"Atención absoluta. Silencio. Y sorpresa mayúscula reflejada en los
rostros. El secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la
Agenda Digital, José María Lassalle,
acaba de dictar una clase de historia, que, en realidad, es una lección
política, porque sus conclusiones son rebatibles. Es su visión, la
muestra y la defiende.
“El nacionalismo español no
existe”. Existió, sí, producto de los años de la dictadura, defendido
por el falangismo franquista, pero ahora no, ahora no existe, otra cosa
es que pueda resurgir, que cobre fuerza en los próximos años. (...)
Pero el autor del excelente libro Contra el populismo. Cartografía de un totalitarismo posmoderno
(Debate), en el que arremete con sus antiguos compañeros neocon del PP,
con algunas pullas sobre el pasado reciente de su partido, insiste. A
lo largo del siglo XIX no hay autores que defiendan un nacionalismo
español. Lo que hay, a su juicio, es la voluntad de construir un Estado liberal, con más fracasos que aciertos.
Sin embargo, apunta un hecho que el independentismo sigue sin asumir.
Y es que jugando con el proceso soberanista, sí puede levantarse un
nacionalismo español que eche por tierra los esfuerzos realizados desde
la Transición.
Y eso sí debe ser motivo de una profunda reflexión. Lo que ha
ocurrido con el Estado de las autonomías ha sido un intento de apostar
por un país, España, plural, y con el autogobierno y el traspaso de
muchas competencias a las comunidades, que no ha pensado tanto en
identidades como en el orgullo por una transformación social y económica
sin parangón en beneficio de los ciudadanos.
Se hubiera tratado,
siguiendo a Habermas, de un patriotismo constitucional, (...)
Pero, a pesar de todo, ese nacionalismo español no se ha manifestado,
en gran medida porque estaba acomplejado por todos los años de la
dictadura, donde se exhibió a fondo.
Ahora las cosas podrían estar cambiando. Un partido, Ciudadanos, ha comenzado a erosionar por la derecha al PP, el gran bastión de esa idea de nación española,
que el independentismo desea, para poder batirse de igual a igual. Eso
es lo que dibujó Lassalle, para pedir acuerdos antes de que eso suceda.
Y esa es la ceguera del independentismo, que, forzando las cosas de
forma insensata, ha despertado un nacionalismo español latente, que ya
no entiende el propio Estado de las autonomías, que tanto éxito para
todos ha proporcionado.
Por ello, ha comenzado a circular en Madrid una idea: buscar apoyos, armar un discurso bien trabado sobre un nuevo patriotismo español,
que integre a nacionalidades como Cataluña, un relato inclusivo para
todos, que encare, ya definitivamente, el siglo XXI. ¿Pero, hay alguien
ahí para ponerse manos a la obra?" (Manel Manchón, Manel Manchón, 27/01/18)
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