"Son unos desgraciados, sin nosotros no habrían hecho nunca nada”. Así se expresaba Marta Ferrusola
acerca de la actitud convergente con respecto a ella y a su marido.
Este miércoles han estado solos en el momento más crucial de sus vidas.
Ni un solo dirigente de CDC los ha acompañado.
Cuando el por entonces alcalde de Barcelona Xavier Trias
dijo que Jordi Pujol debía renunciar él mismo a la Medalla de Oro de la
ciudad, después de que éste confesara haber tenido dinero en el
extranjero, las iras de la matriarca del clan Pujol se desataron.
“No habría pasado de ser un medicucho sin nosotros”,
espetó Marta Ferrusola, famosa por su arrogante manera de ser. Hoy
habrá tenido la oportunidad de repetir el comentario, visto que nadie de
su gente ha querido apoyarles en la comparecencia ante la Audiencia
Nacional. Ni uno de sus fieles estaba allí.
Las aguas bajan revueltas en el
domicilio de los Pujol. Mientras que el ex president intenta justificar
que los “suyos” no le den apoyo públicamente, su mujer no comparte ése
criterio. “Eres demasiado cristiano, Jordi”,
aseguran haberle oído decir enojada respecto a los dirigentes
nacionalistas que prefieren pasar la página del pujolismo y centrarse en
la refundación del partido." (Somatemps, 12/02/16)
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