29/1/16

El Bloque Nacionalista Galego que quiso crear una burguesía gallega, imitando a PNV o CiU, fue abandonado por sus electores cuando se agudizó la crisis económica. O mi identidad... o mi clase social

"Las Candidaturas de Unitat Popular (CUT) han accedido en el último minuto a darle su apoyo a un segundo candidato conservador a President de la Generalitat, el alcalde de Girona Carles Puigdemont.

Las esperanzas iniciales de que prevaleciera el voto social dentro de las CUP frente al voto identitario se ha frustrado una vez más y las Candidaturas han aceptado un acuerdo humillante que parece un castigo por haber osado salirse temporalmente del guión soberanista impuesto por la burguesía catalana.

Esta firma genera una situación nueva no sólo en Cataluña sino en todo el Estado y obliga a abordar, de una vez por todas, el problema nacional con la trascendencia que merece. (...)

La cuestión de fondo es cómo interpretar desde la izquierda, o desde posiciones progresistas en general, la dialéctica entre agenda nacional y agencia anti-neoliberal. En esencia hay dos formas de hacerlo:

a.) la agenda nacional puede servir para profundizar la agenda anti-neoliberal o

b.) la agenda nacional secuestrará, más antes que después, la agenda antineoliberal.

La investidura de Puigdemont es un ejemplo más de que la segunda interpretación es la correcta. Hay otros similares que apuntan en la misma dirección y permiten definir una especie de constante política: cuando los partidos nacionalistas progresistas -al menos en territorios altamente desarrollados- que intentan guardar un equilibrio entre ambas agendas adquieren un protagonismo determinado, la agenda nacional se impone dentro de sus propias filas por encima de la agenda antineoliberal.

Esta dinámica debilitada su alma progresista y refuerza su alma identitaria con lo cual pierden el apoyo de los sectores más necesitados de la sociedad. Tienen argumento es táctico: "no os preocupéis, primero creamos la nación y luego habrá tiempo para plantear cuestiones de justicia social pero, hoy por hoy, todos los nacionalistas tenemos que permanecer unidos como una piña con el fin de batir al enemigo principal", en este caso el “Estado Español”.

Pero por mucho que este argumento sea reducido a una cuestión táctica y haya sido repetido una y otra vez en ciertos ambientes progresistas, lo cierto es que no se sustenta ni en argumentos racionales ni en evidencias empíricas.

Lo que ha sucedido una y otra vez, tanto en España como en muchos otros lugares, es que esta coexistencia inestable se resuelve en favor de los argumentos identitarios con lo cual la agenda nacional deglute en muy poco tiempo a la agenda social y pospone la cuestión de la justicia social para un futuro incierto.

El proyecto de creación de un estado propio absorbe tal cantidad de recursos y genera una dinámica tal, que los objetivos de la izquierda -la solidaridad, la cooperación internacional, la generación de identidades cruzadas adaptadas a la realidad cotidiana de las personas, la justicia, la democracia etc - sufren un retroceso generalizado. Esto sucede también y precisamente después de que culmine una hipotética independencia.(...)

No es la primera ni la única vez que esto sucede en España. El Bloque Nacionalista Galego, que llevó al límite el intento de crear una burguesía gallega como elemento central de su estrategia de construcción nacional, fue abandonado por sus electores en el momento en el que se agudizó la crisis económica.

El acento que ha puesto Bildu en temas identitarios le ha restado recursos para hacer políticas socialmente eficientes en los ayuntamientos, lo cual explica en buena parte su desplome electoral en las últimas elecciones generales y no es casualidad que Bildu le haya venido aconsejado a las CUP desde el principio que firmen el acuerdo de investidura a Mas.

La dinámica independentista forzada por la burguesía catalana ha empujado a sectores progresistas antiindependentistas a cambiar su voto por el de Ciudadanos pues, a diferencia de otras opciones, este partido tuvo un planteamiento no ambiguo en relación con la independencia etc.(...)"
        (Armando Fernández Steinko, Piensa y actúa, 12/01/16)

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