"La secesión supondría para Cataluña una importante caída de los
flujos comerciales con el resto de España y con el resto del mundo; una
deslocalización y escisión de empresas; un sustancial aumento del
desempleo; un incremento del déficit del sistema de pensiones; una
reducción del PIB; un fuerte aumento del déficit y de la deuda de la
Generalidad; y se pondría en riesgo la liquidez del sistema financiero.
Estas son las principales conclusiones del informe 'Consecuencias económicas de una hipotética secesión de Cataluña' que ha presentado este jueves Sociedad Civil Catalana (SCC) en Barcelona.
Un proceso "muy costoso" y lleno de "incertidumbres"
En una intervención a través de un vídeo, Ángel Uribe, economista del
The Peterson Institute for International Economics, ha advertido de que
la secesión de Cataluña es un proyecto lleno de "incertidumbres" pero
con la certeza de que la transición sería "muy costosa".
El vicepresidente primero de SCC, Joaquim Coll, se ha preguntado si
"estamos dispuestos a sacrificar una generación entera por un futuro
desconocido, como han afirmado algunos miembros del Col·lectiu Wilson",
la plataforma de economistas independentistas encabezada por Xavier Sala
i Martín. Coll ha rechazado la secesión porque "ni la queremos, ni nos
conviene", y ha abogado por seguir "juntos y mejor".
El profesor de Economía Aplicada de la UAB Ferran Brunet ha comparado
la secesión con un "descenso a los infiernos" -en lo económico- y ha
advertido de que podría suponer un "colapso" de la economía que nos
haría "más pobres y menos libres".
El catedrático de Organización Económica Internacional de la UB
Francesc Granell ha considerado que es fundamental para los intereses de
Cataluña "no romper la unidad del mercado" español, y ha defendido que a
los catalanes "no nos ha ido mal" dentro de España.
El "efecto frontera" hundiría la balanza comercial
El informe destaca que actualmente la balanza comercial de Cataluña
es positiva (5,5% del PIB en 2013) gracias a los flujos comerciales con
el resto de España (que arrojan un saldo positivo del 9,7% del PIB), que
compensan con creces el déficit comercial con el resto del mundo (4,2%
del PIB).
La secesión implicaría lo que se conoce como "efecto frontera", esto
es, una reducción de los flujos comerciales con lo que hasta ese momento
era el mismo país y, desde entonces, pasa a ser un país extranjero.
SCC
apunta que, según diversos estudios basados en "experiencias
históricas", ese "efecto frontera" podría reducir las relaciones
comerciales con el resto de España entre un 25 % y un 70%. Así, estiman
que la balanza comercial de una Cataluña independiente podría tener un
saldo negativo del 3% del PIB.
Aumento del paro hasta el 34,4%
Otra de las consecuencias de la secesión sería la caída del stock de
Inversión Extranjera Directa (IED) a causa de la "pérdida de atractivo"
de Cataluña como "punto de conexión con el resto de España". Esta
reducción de la inversión extrajera podría ser del 33%, esto es, unos
20.000 millones de euros, e implicaría la deslocalización y escisión de
empresas actualmente instaladas en Cataluña.
Se estima que todo esto tendría consecuencias muy negativas para el
empleo, generando alrededor de 447.000 parados más (al reducirse un 16%
el número de empleados) y situando la tasa de desempleo en torno al
34,4%.
El sistema de pensiones, al borde de la quiebra
A su vez, y debido a la caída de cotizantes a la Seguridad Social, el
sistema público de pensiones aumentaría su déficit en 2.800 millones de
euros (el 1,5% del PIB), hasta situarse en los 4.500 millones de euros
anuales.
De esta forma, el ratio afiliados/pensionistas pasaría del 1,7 actual
al 1,5 (frente a la tasa media del 1,8 que registra en la actualidad
España), lo que dejaría el sistema al borde de la quiebra.
Las finanzas públicas tendrían un agujero de 16.000 millones
Por otra parte, las finanzas públicas también sufrirían un duro
golpe. SCC estima que el déficit de la Generalidad en una Cataluña
independiente sería de unos 20.000 millones de euros (el 10,3% del PIB).
Los cálculos se basan en un incremento de los gastos en 12.000
millones de euros (de los que 5.000 millones corresponderían a las
nuevas competencias en exteriores y defensa, así como por la ampliación
de las actuales; y otros 7.000 millones provendrían del pago de
intereses de la parte proporcional de la actual deuda soberana española
que asumiría Cataluña).
También se calcula un ahorro de 11.000 millones de euros del déficit
fiscal, pero se verían ampliamente compensados por los gastos de la
nueva hacienda y por la ineficiencia recaudatoria (3.000 millones), por
una menor recaudación por la recesión generada por la secesión (7.000
millones) y por un incremento de los gastos por desempleo (4.500
millones).
Esto supone que las finanzas públicas de la Cataluña independiente
deberían asumir unos recortes de alrededor de 16.000 millones que, sin
duda, afectarían a las partidas más sensibles, como educación, sanidad y
gasto social.
La deuda de la Generalidad se dispararía hasta el 118% del PIB
Además, la deuda de la Generalidad se cuadruplicaría, hasta alcanzar
los 228.000 millones de euros, lo que supondría cerca del 118% del PIB.
Esta cifra es mayor que la que actualmente tiene España, y 29 puntos del
PIB por encima del promedio de la UE.
Esta situación implicaría, a su vez, que la carga financiera de la
Generalidad (los vencimientos anuales de deuda junto al pago de
intereses) se multiplicaría por diez (desde el 2,3% del PIB actual hasta
el 20%), superando por mucho los máximos europeos y generando graves
problemas de acceso a los mercados y de coste de financiación.
El sistema financiero, en riesgo
Otro de los puntos más delicados de la secesión sería las graves
consecuencias que esta tendría sobre el sistema financiero. SCC destaca
que el conjunto de entidades bancarias tiene en Cataluña menos depósitos
que créditos concedidos (195.000 millones en depósitos frente a 292.000
millones en créditos concedidos). Este 'funding gap' (que es como se
denomina ese desfase) se financia por depósitos del resto de España y
por el BCE.
La independencia generaría un serio problema de liquidez que
afectaría al 22% del balance de las principales entidades y que supone
un 50% del PIB de Cataluña. Una situación que se agravaría con la salida
del euro (o, cuando menos, del sistema monetario europeo), y que
también podría conllevar una devaluación de la nueva moneda, lo que
afectaría a toda la economía y especialmente a los salarios.
Caída del PIB de entre el 7,4% y el 23,5%
Además, los principales bancos con sede en Cataluña (CaixaBank y
Banco Sabadell) tienen la mayor parte de sus depósitos en el resto de
España. Una situación que se vería alterada con la independencia (con
una probable retirada de fondos) y que les generaría problemas de
liquidez.
Según SCC, este escenario implicaría caídas del PIB de entre el 7,4% y
el 23,5% (basándose en diferentes estudios), y podría conllevar un
colapso de la economía y una situación de crisis permanente, al menos, a
medio plazo." (Alejandro Tercero, Crónica Global, Jueves, 23 de octubre de 2014)
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