"(...) La cuestión de fondo es cómo interpretar desde la
izquierda, o desde posiciones progresistas en general, la dialéctica
entre agenda nacional y agencia anti-neoliberal.
(...) cuando los partidos nacionalistas progresistas -al
menos en territorios altamente desarrollados- que intentan guardar un
equilibrio entre ambas agendas adquieren un protagonismo determinado, la
agenda nacional se impone dentro de sus propias filas por encima de la
agenda antineoliberal.
Esta dinámica debilitada su alma progresista y
refuerza su alma identitaria con lo cual pierden el apoyo de los
sectores más necesitados de la sociedad. (...)
No son pocos los que piensan que el “derecho a decidir” va a poner fin a esta situación. Este argumento es superficial pues dicho derecho, como cualquier derecho democrático, es intransitivo, no incluye posicionamiento alguno sobre las opciones entre las que se pretende que opten los ciudadanos haciendo uso de dicho derecho.
Aunque
esto sólo es cierto en parte pues para los independentistas no se trata
de un verbo intransitivo. Para ellos dicho derecho abre la perspectiva
de la independencia y si lo pierden, que es muy probable, no van a dejar
de intentarlo por otras vías.
De hecho ya lo han perdido en Cataluña,
lo cual no les ha llevado a posponer el proceso de desconexión como
aconsejaba inicialmente las CUP al estar falto de legitimidad
democrática.
Los no independentistas progresistas no han elaborado una
alternativa a la independencia, con lo cual el dilema, en el contexto de
un posible referendum, está entre lo que existe actualmente como
Estado y la independencia.
Apostar de forma intransitiva por el derecho a
decidir sin haber elaborado, además, una opción propia coloca a las
izquierdas en este tema en una situación de defensiva constante frente
al independentismo. (...)" (Armando Fernández Steinko, Piensa y actúa, 12/01/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario