"(...) En el asunto de las balanzas fiscales pasa algo parecido: lo
importante es el resultado. Y si no sale lo que quiero, hay que cambiar
de método. Y si sale lo que yo quiero, hay que quejarse de que no ha
salido antes. Y si ha salido antes, algo se me ocurrirá para quejarme.
Y
si salen los datos de 2011, hay que pedir los de 2012 (en eso me parece
que tendrían razón. Yo, hasta me atrevería a pedir los de 2013).
Con
sorpresa, veo que, con este método, Madrid está mucho peor que
Cataluña. Y están mal también Valencia y Baleares. Las demás están bien.
O
sea, que, desde mi ignorancia –porque en la Escuela Superior de
Ingenieros de Industrias Textiles de Terrassa, en aquel tiempo, Tarrasa,
no nos explicaron lo de las balanzas fiscales– pienso que aquello de
“Madrid nos roba” se ha de cambiar por “La Rioja, Navarra, Murcia,
Cantabria, Aragón…Andalucía nos roban”.
O sea, que 15 (también roban
Ceuta y Melilla, que estaban ahí tan calladicas) roban a 4.
¿Y qué
vamos a hacer en Cataluña ahora? ¿Aliarnos con Madrid, Valencia y
Baleares y demandar a las otras 15? Sería terrible. ¿Y de qué van a
hablar Artur y Mariano el día 30? Porque Mariano puede decirle, como
Paco el del BBVA, que está contento con la economía española y que la
balanza ya irá mejorando, pero que tampoco pasa nada, porque lo normal
en una familia es que los padres digan a los hijos más listos o más
trabajadores, o que han hecho mejores bodas, o que tienen más empenta o
más talento o más suerte, que echen una mano a los otros. (...)" (Paco y las balanzas, de Leopoldo Abadía en El Confidencial, en Caffe Reggio, 28/07/2014)
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