12/12/17

España me parece un país interesante, un país vivo. A pesar de la situación que atravesamos creo que es un territorio que va hacia delante... Lo de Cataluña es una opereta de gente estúpida y miserable, además de mentirosos... Puigdemont es tan bobo que ha conseguido que resucite la bandera española y se pueda exhibir sin complejos

"En 1958 decidió mudarse de Madrid a París porque España le aburría. ¿Qué le provoca España ahora?
Ahora no me aburro como cuando entonces. Desde hace tiempo me parece un país interesante, un país vivo. A pesar de la situación que atravesamos creo que es un territorio que va hacia delante. En eso soy positivo, algo que durante demasiado tiempo no he creído ser. Incluso diría que soy bastante positivo.
Pues los motivos parece que escasean.
Soy consciente de que nos queda aún mucho trabajo que hacer como país, demasiadas cosas por resolver. Empezando por esa gilipollez monumental que han provocado los independentistas catalanes y de la que espero que hablemos. En cualquier caso, España sigue mirando al futuro, con complicaciones, pero para bien.  (...)
Lo de Cataluña, que comenzó como incendio, está continuando como bufonada. ¿Hacia dónde camina el independentismo?
 
En seguir abundando en la cretinez. No me extraña que más de 2.000 empresas hayan cambiado su sede social a otras ciudades españolas. Por mi parte, hace 20 años que no piso Cataluña. 
Y no exactamente por una animadversión personal, sino por un conjunto de anécdotas que me convencieron de que debía dejar de ir por allí. La primero es que cuando los independentistas catalanes quieren divertirse se van a Israel a hacer el idiota. Recuerda a Carod-Rovira fotografiado con corona de espinas ante el Muro de las Lamentaciones. Patético. 
No se le ocurrió ir a Palafrugell a hacer el bobo, sino que se marchó a Israel a dar el coñazo. Y luego está mi relación con algunos galeristas de allá, como Carles Taché. Yo aún lo conocí como Carlos y no era independentista, como sí lo es ahora. Es el colmo. En un viaje de empresarios con ese genio que se llama Jordi Pujol (hombre de probada cultura y honestidad, punta de lanza de una horrible familia), éste le comentó que cómo es que exponía a artistas españoles como Saura, Palazuelo o a mí. 
Así que, poco a poco, Taché prefirió exponer casi exclusivamente a aborígenes catalanes, que son los artistas que más han chupado del bote. Pienso en Antoni Tàpies o Jaume Plensa. Lo único que han aprendido de Miró es a sacar dinero no de Cataluña, sino de España. Por este y algunos otros asuntos, no vuelvo a pisar ese lugar. En este país las colecciones de arte más serias las han hecho los vascos.
¿Alguna vez intuyó que el nacionalismo en Cataluña llegaría al secesionismo?
Sinceramente, no. Siempre fui bien tratado por los catalanes no oficiales y creo que los personajes desmedidos estaban de algún modo controlados. Aunque sé, como todos, que la culpa no es sólo de ellos, sino de ciertos gobernantes de Madrid. Pienso en el horrible Zapatero, entre otros.
Puigdemont en Bélgica, algunos de los principales responsables del Gobierno catalán en la cárcel, el artículo 155 aplicado y una DUI hecha de manera furtiva. ¿Esto qué es?
 
Es una opereta de gente estúpida y miserable, además de mentirosos. Cada paso que dan es más ridículo. Hace unas semanas quitaron de la foto del ex Gobierno de la Generalitat al ex consejero Santi Vila y se dejaron una pierna sin borrar. Además de tontos, chapuzas. Fueron de Stalin (que también manipulaba imágenes, igual que Fidel Castro eliminando a Carlos Franqui) y se quedaron en personajes de tebeo.(...)
 Una de las cosas que más me han divertido últimamente son las andanzas del exilado de Bruselas (no quiero ya ni nombrarlo). Es tan bobo que ha conseguido que resucite la bandera española y se pueda exhibir sin complejos. Le debemos eso y la actualización de Maduro. 
Y, por cierto, qué mal se peina ese tío. Cuando los miras con atención percibes que no son agradables. Ninguno tiene un mínimo sentido de la estética. Y menos que ninguno ese gordo al que se le aparece la Virgen [Oriol Junqueras].
¿La ves como una bandera de todos?
Completamente. En este momento está limpia. No siempre ha sido así. Antes cuando veía la bandera incrustada en ciertos uniformes me ponía nervioso.
¿Y ahora?
Ahora les doy la mano. La broma independentista ha sido tan retrógrada que no se va a volver a hablar de este asunto en 20 años. Esa es mi predicción. Aunque probablemente me equivocaré de nuevo, como siempre me pasa en asuntos de política. (...)"         (Entrevista a Eduardo Arroyo, Antonio Lucas, El Mundo, 09/12/17)

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