"(...) Es solo a partir de 2012, con el comienzo de la aparición sucesiva e
imparable de los casos públicos de corrupción, cuando los Puyol y
dirigentes de Convergencia i Unió ven que pueden acabar en la cárcel, es
solo entonces cuando dan el giro independentista en sus organizaciones.
Objetivo doble: aspiración a ser juzgados solo por tribunales catalanes
y, sobre todo y en el corto plazo, cortinas de humo que tapen la
corrupción y los recortes sociales que estaban imponiendo a la población
catalana.
Exactamente los mismos objetivos que el PP en el resto de
España. Así, los dos partidos más corruptos de España, y seguramente de
la Unión Europea, el Partido Popular y la coalición CiU son los más
interesados en la tensión. No es que se aprovechen de la situación: es
que la han estado fabricando y alimentando. (...)" (Tomás Alberich, Público, 04/12/17)
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