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA”. Y las distingue de las “víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto”, a las que pide “perdón”. Una distinción que ha generado malestar en las asociaciones de víctimas. También en la generalidad de la sociedad vasca, que no hace esas distinciones desde hace tiempo.

ETA va a desaparecer. Pero a la izquierda abertzale le queda una tarea importante en el reconocimiento del daño injusto causado a las víctimas y su relato. Es clave para afianzar la convivencia, la gran tarea pendiente de la sociedad vasca. (...)"                (Luis R. Aizpeolea, El País, 20/04/18)


"El perdón no me dice nada".

(...) Él es Josu Puelles, hermano de la última víctima de la organización terrorista en España, el policía nacional vasco Eduardo Puelles, asesinado en 2009. Es vicepresidente de Covite. Ella es Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea, que sufrió un atentado en 1993.(...)

 

¿Acepta el perdón de ETA? 

 

 Rosa Rodero: El perdón no me dice nada... Pero, bueno, me alegro de que se haya hecho. hasta ahora nadie ha sido capaz de hacerlo en este país. Es un pasito más para la paz en Euskadi. De todos modos, deja a algunas víctimas fuera y no me parece lógico.


Josu Puelles: Ni yo ni mi familia, como muchas víctimas, hemos solicitado el perdón de nadie. No queremos el perdón de la banda terrorista. Esto es hipócrita y cínico desde el punto de vista moral y ético. Enmascaran tras el perdón una retórica en la que hablan de unas víctimas que han de ser reconocidas y otras no. El perdón no es genuino, no es generalizado. (...)

 

ETA justifica su actividad por el bombardeo de Gernika.


R.R.: Me parece absurdo. Todo puede venir de la represión franquista y es cierto que esos señores nunca han pedido perdón, pero en la democracia ETA tuvo que haber desaparecido. No se hicieron las cosas y así nos ha ido. La memoria se tiene que escribir como se tiene que escribir.


J.P.: Es un delirio. ETA es el último reducto del franquismo. El único muro contra la libertad en el País Vasco en la democracia ha sido ETA. ETA no es una respuesta a la Guerra Civil. Es un delirio mezclar las cosas. Por eso, duele especialmente el 'totum revolutum' del plan de paz del Gobierno vasco, Aquí hay que focalizar en 858 asesinados y 50 años de terrorismo. (...)

 

¿Cómo espera que se produzca el final de ETA?


J.P.: ¿El final? Su objetivo ha sido derrocar la democracia, por lo que su final debería ser el acatamiento de la democracia. Y colaboración con la justicia. Que se aclaren 300 asesinatos pendientes de resolver, cosa que ETA en ningún momento se ha planteado. Lo demás será propaganda terrorista. (...)"                (Iker Rioja, diarionorte.es, 20/04/18)


 "Asociaciones de víctimas consideran "humillantes" e insuficientes las disculpas de ETA.

 (...) "Para ETA los asesinatos de guardias civiles, policías, políticos, jueces y periodistas están justificados en los términos en los que expresa su comunicado y quizás no está justificada la muerte de quien le dio una patada a una mochila que contenía una bomba", ha dicho Alonso, y ha añadido que "pretende escribir el pasado en términos de justificación de la actividad terrorista y repartir responsabilidades para diluir las suyas en lo que ha ocurrido". 

Entre otras cosas, ha añadido, "reconocer el daño causado es reconocer que se es una organización terrorista" y no una "organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional", como se autodefine.

 "No muestra arrepentimiento con la acción terrorista y pretende justificarla, la contextualiza y la enmarca dentro de un falso conflicto en el que equipara la acción legítima en defensa de la democracia y el Estado de Derecho con la acción criminal de una organización terrorista", ha sentenciado.

La eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundúa, también se ha alineado con este relato:

Es su historia del terror lo que ETA debe condenar sin esconderse más en manipulaciones. Evitan condenar su pasado tras “la teoría del conflicto”.

Para entender la letra pequeña del comunicado en el que no piden perdón todas las víctimas se puede recordar esta nota de la dirección de ETA “La vida de nuestros luchadores vale cien veces más que la de un hijo de un txakurra". Operación de propaganda para beneficiar a Otegi.

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