(...) Lo que ocurrió en 1714 no tiene nada que ver con la nación catalana.
Entre otras cosas porque las naciones son vaporosas, porque han sido los
estados los que han construido las naciones, desde arriba, aunque es
evidente que sin una base material no se puede realizar.
Habrá o no la voluntad de hacer lo que se quiera, pero los catalanes
no pueden mantener esa actitud acrítica respecto a la historia, sólo
porque Puigdemont u otros independentistas repitan de forma machacona un
mismo mensaje. Jordi Canal lo ha explicado en su libro Història mínima de Catalunya (Turner). Canal (Olot, 1964), es doctor en historia y profesor en L’École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, París).
Asegura que las declaraciones de Artur Mas, en la línea de las
efectuadas ahora por Puigdemont, según las cuales se iba a ganar en las
urnas, en 2014, lo que se había perdido en 1714 por las armas “resultan
desde un punto de vista histórico, una barbaridad”. (...)
La lectura de aquel período histórico se ha tergiversado por
completo. Y eso no tiene nada que ver con lo que quieran los catalanes
en el futuro. Pero a los dirigentes políticos hay que pedirles que sean
más respetuosos.
Canal recuerda que Felipe V se sintió traicionado,
porque entre 1701 y 1702 había llegado a acuerdos y respetado las
constituciones catalanas.
“Se aprobaron medidas muy favorables, en
especial respecto a las demandas de la burguesía mercantil: el envío de
dos barcos anuales a América, la creación de una Compañía Náutica
Mercantil y Universal o un puerto franco en Barcelona. A cambio se hizo
un generoso donativo al Rey. Los elogios a Felipe V fueron frecuentes”.
Hay otras interpretaciones, intereses cruzados, negociaciones
diversas, pero no se trató de ningún fin de la nación catalana, que
cobró forma, realmente, con la Reinaxença en el siglo XIX, el gran siglo
en el que se construyeron todas las naciones occidentales, también la
española.
Por eso también sorprende que se insista en que Puigdemont es el
presidente número 130 de la Generalitat, como si fuera el continuador de
la obra de hombres muy distintos, clérigos en su mayoría, producto de
situaciones históricas muy distintas.
Vamos a contar las cosas de otra manera, ¿no sería mejor? Y si los
catalanes quieren, de verdad, constituir un estado que busquen una
mayoría social que lo haga posible, pero sin retorcer la historia." (eynes lives in Barcelona, 17/01/16)
, K
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