5/2/18

Ante el fracaso de las izquierdas catalanas. Los Comunes han malbaratado las enormes expectativas que levantaron con sus buenos resultados en las dos elecciones generales que indicaban que una fuerza de izquierdas y nítidamente contraria a la secesión tenía todas las opciones para convertirse en la formación hegemónica entre las clases populares de Catalunya

"Los resultados de las elecciones al Parlament de Catalunya del 21D han supuesto una auténtica debacle para la izquierda independentista y no independentista. ERC no ha conseguido su objetivo histórico de lograr el sorpasso respecto a los herederos de Convergència y CUP ha cedido la mitad de sus apoyos electorales. 

PSC quedó muy por debajo de sus expectativas electorales, con sólo un pequeño incremento del 0.9% y un diputado y ni siquiera fue capaz de sumar el 2% de los votos que Unió obtuvo en las “plebiscitarias” del 2015. 

Más grave fue aún el resultado del espacio de los Comunes que cedió 1,5 puntos porcentuales y tres de sus once diputados; además, la correlación de fuerzas no les otorgó como esperaban la llave de la gobernabilidad del país que hubiera compensado su caída electoral.

Los comicios, extremadamente polarizados en el eje nacional, favorecieron a las dos fuerzas situados en el ámbito del centro-derecha neoliberal, Junts per Catalunya (JxCat) y Ciudadanos (C’s), ambos integrados en el grupo liberal ALDE del Parlamento europeo. Corroborando la tesis de que cuando la cuestión nacional centra el debate político, las derechas, de uno u otro signo nacionalitario, resultan las grandes beneficiadas en perjuicio de las izquierdas.

Uno de los grandes éxitos del proceso soberanista ha sido precisamente provocar la división de las izquierdas no independentistas. El primer damnificado fue el PSC que sufrió una profunda fractura, así la élite catalanista que había dirigido los destinos del partido lo abandonó y fundó distintas plataformas que acabaron integrándose en ERC.

 Los socialistas pagaron un severo precio electoral pasando del 27,3% de los votos en los comicios del 2006 y 37 diputados, al 18,3% y 28 diputados en 2010 y llegando a su punto más bajo en el 2015 con el 12,7% y 16 diputados.

La debacle de los Comunes

El espacio de los Comunes obtuvo en las elecciones plebiscitarias del 27 de septiembre 2015, bajo las siglas de Catalunya Si Que Es Pot (CSQP) un discreto resultado electoral, tanto es así que sólo logró 11 diputados, dos menos que los obtenidos por ICV en 2012. 

No obstante, tres meses después logró una gran victoria en las generales del 20 diciembre 2015 cuando se impuso como primera fuerza política del país con 24,7% de los votos y con casi diez puntos de ventaja respecto a ERC la segunda formación más votada con el 15,9% de los votos. Un resultado semejante, con pequeñas variaciones, en las generales repetidas de 2016.

Estos datos indican que cuando el eje social centra el debate electoral, los Comunes son la opción preferida, pero que tienen un serio problema ideológico y político cuando la contienda electoral gira monotemática sobre el eje nacional. 

De hecho, en la campaña de las plebiscitarias, CSQP se mantuvo en una ambigüedad estructural respecto a la cuestión de la independencia, en unos comicios que dieron el primer aviso sobre el ascenso de C’s en los barrios de la periferia con un discurso antisecesionista, convirtiéndose en la segunda fuerza parlamentaria con el 17,9% de los votos y 25 diputados, 16 más que los anteriores comicios.  (...)

La polarización identitaria de los comicios del 21D arrojó unos resultados que impiden una salida de izquierdas a la crisis, como se había especulado durante la campaña electoral, en torno a un gobierno de coalición nucleado por ERC y los Comunes que podría contar con los apoyos exteriores del PSC e incluso de la CUP. 

Los magros resultados de ambas formaciones, que suman sólo 36 diputados, imposibilitan esta opción, pues incluso si contaran con los improbables apoyos de PSC y CUP, únicamente tendrían 61 diputados, lejos de la mayoría absoluta.  

(...) los dirigentes de los Comunes no supieron interpretar el significado de las dos grandes manifestaciones contra la independencia promovidas por Societat Civil Catalana que contaron con la masiva participación de muchos de sus electores en los barrios.

Los resultados electorales dictaron una dura sentencia contra los Comunes en el Área Metropolitana de Barcelona. En Santa Coloma de Gramanet donde los Comunes obtuvieron 31,8% de los votos en las generales del 2015, pasaron a un modesto 10,8%, cediendo cuatro puntos porcentuales respecto a las plebiscitarias del 2105. 

Por el contrario, C’s obtenía el 35,4 % y aumentando 10,6 puntos sus apoyos electorales. En Sant Andrià del Besòs, donde las generales del 2015 los Comunes lograron el 32% de los votos, sólo obtuvieron un 9,9%, cediendo 3,6 puntos respecto a las plebiscitarias del 2105, mientras que C’s se alzaba con el 34.6% de los votos, incrementando sus apoyos en 12 puntos.  (...)

El digital Crític, próximo al espacio de los Comunes, elaboró un interesante informe sobre el perfil sociológico de los electores de C’s, en base a los datos del Departament de Governació de la Generalitat y la encuesta del proyecto MEDW. El voto a C’s se concentra en las comarcas costeras de Barcelona y Tarragona, pero también en el Valle de Aran. 

Se trata de un voto fundamentalmente urbano, así C’s es la fuerza más votada en las diez ciudades más pobladas de Catalunya y en 23 municipios del Área Metropolitana de Barcelona, arrebatándole al PSC la posición de primera fuerza política en localidades como Cornellà de Llobregat, Badia del Vallès o Santa Coloma de Gramanet.

Según los datos del Departament de Governació de la Generalitat, C’s concentró el voto contrario a la secesión de Catalunya. Así el 44% de los votantes del PP en las plebiscitarias del 2015 se decantó ahora por el partido naranja, así como el 36% de los electores del PSC, el 31% de los de Unió, el 24% de los votantes de los Comunes y un 35% de los abstencionistas.
Por otro lado, la encuesta elaborada por el proyecto MEDW revela que el 78% de los votantes de C’s se consideran tan catalanes como españoles y que el 62% son castellanohablantes. 

La formación liderada por Inés Arrimadas cuenta con el porcentaje superior de castellanohablantes entre sus electores, pues sólo 1 de cada diez de sus electores son catalanohablantes, una cifra superior a la de PP y PP con un 14% y 15% de votantes de lengua catalana respectivamente. En el otro extremo identario se sitúa JxCat/PDeCat con un 25% de electores de lengua castellana.

 Unos datos que confirman el retrato-robot del votante de C’s: residente en los barrios y municipios de la periferia de las áreas metropolitanas, con bajo nivel de renta y formación y de lengua castellana.  (...)

Los Comunes han malbaratado las enormes expectativas que levantaron con sus buenos resultados en las dos elecciones generales que indicaban que una fuerza de izquierdas y nítidamente contraria a la secesión tenía todas las opciones para convertirse en la formación hegemónica entre las clases populares de Catalunya. 

Su convivencia y ambigüedades respecto a los planteamientos independentistas ha propiciado el triunfo de C’s. Quizás si en vez de Domènech, el cabeza de lista hubiera sido Coscubiela no hubieran experimentado de modo tan agudo la debacle electoral.

De momento, no se atisban signos en el horizonte que el eje social recupere un papel central en la agenda política que favorecería el avance de las izquierdas catalanas. Incluso, en el improbable caso que eso sucedería, aun deberían articular una respuesta programática a los retos planteados por el movimiento independentista catalán que no se diluirá ni en el corto, ni el medio plazo. 

Tanto desde el PSC como desde los Comunes deberían concretar con rigor y convicción una alternativa federal que, hasta el momento, no han sabido ni elaborar, ni comunicar, como alternativa a la dinámica frentista a los nacionalismos español y catalán."                   ( Antonio Santamaría , El Viejo Topo,  04/02/18)

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