24/10/16

Lo de Canadá acabó mal, frustrando la reforma acordada en el Lago Meech y llevando a un referéndum unilateral (¡y de pregunta confusa!), con una victoria del “no” por escaso margen

"(...) ¿Estáis por el derecho a decidir? Si fuera que no, ¿por qué no? 
 
Aquí hablo por mí, no por el conjunto de Fed’Esq, donde puede haber otras visiones. Tal derecho no existe: ningún instrumento jurídico nacional o internacional lo ha reconocido ni existe dónde reclamarlo. Otra cosa es que ciertas soluciones puedan y deban someterse al voto decisorio de los ciudadanos: por ejemplo, la reforma de un Estatuto de Autonomía.

¿Y en cuanto al derecho de autodeterminación? Como derecho existe, no hay duda.

La cuestión no es el derecho de autodeterminación, sino quien es su titular. Y en esto, los tratados internacionales y la práctica internacional son terminantes: es elderecho de los pueblos sometidos a dominación colonial a decidir libremente sobre su futuro.

¿Pero quién decide qué colectivo humano es "un pueblo"? ¿Y en qué situación se han de encontrar para que se considere que están "sometidos a dominación"? No basta con levantar la mano y ofrecerse voluntario: esto no va así. Hizo falta el genocidio en Sudán o la sanguinaria ocupación de Timor Oriental para que las Naciones Unidas y todos los estados reconociesen que esos territorios tenían derecho a autogobernarse libremente.

No es el caso de ningún territorio español (con la duda de Ceuta y Melilla; y sin duda lo es para Gibraltar y para la República Saharaui). Otra cosa es que, en virtud del principio democrático, se adopten las medidas pertinentes para que un territorio del Estado pueda reflexionar y decidir sobre su futuro. 

Solo la conformidad de todos los actores le garantizaría aquella legitimación internacional a que me he referido antes. 

Pero no hay que pensar que la autodeterminación pueda conducir solamente a la independencia: uno de sus resultados posibles es la afirmación de una convivencia federal, y nosotros trabajamos en esa hipótesis que, hoy por hoy, tiene el apoyo mayoritario de la opinión pública, tanto en Cataluña como en el conjunto de España.

Prosigo en esta línea. ¿Defendéis la soberanía de Cataluña? ¿Qué tipo de soberanía? 
 
Nadie es hoy soberano: lo que hay son ámbitos temáticos en que la última palabra corresponde a las instituciones catalanas, como otros donde corresponde a instituciones españolas o comunitarias. La distribución de materias entre estos niveles debe hoy revisarse: la Constitución de 1978 ha quedado ampliamente desbordada.

¿Estáis, pues, por la reforma de la Constitución? ¿Qué tipo de reforma? ¿Entre quienes? ¿Se puede conseguir con la oposición del PP? 
 
Todo el edificio constitucional español ha entrado en crisis y requiere una reconstrucción (y no solo una reforma). Nosotros no queremos hacer una propuesta concreta: esto les corresponde a las fuerzas políticas. Nuestro objetivo es mostrar como una aproximación federalista es la que corresponde a una sociedad democrática madura, en la que la ciudadanía requiere tener un papel decisivo.

Y si queremos una reforma sólida, que sirva para el país, esta reforma no puede excluir al PP, ni a los independentistas, ni a nadie. 

Es obvio que aquí hay una dificultad: estos colectivos no quieren ninguna reforma (como en su día no quisieron la actual Constitución); pero del mismo modo que al final, arrastrando los pies, se avinieron al nuevo marco constitucional, ahora será inevitable que ocurra algo así. Por esto la fuerza motriz de los cambios han de ser las izquierdas y, si los hay, los partidos de centro.

¿Apoyáis la vía canadiense? 
 
Lo de Canadá acabó mal, frustrando la reforma acordada en el Lago Meech y llevando a un referéndum unilateral (¡y de pregunta confusa!), con una victoria del “no” por escaso margen. El debate canadiense no nos sirve: allí “federalista” significa centralista; y en nuestro caso, te aseguro que no es así."

(Entrevista a Joan Botella, catedrático de Ciencia Política en la UAB, ha sido nombrado recientemente presidente de Federalistes d’Esquerres, Salvador López Arnal , Fuente: El Viejo Topo, septiembre de 2016, en Rebelión, 06/10/16)

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