18/12/19

Pilar Eyre: La burguesía se agarró a Franco como un clavo ardiendo. Se le iba a aplaudir a la Diagonal. Yo, con mi familia, aplaudiendo. Esa Cataluña antifranquista forma parte de la leyenda...

"(...)--Lo que usted cuenta, y parece que se olvida, es que esa Guerra Civil no fue una guerra de España contra Cataluña.


--Lo que cuento lo he vivido y me lo han explicado. Las tropas franquistas entran en Cataluña en enero de 1939, y pocos meses después, el 24 de abril, hay una exhibición brutal con todos los empresarios, textileros, gente muy conocida, con las mujeres que desempolvan sus trajes guardados durante la guerra, en el Liceu. Están con el brazo en alto, cantando el cara al sol y la Marcha de Oriamendi. Había una burguesía que conspiraba, y a partir de los 50 se enriqueció gracias a Franco. Otros dirán que a pesar de Franco.

 Pero una de las condiciones de supervivencia del empresario catalán es adaptarse a las circunstancias. Estuvieron con la monarquía, con la república, y durante la Guerra Civil hicieron funcionar sus fábricas con sus capataces, y ellos desde París o donde estuvieran. Sacaron del franquismo todo el provecho que pudieron.


--¿Hubo fervor patriótico o se aprovecharon de la coyuntura?


--Mi abuelo materno, que era el rico, falleció en 1939. En el parte de muerte se dice que fue a causa de los padecimientos de la dominación marxista, tras ser objetivo de los llamados descontrolados. Esa burguesía se agarró a Franco como un clavo ardiendo. 

Hay que recordar, como aparece en el libro, las visitas de Franco a Barcelona. Era alucinante, con la visita de Eva Perón, o en el Congreso Eucarístico. Se iba a aplaudir a la Diagonal. Yo, con mi familia, aplaudiendo. Esa Cataluña antifranquista forma parte de la leyenda.

--En el libro se aborda también la cuestión de la lengua. Son familias que hablaban en catalán.


--A mí siempre me dijeron que en el gremio de los laneros se hablaba catalán, en sus reuniones y sus vidas particulares. Mi madre siempre lo habló, con la suya, que era de Reus y con sus hermanas. Yo iba al colegio Isabel de Villena, donde se daban clases en catalán. Recuerdo que con un sacerdote, que daba las clases en catalán, yo dije que hablaba en castellano, aunque lo entendía perfectamente. 

Y me dijo que saliera de clase, que tenía la asignatura aprobada, pero que saliera. Y me iba al patio a pasar el rato. Sin querer generalizar, pero en la intimidad, en las casas, se hablaba catalán, aunque oficialmente todo fuera en castellano. Una parte de mi familia, falangista, muy de derechas, nunca le reprochó nada a mi madre por utilizar el catalán con mis tías.


--¿Qué relación se tuvo con la inmigración, con los murcianos, como aparece en la obra, la propia amante de Mauricio?


--En aquella época el trato era tremendo. Vivían en cuevas, en Sabadell en las cuevas de San Olegario. Se acercaban a las puertas de las fábricas, a esperar, a ver si podían tener trabajo para alimentar a sus familias. Los patronos eran paternalistas, y decían aquello de que también eran "sus hijos". Y habían creado las famosas colonias de trabajadores, con dispensarios, escuelas y servicios. 

Luego cambió todo. Hay que recordar el fuero de los trabajadores, que se fue modificando con el tiempo, y que suponía una cierta protección. Con el libro también he comprobado cómo se protegía a las prostitutas de lujo, con un carnet que se renovaba cada quince días y que daba cuenta de que estaban sanas. Son las que aparecen en el prostíbulo de La Carola. 

 No quiero parecer para nada una nostálgica del franquismo. Me volví más roja que nadie. Lo que hago es recordar cómo eran esos años.  

--¿Falta esa visión para tener una fotografía de todo el franquismo en Cataluña?


--Creo que hay un gran desconocimiento de lo que ha sido nuestra historia. Cuando pensaba en cómo promocionar el libro comentaba que podía ser así: una historia entre 1939 y 1962. Y me sorprendía, cuando me decían que no avanzara el final. Me sorprendía que no se supiera lo que pasó en 1962. Ni en España ni en Cataluña se tiene claro qué sucedió. Desconocemos mucho. Franco fue un dictador sanguinario, que mató poco antes de morir. La dictadura fue sanguinaria. No soy nada nostálgica de esa época, pero creo que hay que conocerla bien para ver los peligros que nos acechan.

--¿Esa burguesía, por tanto, apuntaló al franquismo?


--Esa burguesía apuntaló la dictadura, claro. Sabadell se presentaba como la capital de la lana en el mundo. Mucha gente se enriqueció con los cupos, y con otros mecanismos, como Florencio Pujol (el padre de Jordi Pujol) Se aprovechó mucha gente que, de hecho, no había participado en la guerra, que no había luchado en la contienda.


--Usted señala una cuestión que se puede analizar desde la actualidad, desde lo que sucede ahora. Esa burguesía franquista, que se ha beneficiado económicamente, que aporta dinero para causas catalanistas.


--Sí, lo cuento al recordar cómo se quería revitalizar el Instituto de Estudios Catalanes.


--Sí, las mismas familias que constituyeron Òmnium Cultural.


--Bueno, eras las mismas sí, no había tantas: los Carulla, Cendrós, Ballvé i Creus, Riera…

--¿Siempre han estado con un pie en cada lado, como pueda pasar ahora con el proceso independentista?


--Yo lo digo con esa frase de encender dos velas, una a Dios y otra al diablo. Lo que he comprobado es que ahora son las mismas familias, pero pasa en muchas otras partes. Me lo han dicho en Bilbao o en Valencia. Ahora bien, los Cendrós, a quien conozco muy bien, siempre han tenido ese convencimiento íntimo, son catalanistas de siempre. Y les ha costado mucho dinero serlo. Tienen ese sueño, no es el mío, pero lo respeto.


--También los Carulla.


--Sí, y ganaron mucho dinero con el sopicaldo que se ofrecía en los comedores de auxilio social, o Platerías Ribera, que acuñaban la moneda. (...)

--Es que eso se ha dado en Cataluña. Ha habido grandes financieros, como Jaime Castell, que eran españolistas, y de Franco. Salen muchos así en el libro. Castell se fue a Suiza, surfeó por muchas cosas, hizo mucho dinero. Es uno de los grandes nombres de aquella Cataluña. Recuerdo que cuando su mujer, Elvirita, llamaba a mis padres, para salir con Jaime, se emocionaban. "Nos ha llamado Jaime", decían.


--Todo se acaba en 1962, con las inundaciones en el Vallès. ¿Es un tipo de franquismo que se muere y ahí acaba la novela?


--Comienza a surgir otra Cataluña, y otro tipo de franquismo, con el Opus Dei. Una parte de mi familia abrazó al Opus Dei. Y hubo muchos empresarios franquistas del Opus. Para mi padre, que era falangista, el Opus era su gran enemigo. (...)"                   (Manel Manchón, Crónica Global, 08/12/19)

No hay comentarios: