17/11/14

Lo que está fuera de dudas es la independencia catalana contradice los intereses estratégicos de la izquierda estatal y la de las de la mayor parte de los países de Europa.

"(...) Segundo Una indepedencia en Cataluña sólo es imaginable en un escenario rupturista con el Estado, apostar por otro escenario es no estar en la realidad. Si el escenario británico sugiere una secesión pactada es porque el sí a la independencia no es mayoritario o porque se calculaba que no podía llegar a serlo. 

Esta caso de que Cataluña consiguiera ser independiente va a tener que hacer todo lo posible por recibir un reconocimiento por parte de las potencias occidentales dominantes y sus socios estratégicos como Israel: los persistentes contactos del nacionalismo catalán con este país son reveladores. 

La difícil búsqueda de este reconocimiento obligará al nuevo Estado a alinearse enteramente con los intereses de los países más influyentes  de la órbita occidental de forma similar a como ha sucedido en algunos países del Este de Europa. 

Es altamente improbable que la OTAN deje caer a su socio estratégico español a cambio de abrazar la causa de una Cataluña independiente. Incluso el país de la Unión Europea que desde finales del siglo XIX es más proclive a apostar por la fragmentación de grandes países y su satelitización -Alemania- podría ser reticente después de las consecuencias que ha tenido esta política tras su intervencionismo en Yugoslavia. 

Sin embargo, las cosas cambiarían radicalmente si en el esto del Estado triunfo un gobierno de izquierdas que amenace los pilares del  neoliberalismo (prevalencia de la propiedad financiera e inmobiliaria frente al trabajo, aplicación de políticas de ajuste etc.). 

En esta situación, una Cataluña independiente funcionará como una quinta columna incrustada en la península ibérica poniendo en peligro un proyecto republicano-antineoliberal como aquel por el que hoy lucha la izquierda española y europea: su posible independencia afecta seriamente los intereses estratégicos por el que hoy luchan ambas.  
Esta quinta columna torpedearía cualquier intento similar que pueda triunfar en países próximos como Portugal, Grecia o Italia impidiendo toda posibilidad, por ejemplo, de contruir un frente antineoliberal en el sur de Europa para poder enfrentarse a los poderes fácticos en Bruselas y forzar una renegociación de la deuda. 

Por lo demás, la salida de España del euro provocaría un reforzamiento inmediato de las posiciones independentistas en Cataluña o Euskadi lo cual nos remite a lo dicho arriba. (...)"      (

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