2/12/16

Una Catalunya independiente bajo el dominio del partido de las derechas (como ha ocurrido en la mayoría del periodo democrático) mostraría incluso menor sensibilidad social que la que hay actualmente

"(...) Como ocurre en España, y como también he indicado anteriormente, las izquierdas catalanas están también divididas. ERC, y también ahora la CUP, están apoyando y/o sosteniendo al partido de derechas hegemónico en Catalunya (CDC). 

No le faltaba razón al dirigente de IU, Alberto Garzón, cuando señaló la incoherencia del Sr. Gabriel Rufián, de ERC, que a la vez que denunciaba el comportamiento de un partido (el PSOE) que se define de izquierdas y que, en cambio, facilitó que el partido de derechas gobernante en España continuara en el gobierno, no mencionaba que ERC está haciendo lo mismo en Catalunya. 

ERC ha sido el máximo apoyo del gobierno de la Generalitat, hegemonizado por el partido heredero del pujolismo (por mucho que cambie su nombre), claramente de derechas y perteneciente a la familia política liberal en Europa.

El mayor obstáculo para la colaboración y alianza de las izquierdas en Catalunya es, como también ocurre en España, el tema nacional, que es antepuesto al tema social (que es el que afecta más inmediatamente al bienestar de las clases populares) por parte de sectores de las izquierdas catalanas (ERC y la CUP), asumiendo (erróneamente) que el gran retraso social de Catalunya se debe a su pertenencia a España, ignorando que una Catalunya independiente bajo el dominio del partido de las derechas (como ha ocurrido en la mayoría del periodo democrático) mostraría incluso menor sensibilidad social que la que hay actualmente. 

Es difícil de imaginar que una Catalunya independiente con un Ministro de Finanzas como el economista Sala i Martín, el economista independentista más citado por Convergència (y también, por cierto, por algunos sectores de ERC), tuviera un Estado del Bienestar más desarrollado que el actual.

Vemos así que, de la misma manera que la izquierda española representada por el PSOE prefiere favorecer la continuidad del PP a aliarse con Unidos Podemos, a fin de preservar la “unidad de España”, en Catalunya ERC y la CUP prefirieren aliarse con la derecha catalana a fin de conseguir la independencia, asumiendo (erróneamente) que el tema nacional determinará el tema social.

Lo que es paradójico (y muestra una limitada visión histórica) es la visión del independentismo de que tiene posibilidades de ser exitoso sin contar con un amplio apoyo de la clase trabajadora. El caso escocés muestra claramente que, a no ser que el independentismo sea identificado con el compromiso social (no futuro, sino presente), mostrando que es lo social lo que configurará el tema nacional, tal movimiento no podrá alcanzar su objetivo. 

Decir, retóricamente, que los dos –el tema social y el tema nacional- van juntos es asumir que las clases populares no perciben y reconocen claramente (por la aplicación de sus políticas públicas) la sensibilidad de los partidos hacia sus necesidades cotidianas. El análisis del apoyo electoral de los partidos secesionistas muestra claramente el fallo de sus estrategias. 

Tales partidos secesionistas tienen un apoyo limitado en los barrios obreros. El independentismo en Escocia es muy diferente al catalán, pues quien lidera el independentismo allí es la izquierda, no como aquí, en Catalunya, que es la derecha, es decir, CDC (ahora PDECat).

 De ahí que lo más razonable y que implicaría mayor certeza en su estrategia sería favorecer, por mera coherencia democrática, el derecho a decidir en todos los niveles (dejando abierta la posibilidad de que la población escoja la secesión si así lo desea), pero enfatizando la necesidad de priorizar lo social, pues es lo que movilizará predominantemente a las clases más afectadas por la políticas neoliberales aplicadas por el partido hegemónico dentro del secesionismo.

No hay plena conciencia en los establishments políticos y mediáticos en Catalunya de que la situación social en Catalunya está muy deteriorada, deterioro que alcanza su mayor expresión entre las clases populares y sus sectores más vulnerables. 

De ahí que la máxima atención por parte de tales grupos poblacionales sea el compromiso inmediato y no futuro de resolver tal drama social, que debería ser el mayor objetivo de los partidos progresistas tanto en Catalunya como en España. 

Para alcanzar este objetivo, el mayor problema político que tienen tales fuerzas progresistas es su división, cuyo coste lo están pagando precisamente las clases populares."                 (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 10 de noviembre de 2016, en www.vnavarro.org, 10/110/16)

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