"Con el anuncio de la fecha y la pregunta para el
referéndum ilegal empieza en realidad la cuenta atrás hacia la
convocatoria de nuevas elecciones. La estrategia de los líderes
separatistas consiste en generar las condiciones de máxima tensión
política para una segunda vuelta con el objetivo de cohesionar a su
electorado y alcanzar, abstención unionista mediante, el 50% de los
votos que no obtuvieron en las plebiscitarias del 2015.
Para ello están dispuestos a dar un salto mortal sin red
y a poner a las instituciones del autogobierno fuera del Estado de
derecho, tal como están denunciando los partidos de la oposición. Se
trata de no dejarl al Gobierno español y a los poderes del Estado más
alternativa que impedir con acciones coercitivas la materialización de
un golpe institucional que en Europa nadie va a apoyar, ni tan siquiera
la Rusia de Putin.
Es una estrategia ilegítima y dañina
para el conjunto de la sociedad catalana, pero no olvidemos que es la
consecuencia lógica de la propaganda sobre el llamado derecho a decidir. (...)" (Joaquim Coll , Historiador, El Periódico, 08/06/17)
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