"(...) El PP sale ganador del proces
y no lo oculta. Rajoy: “yo he convocado las elecciones”. Gobierna en
Cat. por primera vez en la historia. El 2º ganador es el Ibex 35 y las
multinacionales que han mostrado su poder.
Cuando han empezado a cambiar
sus sedes a fuera de C. la situación ha cambiado. Han mostrado mediante
la acción directa que el coste de la independencia sería elevado o, en
todo caso, que no hay proceso rupturista sin costes económicos.
Vicenç Navarro: “las derechas reaccionarias están enormemente movilizadas, y más fuertes que nunca en el periodo democrático. Intentar generar un proceso revolucionario en la situación actual es un error enorme, como ha ocurrido en otros momentos históricos en nuestro país y en otros países […]
Nunca antes durante el periodo democrático habíamos visto a las
derechas tan envalentonadas. Esta estrategia ha creado una situación tal
que la bandera borbónica ha pasado a ser la española, incluso a nivel
popular.
El independentismo catalán ¿no sabía que esto iba a pasar o simplemente no querían pensar en ello? O les daba igual porque para sus dirigentes políticos el objetivo no era la independencia eran otras cosas.
Aquí un pequeño paréntesis: si el proceso movilizador comenzado en 2011 y continuado con las mareas ciudadanas y las marchas de la dignidad (más de un millón de personas en la movilización de 2014), si este proceso hubiera continuado en el tiempo y a más, poniendo a presión al sistema especulativo-corrupto-depredador que nos gobierna, la situación hubiera sido parecida: las multinacionales ubicadas en España hubieran amenazado y cambiado su sede después y habrían aumentado las deslocalizaciones y, más aun, el descenso del turismo…
Es la economía globalizada que
tenemos. No hay procesos transformadores sin costes, ni tan siquiera
procesos de cambio social. No hay transformación político-social gratis.
Tengámoslo en cuenta.
- El separatismo
catalán está en, en estos momentos, en un callejón sin salida, en un
punto muerto del proceso. Vías pacíficas exploradas:
La presión permanente en la calle, huelgas, manifestaciones, cortes de carreteras,… lleva a que más y más empresas se vayan de Cataluña. Mostrando la economía globalizada y débil, como en el resto de España. Manifestaciones de millones de personas muestran lo crítica que es una parte importante de la población con el Gobierno estatal, pero este no se inmuta. Sabe que están en el callejón sin salida. Si se crea un clima social de mayor inestabilidad la economía se resentirá más. Y no parece que los catalanes estén por la labor de sufrir para conseguir la independencia. En las encuestas solo un 15% considera que el sentimiento independentista es irrenunciable y por motivos-emotivos diversos (encuestas del órgano oficial catalán, pueden ser incluso menos). El resto del independentismo es instrumental, material: considera que en una Catalunya independiente se viviría mejor, con más PIB y más nivel de vida, lo cual es muy discutible. Una cosa es el PIB y otra el nivel y otra la calidad de vida.
(...) la independencia está bien pero para vivir mejor. Una cosa es ir a una
manifestación, o incluso a un referéndum que se considera ‘alegal’, y
otra cosa es vivir peor. El día que se anunció la DUI, un sindicato
anunció una huelga ¡de 10 días! en respuesta a la simultánea aplicación
del art. 155. Al día siguiente desconvocaron.
Una semana después parte
del Gobern va a prisión. Se convoca una nueva huelga general, ahora de
un solo día (8 de noviembre). El paro fue muy minoritario, la
movilización se refleja en cortes de carreteras, paralización del
transporte público por piquetes, mayoritariamente de jóvenes.
Es decir
una cosa es el querer, votar la independencia, manifestarse… a ser
posible en fin de semana o fuera del horario laboral… y otra cosa es el
trabajo, el dinero y la estabilidad. (...)" (Tomás Alberich, Público, 04/12/17)
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