"(...) Estos son algunos de los elementos que harían del “proceso participativo” del 9-N una votación sin garantías:
Nadie controla la limpieza de la votación.
No se ha
llegado a constituir ningún órgano equivalente a la Junta Electoral
Central que vele por la limpieza del proceso y resuelva hipotéticas
reclamaciones tras el recuento. La Generalitat sí creó una “comisión de control” para la consulta original, y anunció que habría un órgano equivalente también para la consulta alternativa, pero finalmente no se ha constituido.
Preguntado por esta cuestión, un portavoz de la Consejería de
Gobernación admitió que no existe ese órgano y señaló que “se confía en
la buena fe de los voluntarios” que gestionarán la votación. (...)
Papeletas que no son nulas pero tampoco cuentan.
Para reforzar su mensaje de que el 9-N ya no es una consulta sino un “proceso participativo”, Artur Mas anunció por sorpresa hace diez días que no solo se aceptarán en las urnas las papeletas con la doble pregunta original,
sino cualquier otra papeleta que un ciudadano traiga de su casa y en la
que plantee su idea de lo que debe ser “el futuro político de
Cataluña”.
En teoría, si de verdad la Generalitat fuera a tener en
cuenta esas propuestas, el recuento podría complicarse mucho, porque
hipotéticamente podría haber cientos de propuestas distintas. Pero el
recuento no se hará así. Desde Gobernación explican que “no habrá votos
nulos” y que las papeletas que no contengan la pregunta original serán
agrupadas y clasificadas en el recuento como “otros”. Así que su
contenido, en la práctica, se obviará.
¿Cómo evitar que se vote dos veces?
Al no haber un
censo oficial y previo, una misma persona podría teóricamente votar en
un colegio y luego salir corriendo a votar a otro. La Generalitat admite
que no tiene ningún sistema informático capaz de cruzar los datos de
las distintas mesas de votación de forma inmediata, pero asegura que el
fraude no se producirá porque a cada persona le corresponde solo una
mesa de votación concreta, en función del domicilio que figure en su
DNI.
Las mesas de votación han sido asignadas a través de unas tarjetas
que los ciudadanos han podido imprimirse desde la web de campaña
habilitada por la Generalitat o llamando al 012. En los últimos días ha
habido gente que ha denunciado que la web permitía imprimir la tarjeta
de votación con nombres y direcciones falsas —Bob Esponja, Madonna...—.
Esas tarjetas, sin embargo, son solo informativas: para votar hoy será
necesario mostrar en la mesa el DNI, donde figurarán el nombre y la
dirección reales del votante, por lo que el Gobierno catalán sostiene
que no hay nada irregular en ese mecanismo.
Llevo años en Cataluña y no puedo votar. Yo ya no vivo en Cataluña y sí puedo.
Una persona que lleve años viviendo en Cataluña y quiera votar, pero en
cuyo DNI figure aún la dirección de, por ejemplo, Cuenca (su lugar de
origen), no podrá votar. Sin embargo, un catalán de nacimiento que lleve
años viviendo en Sevilla sí podrá participar en la consulta, si en su
DNI sigue estando la dirección catalana.
El portavoz de la Consejería de
Gobernación admite que esa paradoja podría darse hoy domingo (aunque
afectaría previsiblemente a un porcentaje muy pequeño de votantes), pero
señala que se ha pensado en una salida que se aplicaría a partir de
mañana lunes (porque la consulta se va a extender durante 15 días más):
quien viva en Cataluña pero no pueda acreditarlo con el DNI podrá acudir
con el certificado de empadronamiento a una de las siete delegaciones
del Gobierno catalán, que tendrá dos semanas para verificar la
documentación y tramitar el voto.
Interventores, presidente y secretario de la mesa, ¿de parte?
La Generalitat asegura que sigue al frente de la organización de la consulta, pero ha dejado la gestión directa de la votación a voluntarios y a las asociaciones soberanistas del Pacto por el Derecho a Decidir.
Esos voluntarios serán previsiblemente, de forma muy mayoritaria,
partidarios del proceso impulsado por el Gobierno catalán, que en los
últimos meses ha tenido un perfil netamente independentista.
No habrá,
como sí hay en un proceso electoral, interventores de las distintas
opciones en liza, ni una autoridad pública que se haga responsable de
nada. Eso arroja sobre la votación la sombra de la parcialidad. De
nuevo, la Generalitat fía la limpieza a la “buena fe” de los
voluntarios. Del recuento, según dijo Artur Mas ayer, sí se hará cargo
su Gobierno. (...)" (
Vera Gutiérrez Calvo
, El País, Madrid
8 NOV 2014)
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