"(...) Ese
mismo lunes, el vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol
Junqueras, que hasta la fecha había defendido la secesión unilateral de
Catalunya si no mediaba un acuerdo con el Estado español, manifestó en
una entrevista a Catalunya Ràdio que la independencia “no será fruto de
una decisión unilateral por parte de las instituciones catalanas.
Ni
siquiera fruto de un supuesto acuerdo bilateral con las instituciones
españolas, sino, como cualquier proceso político complejo, será
inevitablemente multilateral”. A su juicio, el motivo está en que “los
mercados financieros son tenedores de deuda pública en cantidades
gigantescas, jamás vistas en volumen, y porque el Banco Central Europeo
inyecta cifras inimaginables hasta ahora”.
Unas afirmaciones que
contrastan con sus anteriores amenazas de no pagar la deuda de la
Generalitat si el gobierno español no se avenía a negociar la secesión.
En
esa misma entrevista, reconoció que la Generalitat “no había completado
ni mucho menos el margen autonómico de la hacienda” y que comunidades
autónomas como “La Rioja, Murcia o Canarias tienen su hacienda más
desarrollada que la catalana”. Es decir, que está dispuesto a ralentizar
el plazo para poner en marcha una “estructura de Estado” imprescindible
para proclamar la independencia del país.
A nadie se le escapa que este cambio de posición responde a sus
negociaciones con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para
implementar una serie de medidas para evitar la quiebra a las finanzas
de la Generalitat, como la rebaja del tipo de interés del Fondo de
Liquidez Autonómico (FLA) o la reconversión de los vencimientos de la
deuda de la Generalitat de corto a largo plazo. (...)
Para
ERC el conocimiento del verdadero estado de las finanzas de la
Generalitat, su dependencia para hacer frente a sus gastos corrientes de
los fondos del Estado y la imposibilidad de conseguir liquidez en los
mercados internacionales en caso de proclamar la independencia,
constituyen una cura de realismo que les conduce a replantear el
calendario de la hoja de ruta soberanista.
Para Convergència, en proceso de refundación, la aventura soberanista
les está llevando a ir perdiendo apoyos electorales, elección tras
elección, y a que los sectores moderados del partido emigren hacia otras
opciones. De modo que persistir en esta dirección sólo les conduce al
desastre.
En definitiva, da la impresión que la declaración de desconexión y la
hoja de ruta soberanista, pactada con la CUP, ha conducido a ERC y CDC a
un laberinto del que no encuentran la salida. Si ahora rectifican y
renuncian a iniciar la desconexión provocarían la frustración entre
amplios sectores de sus bases sociales y electorales que les acusarían
de traición a sus principios y promesas.
Si, por el contrario, no asumen
la inviabilidad de su hoja de ruta se arriesgan a precipitar al país a
una situación catastrófica de la que ellos serían los primeros
responsables.
Esto explica porqué ahora JxSí vuelve a reclamar un referéndum de
autodeterminación que, tras los comicios “plebiscitarios” del 27 de
septiembre, consideraban superado. De esta manera se ganaría tiempo para
salir del callejón sin salida en que están inmersos y cuando las
encuestas detectan el lento pero sostenido descenso de los apoyos a la
secesión." (Antonio Santamaría, El Viejo Topo, 27/03/16)
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