5/12/16

Hay que demostrar, sea como sea, que “España es un país de cafres y de toros Osborne”... para acrecentar el victimismo. No nos comprenden, nuestros memes son otros, somos “muy diferentes”

"(...) De toros, de sus antecedentes y prolongaciones. Mi posición, por si fuera necesario manifestarla: a un tiempo, antitaurina y antinacionalista (de uno y otro signo). ¿De qué va el asunto desde el punto de vista del secesionismo catalán? ¿De amor a los animales? Por favor… 

Algunos de los partidarios de la prohibición van a los toros siempre que pueden (en Francia para no ser reconocidos) y muchos de ellos jamás han estado en manifestaciones contrarias al maltrato de animales. 

En general y como estrategia, de lo que se trata es de jugar al golpe mortal al borde del abismo, legislando cuando conviene al límite, para luego, ante las respuestas autoritarias de los “hotros” (¡menuda peña!), acrecentar el victimismo. No nos comprenden, no nos entienden, nuestros memes son otros, somos “muy diferentes”, etc etc.

 Cuando el gobierno central declaró la tauromaquia patrimonio inmaterial, una barbaridad desde cualquier punto de vista razonable y crítico, ¿no se podía haber recurrido ante el TC? Sí, pero no se hizo. ¿Por qué? Por razones evidentes. 

Porque hay que demostrar, sea como sea, que “España es un país de cafres y de toros Osborne”. No como .Cat, que es otra cosa mucho más sofisticada y avanzada, la Alemania del Mediterráneo como dicen muchas veces (¿serán conscientes de lo que señalan cuando toman Alemania como modelo? Por si me olvido, ¡viva Valonia!) 

Avergüenza, incluso da un poco de rabia, recordar declaraciones como las siguientes. De Leonardo Anselmi, portavoz antitaurino (y nacionalista -catalanista- de origen argentino, no es el único). 

Entrevista fechada el 25 de julio del 2010: “¿Considera que en Catalunya hay más sensibilidad por los animales que en el resto de España? Sí. En otros sitios tiran cabras de un campanario y aquí nos regalamos libros en Sant Jordi. Además de toros, aquí hay bous. Esos festejos del Ebro se parecen mucho a los de Valencia. 

No los veo representativos de Catalunya. ¿Por qué la ILP se centra en los toros sin cuestionar los correbous? Hubo debate sobre si ir solo contra los toros o incluir todos los espectáculos con animales maltratados (correbous, circos, el delfinario del zoo...). Hicimos lo primero porque era más sencillo reunir el respaldo preciso, pero para nosotros ningún maltrato es aceptable”. 

La entrevista es más larga pero sigue por senderos similares. Resumiendo: más sensibilidad en Cataluña que en otros lugares de España (lo de los libros por Sant Jordi no tiene precio); los bous son cosa de valencianos, no de catalanes (¿la habrán leído los de la CUP?); no hablaron de los correbous porque era más sencillo para conseguir el respaldo preciso… Vale, vale. 

Algunas reflexiones, estas sí de interés, sobre el tema. Del helenista Miguel Candel: “Me pregunto qué problema habría en torear a la portuguesa, sin herir al toro. He oído a bastantes taurinos españoles de Extremadura, fronterizos con Portugal, declararse partidarios de esa solución. 

Por ahí es por donde legislaría yo, poniendo esa condición para mantener el espectáculo (que sin duda lo es), aparte de entroncar con fiestas ancestrales como las de Creta, en que (por lo poco que se sabe y según las pinturas y grabados que han pervivido) no parece que mataran al toro, sino que se limitaban a burlarlo (de hecho, es es el sentido más propio de "torear", como hace Rita Barberá con la justicia). El problema es que el nacionalismo de todo signo no puede resistirse a la tentación de instrumentalizarlo todo...” 

De un maestro historiador de la UAB. “Lo cierto es que los toros, como otros festejos con uso de animales vivos -correbous, encierros, carreras de gallos (¿conocéis este "deporte"? yo lo vi en Extremadura; es como la carrera de cintas, pero con gallos vivos)- formaron parte de la cultura del ocio ibérico. ¿Quién impugna los toros en Euzkadi?

 ¿Quién hizo construir la Monumental de Barcelona? Los dos nacionalismo que se retroalimentan siempre han aprovechado de manera oportunista su juego de diferenciaciones. Y que todo eso muestra qué peligroso es lo de las "políticas culturales", “patrimonios culturales", "lenguas oficiales", etc. 

Defendamos mucho estado en los ámbitos de la igualdad, hasta que esta no se consiga, pero arrinconemos al estado todo lo que sea necesario en el ámbito de la cultura, para que evolucione con la sociedad y no con los intereses de los que dominan el estado”. De Jose Luis Martín Ramos como habrán adivinado.

Recordemos por otra parte que la ponente del Constitucional en esta ocasión ha sido la magistrada María Encarnació Roca Trias, propuesta en su día por CDC, que la sentencia se ha centrado en asuntos de competencias (no del sufrimiento animal), que el propio Pasqual Maragall advirtió en su día que negar la tradición taurina de Cataluña era desconocer la historia y que “los toros” no los trajeron a Cataluña los inmigrantes andaluces (como a veces se afirma). En las décadas de los 50 y 60, dos plazas de toros estaban en activo y habían sido construidas muchos años antes.

 En Barcelona llegaron a funcionar simultáneamente tres: además de Las Arenas y de la Monumental (que por supuesto no fue construida por ninguna ”orden ministerial española” sino por razones de mercado, ganancias y clientela) existía una tercera en la Barceloneta. Me olvidaba. Salvo error por mi parte, la segunda plaza más antigua de España es la de Olot. Después de la de Toro (Zamora). (...)"          (Salvador López Arnal , Rebelión, 29/10/16)

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