"(...) ¿Estáis por el derecho a decidir? Si fuera que no, ¿por qué no?
Aquí hablo por mí, no por el conjunto de Fed’Esq, donde puede haber
otras visiones. Tal derecho no existe: ningún instrumento jurídico
nacional o internacional lo ha reconocido ni existe dónde reclamarlo.
Otra cosa es que ciertas soluciones puedan y deban someterse al voto
decisorio de los ciudadanos: por ejemplo, la reforma de un Estatuto de
Autonomía.
¿Y en cuanto al derecho de autodeterminación? Como derecho existe, no hay duda.
La cuestión no es el derecho de autodeterminación, sino quien es su
titular. Y en esto, los tratados internacionales y la práctica
internacional son terminantes: es elderecho de los pueblos sometidos a
dominación colonial a decidir libremente sobre su futuro.
¿Pero
quién decide qué colectivo humano es "un pueblo"? ¿Y en qué situación se
han de encontrar para que se considere que están "sometidos a
dominación"? No basta con levantar la mano y ofrecerse voluntario: esto
no va así. Hizo falta el genocidio en Sudán o la sanguinaria ocupación
de Timor Oriental para que las Naciones Unidas y todos los estados
reconociesen que esos territorios tenían derecho a autogobernarse
libremente.
No es el caso de ningún territorio español (con la
duda de Ceuta y Melilla; y sin duda lo es para Gibraltar y para la
República Saharaui). Otra cosa es que, en virtud del principio
democrático, se adopten las medidas pertinentes para que un territorio
del Estado pueda reflexionar y decidir sobre su futuro.
Solo la
conformidad de todos los actores le garantizaría aquella legitimación
internacional a que me he referido antes.
Pero no hay que pensar que la
autodeterminación pueda conducir solamente a la independencia: uno de
sus resultados posibles es la afirmación de una convivencia federal, y
nosotros trabajamos en esa hipótesis que, hoy por hoy, tiene el apoyo
mayoritario de la opinión pública, tanto en Cataluña como en el conjunto
de España.
Prosigo en esta línea. ¿Defendéis la soberanía de Cataluña? ¿Qué tipo de soberanía?
Nadie es hoy soberano: lo que hay son ámbitos temáticos en que la
última palabra corresponde a las instituciones catalanas, como otros
donde corresponde a instituciones españolas o comunitarias. La
distribución de materias entre estos niveles debe hoy revisarse: la
Constitución de 1978 ha quedado ampliamente desbordada.
¿Estáis, pues, por la reforma de la Constitución? ¿Qué tipo de reforma? ¿Entre quienes? ¿Se puede conseguir con la oposición del PP?
Todo el edificio constitucional español ha entrado en crisis y
requiere una reconstrucción (y no solo una reforma). Nosotros no
queremos hacer una propuesta concreta: esto les corresponde a las
fuerzas políticas. Nuestro objetivo es mostrar como una aproximación
federalista es la que corresponde a una sociedad democrática madura, en
la que la ciudadanía requiere tener un papel decisivo.
Y si
queremos una reforma sólida, que sirva para el país, esta reforma no
puede excluir al PP, ni a los independentistas, ni a nadie.
Es obvio que
aquí hay una dificultad: estos colectivos no quieren ninguna reforma
(como en su día no quisieron la actual Constitución); pero del mismo
modo que al final, arrastrando los pies, se avinieron al nuevo marco
constitucional, ahora será inevitable que ocurra algo así. Por esto la
fuerza motriz de los cambios han de ser las izquierdas y, si los hay,
los partidos de centro.
¿Apoyáis la vía canadiense?
Lo de Canadá acabó mal, frustrando la reforma acordada en el Lago
Meech y llevando a un referéndum unilateral (¡y de pregunta confusa!),
con una victoria del “no” por escaso margen. El debate canadiense no nos
sirve: allí “federalista” significa centralista; y en nuestro caso, te
aseguro que no es así."
(Entrevista a Joan Botella, catedrático de Ciencia Política en la UAB,
ha sido nombrado recientemente presidente de Federalistes d’Esquerres, Salvador López Arnal , Fuente: El Viejo Topo, septiembre de 2016, en Rebelión, 06/10/16)
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