18/2/15

Cataluña trabaja para que los andaluces se pasen la vida en el bar

"(...) Financiada por las instituciones catalanas y las aportaciones voluntarias de miles de ciudadanos, la película L’Endemà (Al día siguiente) de Isona Passola, emitida en la televisión autonómica TV3 en horario de máxima audiencia, se ciñe a la interesada y equívoca estampa de la pareja mal avenida para explicar la necesidad de la ruptura. España es representada por un novio machista, autoritario e irresponsable que se niega a conceder la separación a una Cataluña moderna, racional y con visión de futuro. 

El filme, una muestra de xenofobia blanda adobada en buena conciencia, recoge parte de los falsos tópicos-prejuicios sobre España y los españoles, como que Cataluña trabaja para que los andaluces se pasen la vida en el bar, que los otros niños españoles tienen un ordenador para cada uno en las aulas, y que los catalanes son los únicos forzados a pagar los peajes de las autopistas.

 “Se está construyendo un enemigo”, advierte Astrid Barrio, doctora en Ciencias Políticas y autora de una tesis doctoral en la que se explica el giro independentista de CiU por la llegada a la cúpula de ese partido de las antiguas juventudes nacionalistas más radicalizadas.

“La sociedad catalana no es xenófoba, particularmente en el área metropolitana de Barcelona donde abundan parejas catalano-andaluzas. El déficit de infraestructuras ha creado un sentimiento de injusticia que va cuajando y alimentando la causa independentista”, subraya Miquel Valls, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona

 Los peajes, prácticamente insoslayables, en torno a esta ciudad aportan gas a la caldera del agravio hasta el punto de que hay quienes abren con este asunto la lista de razones que justificarían la independencia.

Aunque el nacionalismo parece tener ganada la batalla del supuesto maltrato financiero a Cataluña, digan lo que digan los técnicos de la Administración y los expertos de la contraparte, flota en el ambiente la sensación de desproporcionalidad y falta de correspondencia entre el fundamento y peso de las afrentas e injusticias que se aducen y la opción rupturista, incluso cuando desde la frivolidad o la ingenuidad se expone la independencia como algo perfectamente al alcance, sujeto tan solo a la buena voluntad de las partes.

 El nacionalismo sostiene que es más fácil que Cataluña se independice de España que España se reforme. Es una interpelación, un órdago implícito, un dilema a considerar. (...)"              ( El País,   16 FEB 2015)

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