"(...) La posibilidad de que el soberanismo obtenga la mayoría absoluta parlamentaria en septiembre y que ERC haga una declaración unilateral de independencia
genera en el mundo de la empresa inestabilidad e inseguridad jurídica.
“Las compañías están haciendo sus planes de contingencia para saber cómo
puede afectarles la independencia y qué estrategia deben adoptar
porque, además, hay miedo de que en torno al proceso independentista se
genere una radicalización muy fuerte.
El dossier
España-Cataluña va a estar presente en los centros decisorios
financieros y si allí no ven el panorama claro desviarán sus inversiones
a otros destinos”, afirma Ramón Abel, vicepresidente de la Asociación
de Directivos de España.
“No hay deslocalizaciones de empresas, pero sí una pausa inversora”,
asegura el director de una gran firma exportadora catalana. “Las
inversiones directas extranjeras están siendo más bajas aquí que en el
resto de España porque la situación preocupa y las compañías están a la
espera de que el panorama político se despeje.
En las sedes centrales de
las multinacionales existe un gran interés informativo por saber qué va
a pasar. No entienden que este proceso político no esté pactado y canalizado.
Hay que tener en cuenta que las compañías hacen sus planes a 10 años
vista”, enfatiza este empresario que prefiere mantenerse en el
anonimato.
“El Gobierno catalán está completamente volcado en el
soberanismo y todo se resiente, incluida la política industrial. El
proceso ya está teniendo un coste”, añade.
Parte del empresariado contempla con estupefacción la ligereza con
que, desde las esferas oficiales, se plantea el proceso independentista.
“Yo también creo que Cataluña puede ser un Estado de la UE dentro de 10
o 15 años, pero no se puede ocultar a la gente que la transición sería
dura y tendría un alto coste en pérdida de inversiones y de nivel
adquisitivo, aumento del paro…”, indica Ramón Abel.
“Vamos a un
conflicto muy largo y aburrido en el que Cataluña se va a dejar muchas
plumas”, opina Jaime Malet. “Si no hacemos nada antes de septiembre, si no hay un gesto desde Madrid y dejamos que esto descarrile vamos a sufrir todos. No hay puentes, ni diálogo, ni caminos y el café para todos ya no sirve”, subraya Joaquim Gay." (
José Luis Barbería , El País,
17 FEB 2015)
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