9/11/14

Estamos así ante una sedición pura y dura, cuyo resultado es una movilización de masas frente al Estado, paso previo a la independencia unilateral

"La desobediencia abierta de la Generalitat inaugura una nueva etapa en la crisis. Lo que hasta ahora era un proceso anticonstitucional de secesión, se convierte en una actitud declarada de sedición, esto es, de incitación a oponerse por todos los medios a las disposiciones del poder judicial con el propósito de imponer la independencia de Catalunya.

 La Generalitat ha roto la baraja, contando con el supuesto de que el Gobierno carece de medios, y posiblemente también de voluntad, por los costes que ello implicaría, para imponer el orden legal y evitar «el proceso participativo», léase consulta, léase referéndum de autodeterminación.

 Es lo que ha venido ocurriendo desde el principio, cuando Mas se montó en la oleada del 11-S de 2012 para actuar como si en vez de ser un órgano sometido a la Constitución, la Generalitat estuviera legitimada para asumir un poder constituyente, por nadie conferido,

Este último episodio aclara que de poco hubiera servido que Mariano Rajoy atendiese a las voces que desde entonces le conminaban a plantear la cuestión en términos de «diálogo» y no de «constitucionalidad». Para Mas y sus socios, el único diálogo válido consistía en que el Estado se olvidase de la Constitución de 1978 y diera vía libre al referéndum de autodeterminación, sin eufemismos. 

Hubo una situación similar, cuando en las ‘happy hours’ de ETA, voces parecidas decretaban el fracaso de la vía policial e insistían en «el diálogo» con el terror; no les interesaba saber que ETA únicamente hubiese admitido «dialogar» para que sus pretensiones se ratificaran al cien por cien. Igual que luego Mas. (...)

Rajoy no hizo el menor esfuerzo para explicar la postura constitucionalista. ¡Mira que era fácil reforzarla con el argumento de que la doble pregunta de la consulta, impidiendo votar contra la independencia a quienes no estuviesen por un Estado catalán en la primera, hacía del voto una farsa! 

Y ‘last but not least’ (por último, pero no menos importante), sometida a una propaganda obsesiva, la opinión pública visible en Cataluña está por la independencia. Pequeño detalle que se ha escapado a la Moncloa.

Lo que estuvo y está en peligro es la democracia, antes que la independencia. Mas y los suyos han jugado solos, dispuestos a poner sobre la mesa una interpretación torticera de los términos y las normas, con continuos encubrimientos. 

Estamos así ante una sedición pura y dura, cuyo resultado es una movilización de masas frente al Estado, paso previo a la independencia unilateral. Aquí no hay equidistancias: el Gobierno ha de defender el orden constitucional. Pero cómo, si lógicamente excluimos el recurso a la fuerza."        (ANTONIO ELORZA, EL CORREO – 08/11/14, en Fundación para la Libertad)

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