"El pasado martes 21 de abril presentó tan ufano como siempre el
consejero Homs el proyecto de ley de la Comunidad Catalana en el
Exterior (hipervínculo del anteproyecto). Destacó la prensa, empezando por la propia web del Gobierno
de la Generalidad, que la ley nos convierte a los catalanes en el
exterior en “agentes de la diplomacia pública”, lo cual no dejó de
causar cierto revuelo.
Como en algunas otras ocasiones, aunque no en
todas, y ahí está por desgracia el 9N para recordárnoslo, las bravatas
del consejero Homs recuerdan a aquel chiste del hombre que, mientras se
masturba y bebe gaseosa de la botella, exclama: “¡Esto es vida, champán y
mujeres!”. La técnica consiste en atribuir la máxima rimbombancia a las
denominaciones y el mínimo alcance a las definiciones.
Pues efectivamente, diplomacia pública de Cataluña, según reza el artículo 2.i) de la ley 16/2014 de acción exterior de la Generalidad, significa: “cualquier
actuación de un agente público o privado que tenga una incidencia
efectiva y positiva en la opinión pública exterior con el objetivo de
potenciar la imagen, la influencia y el prestigio de Cataluña en el
exterior”.(...)
En suma, Marc Márquez con una señera, a poder ser estelada, o
quienquiera que ejerza como grupo de presión, a poder ser
independentista y aunque sea a sueldo, como Independent Diplomat, es un agente de la diplomacia pública catalana. (...)" (Jordi Carrillo, Crónica Global, Miércoles, 29 de abril de 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario