"(...) A la luz de las revelaciones, la acción y la historia de la piña familiar nacionalista alrededor del president
fácilmente se adapta al relato vulgar y penoso de cualquier grupo
humano, llámesele clan o mafia, conjurado en obtener el poder para
enriquecerse y defender luego la riqueza ilegalmente obtenida, al igual
que ha hecho Silvio Berlusconi en Italia durante dos décadas.
[...] Artur Mas, como presidente y como
político, tendrá difícil inmunizarse ante la infección revelada por
Jordi Pujol. Su entera historia profesional y política, incluida su
experiencia en la empresa privada antes de entrar en la política, se
identifica con el clan de los Pujol, a pesar de los esfuerzos
ostensibles por tomar distancias en momentos especialmente delicados.
El
actual presidente también ha conocido una historia de evasión de
capitales y regularización fiscal de su padre, ya fallecido, en la que
documentos de la policía de delitos económicos pretendían implicarle
personalmente, al igual que les sucedió a los hijos de Pujol. Muchos
deducirán que si los documentos referidos a estos últimos se han
revelado veraces, también podrían serlo los que se refieren a Artur Mas.
En todo caso, quedan debilitadas las teorías sobre una conspiración
antinacionalista pilotada desde el Ministerio del Interior que
pretendería erosionar sin base alguna al presidente ante el proceso
soberanista. Puede que haya habido conspiración, pero no hay dudas de
que también había una base en la que asentarse.
En cualquier caso, las
revelaciones afectan al menos a la solidez del liderazgo del proceso,
sometido ahora a nuevas presiones y con la imagen disminuida por la
contaminación inevitable que desprende la corrupción localizada en la
familia del ex presidente.
[...] En las bases más radicalizadas, que
imaginan el proceso como una ruptura con una transición fraudulenta y
con una casta corrupta, la caída de Pujol es el agua de mayo que regará
el proceso independentista, reafirmará al soberanismo en sus propósitos y
argumentará en favor de la bondad intrínseca de un Estado independiente
que refunde la democracia en Cataluña.
No es nada seguro, sin embargo,
que este mensaje amplíe las bases del soberanismo y lo refuerce entre el
electorado más burgués y moderado. Al contrario, la identificación del
pujolismo con la corrupción puede inhibir y disgustar a amplios sectores
sociales que se habían visto arrastrados suavemente desde el
autonomismo al independentismo, gracias entre otras cosas al viraje
ideológico de Pujol, de su familia y del entero partido detrás de él.
Basta con imaginar el efecto de eslóganes como España nos roba tras las revelaciones de la pasada semana [...]". (
Lluís Bassets
, El País, 28 JUL 2014 )
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