"No me detengo en las faltas ortográficas y en la singular sintaxis
de algunos pasos del escrito (“casi se puede decir que ésta búsqueda
forma parte de nuestra naturaleza política”, “y asumiendo el mandato
ciudadano sea cuál sea este”…).
Tampoco lo haré en esa Catalunya
separada de España presentada como si se tratase de un postulado o
noción común de una muy-racional geometría soberanista-independentista.
Me centraré en algunos pasos del artículo “A los españoles” que apareció
el pasado domingo en El País. Sus firmantes, Artur Mas, Raül
Romeva, Carme Forcadell, Muriel Casals, Oriol Junqueras, Lluís Llach,
Germá Bel y Josep Maria Forné, son todos ellos candidatos de la lista
“Junts pel si”.
Por “españoles” parecen referirse los autores
-¿firmantes tal vez?- a todo ciudadano de España que no sea catalán,
incluyendo, por ejemplo, a vascos, gallegos, andaluces o valencianos.
Probablemente, en cambio, no incluyan a los ciudadanos catalanes que se
sienten también españoles (no es mi caso por si fuera necesario
señalarlo).
Para facilitar la comprensión copio algunos fragmentos del escrito:
1. Catalunya
ha amado España y la sigue amando. Pero que nadie se lleve a engaño. No
hay vuelta atrás, ni Tribunal Constitucional que coarte la democracia,
ni Gobiernos que soslayen la voluntad de los catalanes. (...)
Sea como fuere, admitiendo el uso como metáfora de esa propiedad, decir
que en estos momentos, después del “España explota a Catalunya”, mil
veces repetido y aireado, “después de la Catalunya productiva expoliada
por la España subsidiaria”, después de reírse en sede parlamentaria del
hablar castellano de los niños gallegos y andaluces, después de hablar
de la esclavitud que ejerce España sobre Catalunya impidiendo su
libertad, decir tras todo ello que Cataluña amó -¡y sigue amando!- a
España debe ser una broma de algún bromista de un complejo e
inconsistente sentido del humor o la afirmación de un cínico (s)
incorregible. (...)
2. Para dar lecciones de democracia a los catalanes hay que tener
mucha audacia. Pero para despacharse evocando lo peor que ha sacudido
Europa, equiparando soberanismo a nazismo, para arremeter así contra la
expresión más ilusionante, firme, masiva, cívica y democrática que se
está viendo en esta misma Europa hay que ser muy poco responsable;
tamaña provocación indica hasta qué punto hemos llegado. Eso es lo más
triste del libelo incendiario que firma todo un ex presidente del
Gobierno español como Felipe González.
Aparte de la
inmodestia de la idea que subyace a la afirmación ("a nosotros no nos da
lecciones nadie"), presuponiendo algo así como que los catalanes, por
serlo, son demócratas genéticamente (¿Lo eran, por ejemplo, Samaranch,
Porcioles o Cambó? ¿Lo es Millet por ejemplo, y tantos otros de esas 400
familias con mando en plaza?) (...)
Sin estar de acuerdo en absoluto con el texto de González ex Gas
Natural, su artículo no es de ningún modo un libelo incendiario. Los
soberanistas han escrito cinco mil de esos panfletos en diez semanas y
media. En estos últimos cuatro años, si se sabe.
3. Valdría
para la ocasión aquello de “a palabras necias, oídos sordos”, qué duda
cabe si no fuera que no se trata de un mandatario de un partido de
rancio abolengo democrático. Ocurre, sin embargo, que quién suscribe el
texto es un ilustre que en su día fue presidente del partido que
representa la alternancia en España al Partido Popular. Ahí radica lo
más preocupante de la situación: los principales partidos españoles
comparten discurso y estrategia para con Catalunya. La misma receta, la
de siempre, sin tapujos.
Sin entrar en la defensa de ese
partido que no se cita, la afirmación es falsa. Es de toda evidencia. Ni
el PSOE tiene el mismo discurso y estrategia si hablamos de Catalunya
que el PP. Ni el discurso del PP o del PSOE es equivalente al de IU y
Podemos, por no hablar de BNG, Bildu, Chunta, Compromís, etc. No es el
de siempre y no es sin tapujos.
Me corrijo... Sí es el de
siempre en algunos casos. La tradición que representa hoy IU (y muchos
dirigentes y simpatizantes de Podemos, al igual que de otras fuerzas) es
la misma que defiende desde hace décadas libertades para todas las
naciones y nacionalidades de España y una República federal solidaria y
fraterna. La misma y en circunstancias más que difíciles. (...)
4. Catalunya ha amado España y la sigue amando. Catalunya ha
amado la solidaridad y la fraternidad con España y con Europa. Y en el
caso de España lo ha hecho a pesar de la ausencia de reciprocidad,
procurando, siempre, fomentar una economía racional y productiva, unas
infraestructuras al servicio de las necesidades económicas, al servicio
de la gente, de la prosperidad, impulsando tenazmente una mejora de las
condiciones de vida fomentada en una sociedad más libre y más justa.
¡Como el cemento, como el hormigón! Ya se habló antes de ese amor de la
Catalunya de ”Junts pel Si-3%” por España. Pero, afirmar como se
afirma, que la España republicana, la España antifranquista, la España
democrática no ha sido solidaria y fraterna con Catalunya es un insulto a
la memoria de miles y miles de ciudadanos que han luchado por las
libertades de todos, incluyendo las de los ciudadanos que vivimos en
Catalunya.
Que alguien como Mas -y sus afines- hable de
fraternidad y solidaridad es el mayor sarcasmo que se ha podido leer en
estos últimos 50 años. ¿Economía racional y productiva la que ellos
propugnan? ¿Eurovegas por ejemplo ¿Barcelona World?
¿La millor botiga
del món? ¿Al servicio de la gente con miles y miles de familias en paro
bajo el umbral de la pobreza? ¿Mejora de las condiciones de vida
siguiendo políticas neoliberales de derecha extrema que han atacado
sobre todo a los sectores más desfavorecidos y vulnerables, sin apenas
tocar a los sectores privilegiados que ellos tan bien representan?
¿La
economía racional de los trabajos precarios y salarios de 750 euros?
¿Más libre, más justa, con voces calladas e incrementándose las
desigualdades crecientemente? ¿El Barça-Qatar es el paradigma de esa
economía racional y productiva que dicen defender? ¿De qué prosperidad
hablan? ¿La prosperidad de las 400 familias milletianas con enérgico
mando explotador en plaza? ¿La prosperidad de la familia
Pujol-Ferrusola? ¿Esta es la economía que defienden y propugnan?
5. Catalunya
ha amado la libertad por encima de todo, con pasión; tanto la ha amado
que en varias fases de nuestra historia hemos pagado un precio muy alto
en su defensa. Catalunya ha resistido tenazmente dictaduras de todo
tipo, dictaduras que no sólo han intentado sepultar la cultura, la
lengua o el conjunto de las instituciones del país. Catalunya se ha
alzado siempre contra las injusticias de todo tipo, contra la sinrazón.
No ha sido Catalunya, otra mentira nacionalista., quien ha amado la
libertad ni quien se ha levantado contra las injusticias de todo tipo..
Han sido algunos (en determinados momentos, muchos) ciudadanos de
Catalunya los que han resistido tenazmente dictaduras y burguesías
explotadoras (incluida la catalana por supuesto).
Otros catalanes, en
cambio, han hecho el agosto –y el diciembre- con esas dictaduras, han
sido parte de ellas. Algunos dieron la vida por la justicia, la dignidad
y la decencia; otros no. Muchos de los primeros eran catalanes de
origen no catalán que se sentían hermanados fraternalmente a sus
familiares y amigos del resto de España. Lo pagaron caro algunas veces,
con su vida. Mi abuelo es un ejemplo; mi tío Salvador otro.
El
mito de la Catalunya que resiste dictaduras es otra de las falsedades
del discurso soberanista-independentista. Es equivalente a afirmar que
España, toda ella, resistió a la dictadura fascista o a la explotación y
maltrato de sus clases dominantes. No en un caso y no en el otro.
En
Cataluña hubo sectores sociales que vivieron felices y apoyaron el
atropello franquista del que formaron parte sustantiva. Tras los pactos
forzados de la transición, innecesario es señalarlo, algunas familias,
incluida la del Felip Puig Quitaojos, han hecho el agosto-septiembre
robando a manos llenas de los bienes comunes, desde las instituciones y
desde fuera de ellas.(...)
6. Catalunya ha amado a pesar de no ser amada, ha ayudado a pesar
de no ser ayudada, ha dado mucho y ha recibido poco o nada, si acaso
las migajas cuando no el menosprecio de gobernantes y gobiernos. Y pese a
ese cúmulo de circunstancias, el catalanismo -como expresión
mayoritaria contemporánea- ha respondido, una y otra vez, extendiendo la
mano y encauzando todo tipo de despropósitos por parte de gobiernos y
gobernantes. Catalunya ha persistido en ofrecer colaboración y diálogo
frente a la imposición y ha eludido, pese al hartazgo, responder a los
agravios acentuando el desencuentro.
De nuevo estamos en lo
mismo: en la construcción de un relato que deforma la historia y
mitifica hasta el vómito la propia historia, incapaz siempre de emitir
ninguna autocrítica sobre lo hecho “a casa nostra”.
¿Catalunya
ha dado mucho y ha recibido poco o nada? ¿Cómo es posible entonces que
sea uno de los territorios con mayor desarrollo económico (no siempre
social por supuesto)? ¿Conocen algún otro caso en la historia de la
humanidad en la que un centro maltrate a la periferia y ésta sea la zona
o una de las zonas más desarrolladas económicamente? ¿Migajas, hablan
de migajas? ¿Menosprecio de qué gobernantes y de qué gobiernos? (...)
8. No hay mal que cien años dure ni enfermo que lo resista. Así
no se podía seguir, por el bien de todos. Por eso ha eclosionado en
Catalunya un anhelo de esperanza, que ha recorrido el país de norte a
sur, de este a oeste, una brisa de aire fresco que ha planteado el reto
democrático de construir un nuevo país, de todos y para todos, si es que
ese es el deseo mayoritario que expresa libremente la ciudadanía
catalana. De hecho, ese es el test democrático que comparte con
naturalidad la inmensa mayoría de la sociedad catalana, dilucidar el
futuro de Catalunya votando, en las urnas, y asumiendo el mandato
ciudadano sea cuál sea este. Y si así lo manifiestan los ciudadanos,
crear un nuevo estado que establezca unas relaciones de igualdad para
con nuestros vecinos, especialmente con España.
¡No hay mal
que cien años dure ni enfermo que lo resista! ¡Qué barbaridad! ¡De qué
van! ¿Por el bien de todos? ¿De quiénes? Aparte del PP, ¿alguna fuerza
política española afirma que hay que seguir como hasta ahora, dándonos
porrazos, alimentando separaciones? ¿Un nuevo país dirigido por
corruptos y políticos profesionales al servicio de los intereses de
siempre? (...)
9. Afortunadamente Catalunya es una sociedad fuerte, plural y
cohesionada. Y lo va a seguir siendo pese a los malos augurios
expresados con saña en otras latitudes. Cataluña es, a su vez, un modelo
ejemplar de convivencia, tanto como ha demostrado ser, sin lugar a
dudas a lo largo de su historia, una sociedad integradora, dinámica,
creativa, que ha contribuido como nadie al progreso de España.
Catalunya no es sociedad cohesionada. Las desigualdades la rompen crecientemente entre privilegiados y desfavorecidos.
¿Malos augurios expresados con sana en otras latitudes? ¿Se puede, se
debe escribir así? ¿Quiénes, dónde? ¿Catalunya demostró ser un lugar
ejemplar de convivencia durante el fascismo, durante los asesinatos de
principios de siglo de la patronal? ¿Desde que inmodestia se puede
afirmar que Catalunya ha contribuido como nadie al progreso de España?
¿Y quiénes han contribuido al desigual progreso de Catalunya? ¿Es
necesario recordar los millones de trabajadores de otros territorios de
España que han venido aquí a vivir y a trabajar, realizando, la mayor
parte de las veces, los trabajos más duros, peor pagados y peor
considerados? ¿Dónde está esa integración? ¿En la lista de “Junts pel
sí-3%”? Basta con que miren los apellidos para ver de qué integración
hablan.
10. Catalunya es y va a seguir siendo una sociedad
democrática, que respeta la voluntad de sus ciudadanos. La tradición
democrática viene de lejos incluso en épocas pretéritas fue también así,
como narraba emocionado, con lágrimas en los ojos, un anciano Pau
Casals ante Naciones Unidas, recordando el arraigo de nuestra tradición
parlamentaria. O subrayando, en un emotivo y célebre discurso, las
asambleas de Pau i Treva, que establecían períodos de paz frente a la
violencia que sacudía la sociedad feudal.
Lo ya dicho: la
mitificación permanente de la historia. El creerse únicos y singulares.
El pensar que los demás son cafres. ¿Arraigo de la tradición
parlamentaria? ¿Desde cuándo? ¿Qué tendrán que ver los actuales
parlamentos con las instituciones feudales por ejemplo? ¿La tradición
democrática es exclusiva de Cataluña? ¿Los otros pueblos españoles,
hablo de pueblos, odian la democracia?
La Catalunya actual, como
tantos otros países, respeta la voluntad de algunos de sus ciudadanos.
Algunos, no hace falta señalarlo, no cuentan un pimiento. Sólo se cuenta
realmente cuando se está de acuerdo con sus finalidades y cosmovisión. (...)" (Salvador López Arnal , Rebelión, 08/09/2015)
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