"(...) Según Credit Suisse, incluso sin tomar en cuenta los riesgos de huida
de capital o los costes de adoptar una nueva moneda, Cataluña podría
perder hasta el 20% del PIB y se quedaría por debajo de la renta per
cápita media del resto de España.
1 Salida del euro y ausencia del BCE
La consecuencia más inmediata sería la salida de la Unión Monetaria
Europea, a la que Cataluña, como parte de España, pertenece desde 1999.
El nuevo país podría optar por seguir utilizando el euro de manera
unilateral, pero sin ninguna influencia sobre su tipo de cambio ni sobre
los tipos de interés. (...)
2 Sin supervisión bancaria europea
Cataluña también quedaría fuera de la unión bancaria puesta en marcha
por la zona euro, que ya cuenta con un Mecanismo Único de Supervisión
financiera (que desde el 1 de noviembre supervisa a las entidades
financieras españolas) y con un fondo de resolución bancaria que, a
partir de 2016, aspira a sumar 55.000 millones de euros para sanear o
liquidar las entidades financieras de la zona euro que atraviesen
dificultades. (...)
3 Sin fondos estructurales y fuera del BEI
La Comisión Europea ha reiterado, en relación con el proceso escocés y
catalán, que la escisión de un Estado miembro de la UE dejará a la
región escindida fuera de la Unión Europea, con la consiguiente pérdida
del derecho a los cuatro Fondos Estructurales y de Inversión Europeos:
el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo
(FSE), el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el
Fondo Europeo de Marítimo y de Pesca (FEMP). Entre 2007 y 2013, Cataluña
recibió 1.400 millones entre la aportación europea y su complemento del
Estado español. (...)
4 Impacto en los mercados y en la prima de riesgo
Si alguna enseñanza ha dejado la crisis es la de que los mercados se
han especializado en desaconsejar todo aquello que suene a desequilibrio
y a inseguridad. Y un buen ejemplo ha sido Cataluña, que ha incumplido
sistemáticamente los objetivos de déficit y deuda impuestos por el
Ejecutivo, lo que le ha obligado a recibir ayuda permanente del Estado
para pagar sus servicios públicos.
Una hipotética independencia de
España elevaría aún más la inseguridad y llevaría a la prima de riesgo a
niveles inasumibles, con el inconveniente de dejar de contar con la red
de protección del Estado español. El diferencial con el bono regresaría
a los niveles alcanzados en verano de 2012, cuando la prima de riesgo
de España alcanzó su máximo histórico rozando los 650 puntos. (...)
5 Dudas sobre la financiación, el déficit y la deuda
En 2013, Cataluña cerró con un déficit público del 1,97%, cuatro
décimas por encima de lo pactado con Hacienda, y la deuda superó los
57.000 millones, lo que supone un 29,9% del PIB. Unas cifras que no son
comparables ni homologables con el 3% de déficit y el 60% de deuda que
establece la Unión Europea como límite para sus países miembros. Lo que
parece evidente es que, fuera dela UE, la ingente deuda pública obligará
a generar más déficit, a menos que la economía catalana experimente una
mejoría importante, algo que parece poco probable. (...)
6 La caída del comercio y de los aranceles
(...) Una independencia de España y una salida de la zona euro le obligaría
a pagar un sobrecoste por los aranceles, ya que dejaría de beneficiarse
de las ventajas de pertenecer a una zona económica con libre
circulación de mercancías, que a su vez tiene firmados acuerdos de libre
comercio con otras naciones. El pago de esos sobrecostes haría mucho
menos competitivas las exportaciones catalanas frente a las de otras
autonomías en España y en Europa.
Otro factor a tener en cuenta sería el comercio intrarregional.
Cataluña destina gran parte de sus intercambios comerciales a abastecer a
sus propios ciudadanos, aunque más del 40% lo vende a otras autonomías.
El establecimiento de aranceles también sería un freno para aquellas
empresas españolas radicadas en otras regiones, que optarían por buscar
proveedores fuera de Cataluña ante el encarecimiento de sus productos.
7 Menos atractivo para la inversión extranjera
Al igual que ha sucedido con los mercados financieros, la inseguridad
jurídica es el peor argumento para atraer inversión extranjera. Aunque
la entrada de capital en muchos casos está sujeta a operaciones
puntuales, la estadística que elabora la Secretaría de Estado de
Comercio muestra como desde el inicio de la crisis Cataluña ha atraído
18.509 millones de euros, alcanzando el máximo en 2010 con inversiones
por valor de 4.825 millones. Y el mínimo, coincidiendo con el proceso
soberanista, ha sido este año. (...)
8 El riesgo de las deslocalizaciones
La búsqueda de costes más baratos ha provocado una fuga masiva de
capital extranjero de Cataluña desde el inicio de la crisis. En los
últimos años han cerrado sus fábricas multinacionales extranjeras como
Piaggio, Panasonic, General Electric o Bayer, impulsados por una mano de
obra más barata en el Este de Europa y especialmente en Asia.
Lo
sucedido a raíz de la consulta soberanista en Cataluña obedece más a la
inseguridad jurídica ante el escenario de tener residencia fiscal en un
país de nueva creación con todas las incertidumbres que ello acarrea. Y
han sido algunos empresarios catalanes los que se han expresado de forma
vehemente sobre lo que harían en el caso de que haya independencia de
España. José Manuel Lara, presidente del grupo Planeta, lo ve muy claro.
“Si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir”,
ha apuntado en numerosos foros empresariales. En 2010 había unas 3.000
empresas extranjeras localizadas en Cataluña. El 24% eran francesas,
seguidas por alemanas, italianas y estadounidenses.
9 ¿El fin de la gallina de los huevos de oro del turismo?
El turismo es uno de los principales sostenes de la economía
catalana. En 2013 acogió a 15,5 millones de visitantes internacionales,
el 25,7% del total, e ingresó 14.022 millones, el 23,7% del total. ¿Cómo
afectaría una salida de la zona euro? En principio no tendría ningún
impacto visible, aunque el principal problema sería el de conservar una
red de infraestructuras de la magnitud que soporta ahora. (...)
10 El coste de crear un nuevo país y del reingreso en la UE
El día después de la independencia, el Gobierno catalán tendría que
hacer frente a una serie de costes ingentes para garantizar los
servicios que presta y para proseguir en la senda del abaratamiento de
los costes energéticos.
En primer lugar, tendría que financiar la
constitución del nuevo Estado y hacerse cargo de aquellas partidas que
estaban aseguradas por el Estado español como las pensiones de los
jubilados catalanes, así como los incrementos salariales de los
funcionarios del Estado y de los militares.
Otro dato a tener en cuenta
es que debería continuar haciendo frente a los pagos del servicio de la
deuda pública española que le correspondiese, al menos durante algunos
años, y realizar algunas provisiones para infraestructuras inacabadas,
como las del tren de alta velocidad, y sobre todo las interconexiones
energéticas con Francia, consideradas vitales para garantizar un
suministro barato.
Una Cataluña independiente debería solicitar el ingreso en todas las
estructuras de la Unión Europea. En principio, como ya aclaró la
Comisión Europea antes del referéndum de Escocia, la negociación debería
partir de cero, por tratarse de un nuevo Estado con el que habría que
negociar desde su aportación al presupuesto de la UE a su presencia en
las diferentes instituciones (Parlamento Europeo, Tribunal de Justicia,
etc...) En ese caso, Cataluña debería iniciar un proceso de
incorporación como en el que se encuentran Turquía, Serbia o Montenegro,
con el riesgo de que cualquiera de los 28 socios actuales, incluida
España, pudieran vetar el camino en cualquier momento.(...)" (Carlos Molina
/
Bernardo de Miguel , Cinco Días, Madrid
/
Bruselas 09-11-2014)
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