"La reciente resolución del Tribunal Constitucional alemán, sobre la
posibilidad de celebrarse un referéndum de autodeterminación en Baviera,
ha conllevado multitud de opiniones, algunas ciertamente disparatadas
sobre las consecuencias de la resolución ante la nueva demanda del
Gobierno de la Generalitat para la celebración de un referéndum en
Catalunya.
He escuchado opiniones en las que desacreditan la resolución
simplemente porque solo la solicitó una persona y por lo tanto la
doctrina no es extrapolable, ya que aquí tiene el soporte de una parte
importante de la población, vinculando el rigor jurídico, no a la razón
jurídica, sino al número de seguidores de la opción peticionaria.
Escuché a un ilustre tertuliano decir que, si en Baviera la
independencia tuviera el mismo soporte que en Catalunya, la resolución
del TC alemán habría sido otra. Además, curiosamente, viniendo de un
Tribunal alemán, dicho planteamiento estaría justificando las
vulneraciones a la Constitución de la Repú- blica de Weimar realizadas
por el partido Nazi, con las atroces consecuencias que todos conocemos,
simplemente porque en esos momentos lo apoyaba una mayoría.
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En
gran parte de las opiniones que analizan la resolución alemana, se
mezclan cuestiones políticas y jurídicas, sin embargo, para poder
entender con claridad sus repercusiones, es necesario un análisis
independiente, valorando por un lado las consecuencias jurídicas y, por
otro. las políticas.
En el ámbito jurídico, ciertamente la resolución no trae ninguna
novedad en el estudio e interpretación del derecho a la
autodeterminación, que es el tér- mino jurídico correcto. El ‘derecho a
decidir’ es un eufemismo, como muchos otros, que se utilizan para
ocultar los problemas jurídicos del termino real. El ‘derecho a decidir’
no existe como construcción jurídica, es un invento para no llamar a
las cosas por su nombre.
Utilizar el eufemismo no es baladí, intenta obviar las dificultades
jurídicas de la construcción del derecho a la autodeterminación de los
pueblos, sustituyéndolo por un supuesto ‘derecho a decidir’ que ni en la
legalidad española ni en la legalidad internacional existe.
Y todo
porque la doctrina internacional sobre el derecho a la
autodeterminación, que se basa en el Pacto Internacional de Derechos
Humanos, –pero que no lo incluyó como derecho en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos– y que es desarrollado por las
resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) y 2625 (XXV) de Naciones Unidas, fue
construido para regular los procesos de descolonización del siglo XX, y
por lo tanto de imposible aplicación al supuesto catalán.
Pero además,
en paralelo al derecho de autodeterminación, también surge el derecho a
la integridad territorial, fruto del acta final de Helsinki de la
Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa.
Pero volviendo a la resolución alemana, ésta simplemente establece
que dentro de la legalidad alemana, un Länder no tiene capacidad para
vulnerar la Constitución e iniciar un proceso de segregación unilateral.
¿Significa esto que Baviera nunca podrá ser independiente? Pues no,
significa que para ello requerirá la reforma constitucional y por lo
tanto la participación democrática de todos los alemanes, en pocas
palabras, requerirá un pacto y un consenso de todos, precisamente lo que
no hay en Catalunya.
Pero es que la resolución alemana no es nueva en
el derecho comparado, independientemente de la dictada en España por el
Tribunal Constitucional con relación al 9-N –por cierto, acusado de
antidemocrático habiendo utilizando los mismos argumentos que el
alemán–, en 2015 también se pronunció el Tribunal Constitucional
italiano al declarar inconstitucional la ley de la Asamblea Regional del
Veneto en lo que hacía referencia al referéndum sobre la independencia,
utilizando prácticamente los mismo argumentos expuestos anteriormente.
Y
resulta interesante recordar que en el Veneto, en marzo de 2014,
también se efectuó una especie de referéndum ‘privado’ –votaron 2,3
millones, aunque al ser parte de los votos por internet fue muy
discutida la cifra– con grandes similitudes al del 9-N, y
judicializándose por la vía penal con las detenciones de los líderes
independentistas que pretendieron tomar la plaza de San Marcos el 2 de
abril de 2014, para declarar la independencia.
En el ámbito político, la resolución alemana sí introduce novedades,
principalmente porque deja sin argumentos a la llamada a la
internacionalización del proceso catalán. Hemos oído por activa y pasiva
que Europa no permitirá que España vulnere el ‘derecho a decidir’ de
los catalanes, y que el referéndum vendrá impuesto por Europa, donde
residen los verdaderos valores democráticos, y obligará a la
‘antidemocrática’ España a su cele- bración.
La resolución sobre Baviera
no introduce novedades jurídicas, pero sí deja sin contenido dos
cuestiones importantes: el Tribunal Constitucional español ha fallado en
referencia al 9-N de igual manera, y con los mismos argumentos que los
tribunales constitucionales de otros países europeos, por lo que las
acusaciones de falta de democracia, habituales en los ámbitos
independentistas, pierde cualquier sentido; y por otro lado, sin los
principales actores europeos, como son Alemania, Italia y Francia, con
su especial dureza ante los independentistas corsos, hace que
difícilmente la UE obligará a España a hacer nada, sin que además exista
en los tratados de la Unión cauce alguno para que la Comisión Europea
obligue a un estado miembro a celebrar un referéndum de
autodeterminación.
Por lo tanto, en el debate político ya no valdrán acusaciones de
falta de democracia, con el único fin de desacreditar resoluciones tan
lícitas y democráticas como las alemanas e Italianas. Tampoco valdrán
llamadas a que Europa corrija al Estado español, dirigidas más a
mantener la euforia de su electorado que a otra cosa, porque siempre han
sabido que en la Europa democrática lo que prima es el respeto a la ley
y al estado de derecho; y si no, ¿por qué no se recurrió la sentencia
del Tribunal Constitucional sobre el 9-N a los tribunales europeos?,
casualmente, los únicos que podían haber obligado a España a celebrar un
referéndum." (Lluís Huguet Tous, Diari de Tarragona, 12/01/17)
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