"(...) El diputado de ERC se confesó charnego.
Vive evocando a sus antepasados no por sus méritos o nobles
sentimientos –algo que es común y respetable–, lo hace por su origen.
Que descienda de andaluces y haya transmutado en un belicoso
independentista le convierte en un catalán útil para aquellos que viven
subrayando la pureza de su origen catalán, en la raíz genética de sus
antepasados, en la estúpida creencia de que existen líneas genealógicas
privilegiadas.
Vamos, aquellos nacionalistas catalanes más radicales,
furibundos y aldeanos. Los catalanes que Xabier Arzalluz llamaría del RH.
El charnego Rufián no es un charnego cualquiera. Su figura es la de un charnego útil a la causa secesionista. Hubo otros antes, Justo Molinero podría entrenarlos en una selección charneguil.
Rufián ha conseguido un empleo remunerado que jamás había tenido antes
en el sector privado y Molinero logró un negocio de radio y televisión a
cambio de pasear a Jordi Pujol por sus ondas en un mix de garrulismo y folclore útil cuando habían elecciones.
En el área metropolitana hay mucho charnego útil. El que fuera presidente de la Generalitat José Montilla lo fue. Él ha sido el máximo representante del charnepower,
como se dio en llamar el espejismo vivido en la comunidad y que hizo
creer a algunos que se había recuperado la normalidad porque un
gobernante no catalán de nacimiento ocupara su gobernación.
Sólo Marta Ferrusola sabía que eso no era más que un atraco temporal a los derechos naturales. Miren el recuento que hizo Carles Enric en este mismo medio.
Los charnegos útiles se hacen perdonar sus orígenes, lengua,
costumbres y formas de vida como si la nueva Catalunya prometida fuera
una unidad de destino en lo universal.
Esa nación uniformizada que
defienden, con la historia convenientemente reparada, los medios de
comunicación sin licencia crítica y un buen corpus funcionarial
aleccionado gracias a una enseñanza homogeneizadora no entiende más que
un país dibujado en las mentes retorcidas de intelectuales y periodistas
al servicio de la causa y de los que la Administración hace tiempo que
conoce sus cuentas corrientes para que no falte de ná.
El discurso de Rufián en Madrid sobre el charnego mata esa condición
de golpe. Los verdaderos no quieren sentirse como él. No se acepta esa
Cataluña inventada del buenismo multicultural que arrincona a quienes no
aceptan la integración en las tesis nacionalistas, de la existencia, el
club de fútbol, el alma única.
Se acabó promover el mestizaje,
verdadera lectura de siglos en estas tierras, para dar paso a la
homogeneización nacional. ¿Quién quiere ser charnego al ver como un
personaje barroco y fatuo como Rufián asume esa característica como
propia?
No, senyor Rufián, vostè no és un xarnego; vostè, malauradament, és una altra cosa." (Xavier Salvador, Crónica global, 07/03/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario