"El ex director de La Vanguardia Lluís Foix, ahora uno de las
principales firmas de opinión del diario del Grupo Godó, ha cargado
duramente contra lo que considera un "elevado control político" de la
Generalidad, en tiempos de los gobiernos autonómicos de Jordi Pujol
-pero también ahora-, a los medios de comunicación catalanes, tanto
públicos como privados. llegando a relatar que el expresidente
autonómico se escribía autoentrevistas, con preguntas y respuestas, que
había que publicar "sin tocar una coma".
"Aquí había un oasis de aguas igualmente putrefactas, una fosa
séptica perfumada, un silencio clamoroso por parte de todos", explica
Foix en un artículo en su blog personal,
hablando del clima político y periodístico en los años del pujolismo..
"Si Pujol escribía una entrevista, toda entera, con preguntas y
respuestas, se tenía que publicar sin tocar ni una coma", asegura. Y da
incluso detalles del modus operandi de Pujol.
"La víspera de la publicación llamaba para hablar de cualquier tema
pero para preguntar, finalmente, cuál era el título de la entrevista",
cuenta Foix. "Hombre, president, déjeme para mí esto", se exclama. "No permitía ni colocar ni formular una pregunta marginal", relata el ex director de La Vanguardia.
Foix explica que, en una ocasión, se negó a firmar una de esas
autoentrevistas, especificando, por el contrario, que se trataba de
"declaraciones recogidas por este diario". La reacción de Pujol,
durísima: "El silencio de Pujol duró varios meses. Estaba castigado. Me
había dicho ese día que quien mejor le hacía las entrevistas era Jordi
Pujol i Soley", cuenta el articulista.
"Más o menos como hoy"
Foix no limita su crítica a la época del pujolismo. "Muchos sabíamos
que había cosas que no iban bien. Olíamos corrupción pero no la
investigábamos", explica, aludiendo a la profesión periodística. "El
control político sobre los medios de comunicación, públicos y privados,
era muy elevado", cuenta. "Más o menos como hoy", remacha.
El prestigioso periodista ilustra su crítica con una crónica de
ambiente retrospectiva sobre un acto ritual de alto contenido simbólico
en la época: las chocolatadas en el Pati dels Tarongers del Palacio de
la Generalidad el día de Sant Jordi, cuando "el patriarca de Cataluña
celebraba su santo". "Estabamos todos. Y los que no estaban hacían cola
para estar", rememora.
"Consejeros, directores de periódicos, periodistas de política,
dirigentes de todos los partidos, empresarios, banqueros, constructores,
alcaldes y personajes de las letras estaban presentes", explica Foix.
Que cuenta que los presentes en ese acto anual "se arremolinaban en
torno al president para felicitarle", y que su esposa, Marta
Ferrusola, "iba saludando a aquella multitud que anhelaba tocar con las
manos el poder, el único poder, de Cataluña". (Crónica Global, 25/04/2015)
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