"(...) La división entre las élites políticas tradicionales (y sus
conexiones y complicidades con las élites económicas) y el conjunto de
la ciudadanía ha alcanzado máximos históricos en democracia.
En España,
la expresión más clara es el ascenso irresistible de Podemos, que está
en condiciones de disputar ya el gobierno al bipartidismo hegemónico
desde 1977. Nunca el PP y el PSOE habían estado tan abajo en
perspectivas de voto.
La crisis, iniciada en el 2007, tuvo en el 15M la
expresión más clara de que algo importante se había roto. Sectores
importantes de la juventud, con significativos recursos cognitivos y con
capacidad elevada del uso de las redes digitales, entendieron que su
futuro estaba totalmente en cuestión, y que las élites gobernantes, no
solo no estaban dispuestas a cambiar, sino que iban a dificultar todo lo
que pudieran cualquier atisbo de transformación que condujera a reducir
la creciente desigualdad y la precarización generalizada de las
condiciones de vida.
Desde entonces, y de manera transversal, han sido muchos los que han
ido comprobando que los chicos y chicas del 15M tenían razón. Nos hemos
ido empobreciendo todos. Las cosas han ido a peor. (...)
En Cataluña, todo ello es aplicable en sus dosis correspondientes y con algunas diferencias de estilo. (...)
La crisis generalizada de la democracia española se ha leído aquí en
clave de oportunidad de regeneración democrática nacional catalana. E,
inteligentemente, buena parte de las élites económicas y políticas
catalanas, absolutamente cómplices de lo que ha sucedido y de las
políticas aplicadas en toda España, han tratado de camuflarse y
resituarse en esa perspectiva amplia, que resultaba movilizadora y
esperanzadora. (...)
Ya que, si bien entienden que aquí la crudeza del enfrentamiento entre
élites y ciudadanía está atemperado por el proceso de la consulta y ello
les da más aire, no están del todo seguros de cómo acabará la cosa.
Es
asimismo cierto que los nuevos sujetos políticos que han ido emergiendo
en España, como Podemos, tienen aquí más dificultad para encontrar sus
espacios. Se fortalece pues la idea de dos tableros de juego con
componentes peculiares y diferenciados. (...)" (
Joan Subirats , El País,
2 NOV 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario