1/7/15

Mas no se habla con los empresarios... si no lo hace con los suyos, pues, con nadie. Cousas veredes...

"(...)  Se vayan o se queden, a los empresarios no les llega la camisa al cuello. La proximidad del 27-S y el ‘arcano podemita’ que se ha apoderado del consistorio barcelonés embarga al mundo del dinero catalán con una sensación de incertidumbre como jamás antes habían experimentado, una sensación de fin de etapa. Hay nervios y miedo. 

Las reuniones y conciliábulos se suceden a diario. Pero mientras De Gispert se vale del ágora pública del Parlament para hacer apología del procés ante las futuras generaciones, el empresariado protesta en silencio. Como si padeciera de hemorroides.

La ‘inteligencia catalana’ (historiadores, pensadores, etcétera) se ha venido reuniendo en las últimas semanas en los CaixaForum de Madrid y Barcelona, a puerta cerrada y a petición de los gerifaltes del parné, para analizar el pasado, presente y futuro de aquel alambicado territorio.

 Los empresarios los han congregado en secreto y les han puesto una pluma en la mano para que, cual monjes amanuenses, dejen constancia de la realidad de Cataluña antes de que la Generalitat y los medios afines terminen por desvirtuarla y ya no la salve ni un milagro de la Virgen de Montserrat. Todo ello para esquivar el proceso de lobotomización institucional.

Cataluña supone el 16% de la población de España con 7,5 millones de habitantes, el 20% del PIB con 193.000 millones, el 25% de las exportaciones con 59.000 millones y el 19% del tejido empresarial con más de 450.000 pymes. 

Cataluña necesita a España tanto o más que España necesita a Cataluña, y los empresarios, conscientes de ello, tratan de levantar unos puentes que no existen, que han volado por los aires por, entre otros factores, la pusilanimidad de los que ahora pretenden arreglar la cosa.

La gran empresa catalana carece de ascendente sobre la Generalitat. No hay empatía. El presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, tampoco se habla con el nuevo Ayuntamiento de Barcelona. Sólo Josep González, responsable de la otra patronal catalana, la de la pequeña y mediana empresa (Pimec), mantiene algún hilo directo con la alcaldesa Colau. (...)"                  (Nacho Cardero , El Confidencial, 29.06.2015)

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