30/7/14

La independencia, no pactada, hoy, aquí y ahora... no es posible

"(...) Hace poco, una importante institución catalana me propuso la participación en un coloquio sobre la viabilidad económica de una Catalunya independiente. Su propuesta dividía a los invitados entre favorables y contrarios a la independencia. 

Y ahí está uno de los nudos gordianos del debate hoy: una cosa es la viabilidad económica en el medio o largo plazo, sobre la que no tengo ninguna duda; y otra, muy distinta, la independencia, no pactada, hoy, aquí y ahora. (...)

Y esta matización es crítica, porque este hoy tiene muchos calificativos: crisis en la construcción europea, gravísimos problemas económicos y endeudamiento exterior e interior exorbitante, y ello tanto para Catalunya como para España. 

Parte de estas dificultades son las que ha destacado el Consell Nacional per a la Transició Nacional, cuando afirma que la salida del euro podría crear incalculables consecuencias. Y en parte también, ello explica la posición de la canciller Merkel, que se ha mostrado tan claramente en contra de la secesión catalana.

Porque se esté o no a favor, hay que convenir que una independencia, no pactada y ahora, alteraría la estabilidad de un euro frágil y conllevaría incertidumbres financieras indeseadas. Y de sus consecuencias tenemos buena muestra: la segunda recesión se originó por la posibilidad de que España saliera del euro.

 Y el choque financiero que provocó nos puso de rodillas, impulsó una segunda ola de pérdidas de ocupación (1,7 millones de empleos destruidos), hundió a millones de hogares en la pobreza y retrasó en más de tres años el inicio de la modesta recuperación actual.

Ello me lleva a postular que hoy la independencia no es posible. Aunque mi convicción es, también, que si el resto de España no ofrece una alternativa en la que gran parte de catalanes se sientan cómodos y que sea, además, exigible, acabará llegando. Las crisis económicas no son eternas, y una vez se haya superado esta, el proceso puede tomar otros aires.

Con esta posición tan gris, entenderán que mi respuesta a los organizadores del evento fuera que excusaran mi presencia, lo que les pareció muy adecuado. Querían voces claras, a favor del si o del no, sin matices, y la mía matizaba en exceso. (...)"         (Blanco, negro y gris, de Josep Oliver Alonso en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 30/07/2014)

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