"(...) El caso Pujol es expresivo de mi punto de vista. En una Cataluña
independiente, Jordi Pujol Soley y toda su familia hubieran sido
intocables, como lo han sido hasta ayer, a pesar de las evidencias que
venían de "Madrid" y de que muchos conocían de primera mano la
proliferación en Cataluña de comisiones y otras alteraciones de la libre
competencia especialmente durante la década de los noventa. (...)
Soy mucho más comprensivo con las debilidades personales que con las
mentiras colectivas, aunque en el caso Pujol lo realmente relevante es
la doble moral, propia de predicadores y embaucadores de baja estofa.
El silencio de los medios de comunicación catalanes, tocados de
muerte tras el tristemente famoso editorial conjunto consecuencia de la
sopa boba de las subvenciones y la propaganda institucional, era
expresivo no de la existencia de un pretendido oasis sino de la vigencia
de la 'omertà'.
Mientras a nivel estatal los casos Juan Guerra, Roldán,
Eres, Urdangarín, Barcenas, Gürtel o cualquier otro siempre fueron
investigados por algún gran medio de comunicación -aunque sólo fuera
para hacerse la competencia entre ellos- en Catalunya el silencio ante
casos parecidos ha sido total o, como mucho, los medios se han limitado a
la mera publicación de las resoluciones judiciales, pero sin ninguna
actividad de investigación propia ni ninguna voluntad de ir más allá.
Cualquier información que no gustaba al poder ha sido obviada o negada
sistemáticamente.
La red clientelar tejida desde la administración catalana es muy
potente. Muchos temen perderla o que se debilite. Sueñan con ampliarla.
Estos son los más entusiastas secesionistas. Son los apóstoles del
pensamiento único, de la ley del silencio, del acoso político.
No es muy arriesgado vaticinar que una hipotética Cataluña
independiente nacería con dificultades económicas y políticas
relevantes. Ante esta situación, la caza de brujas contra el disidente
que ya existe ahora, aunque sea de forma incipiente, se reforzaría.
El
enemigo exterior y el interior, los quintacolumnistas que ya señalan en
TV3, serían la coartada perfecta para el autoritarismo, como ocurre en
tantos países que tratan de endosar a los demás sus propias
incapacidades.
Objetivamente un país pequeño, con pocos agentes económicos
relevantes, sin instituciones fuertes e independientes, tendría muchos
números para ser un estado débil más sometido a la presión de mafias y
multinacionales de lo que ya lo están otros más fuertes.
En definitiva, pensar que con la independencia los catalanes
ganaríamos en buen gobierno es tan o más difícil de sostener que decir
que seríamos más prósperos. El discurso del paraíso independentista se
derrumba día a día. (...)" (Francesc Moreno, Crónica Global, Martes, 29 de julio de 2014)
"(...) En Cataluña se agotan los "descalificativos" sobre el expadre de la patria.
Pilar Rahola, un referente ético (recuérdese la exclusiva de Mario Pucnik en este diario sobre su falso doctorado) pontifica en La Vanguardia sobre la moral, la verdad y la honradez. Transcribimos: "Estimado president, nos ha engañado. A estas alturas la afirmación no es ninguna novedad, pero sigue siendo la misma bofetada seca que nos golpeó al saberlo.
Y no hablo de la escandalera que han montado los sospechosos habituales, cocinando una gran olla con sus restos mientras invitan a las fiestas sociales a defraudadores de decenas de millones cuya españolidad está fuera de toda duda. En esta España de los Bárcenas, los Gürtels y los Eres, lo suyo podría parecer menor".
Hay cosas que no cambiarán nunca. La pasión por España de Rahola es de tal carácter que no pasa una columna sin atisbar en el origen de nuestros males el virus hispanicus. Y "Estimado president". Nótese que no le ha apeado el tratamiento. Pero es un demoledor reproche sentimental, una misiva personal cargada de desengaño e intimidades, una "Carta al president" como titula ella.
El juicio final es brutal, implacable, un "yo acuso" de poner los pelos como escarpias y la gallina de piel. Ahí va: "El tercer daño fue cuando todo empezó a salir en El Mundo y nos volvió a engañar. Le recuerdo diciendo que todo era mentira, y su palabra, president, tenía valor para muchos.
Podía haber hecho las cosas bien en aquel momento, pero decidió esperar tres años, tres años de mentir continuadamente. Y al final ha confesado a un mes de la Diada y a pocos meses de un reto histórico para Catalunya. No podía cerrar peor su carrera política. Qué triste! Ahora sólo le queda dimitir de todos sus cargos. Y no tarde, porque ya ha hecho bastante daño tardando 34 años en hacer bien las cosas".
Pujol, dese por jodido. Pilar Rahola, la musa de La Vanguardia, la capitana del CATN (ojo al último informe sobre la cuenta, nota o dolorosa de la independencia, que es más divertido que un grandes éxitos de Faemino y Cansado) le ha juzgado y condenado.
Siguiendo con el género gore de Rahola me permito dirigirme a Pujol en modo directo. "Señor Pujol, Pilar ha colgado su retrato boca abajo en el muro de la fama de los maridos infieles. Dice que vos le ha puesto los cuernos a Cataluña en vez de un piso en la calle Aribau y que eso es intolerable". Stop.
Del telegrama al "análisis". Lo más grande del caso es que ese referente mundial del periodismo, poseedora de todos los premios, títulos y reconocimientos posibles y que responde al nombre de Pilar Rahola no se haya enterado en 34 años del talante de quien tanto ha debido de contribuir al sostenimiento de sus gastos y al reconocimiento de sus desvelos, los de ella, por la querida Cataluña. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Martes, 29 de julio de 2014)
"(...) En Cataluña se agotan los "descalificativos" sobre el expadre de la patria.
Pilar Rahola, un referente ético (recuérdese la exclusiva de Mario Pucnik en este diario sobre su falso doctorado) pontifica en La Vanguardia sobre la moral, la verdad y la honradez. Transcribimos: "Estimado president, nos ha engañado. A estas alturas la afirmación no es ninguna novedad, pero sigue siendo la misma bofetada seca que nos golpeó al saberlo.
Y no hablo de la escandalera que han montado los sospechosos habituales, cocinando una gran olla con sus restos mientras invitan a las fiestas sociales a defraudadores de decenas de millones cuya españolidad está fuera de toda duda. En esta España de los Bárcenas, los Gürtels y los Eres, lo suyo podría parecer menor".
Hay cosas que no cambiarán nunca. La pasión por España de Rahola es de tal carácter que no pasa una columna sin atisbar en el origen de nuestros males el virus hispanicus. Y "Estimado president". Nótese que no le ha apeado el tratamiento. Pero es un demoledor reproche sentimental, una misiva personal cargada de desengaño e intimidades, una "Carta al president" como titula ella.
El juicio final es brutal, implacable, un "yo acuso" de poner los pelos como escarpias y la gallina de piel. Ahí va: "El tercer daño fue cuando todo empezó a salir en El Mundo y nos volvió a engañar. Le recuerdo diciendo que todo era mentira, y su palabra, president, tenía valor para muchos.
Podía haber hecho las cosas bien en aquel momento, pero decidió esperar tres años, tres años de mentir continuadamente. Y al final ha confesado a un mes de la Diada y a pocos meses de un reto histórico para Catalunya. No podía cerrar peor su carrera política. Qué triste! Ahora sólo le queda dimitir de todos sus cargos. Y no tarde, porque ya ha hecho bastante daño tardando 34 años en hacer bien las cosas".
Pujol, dese por jodido. Pilar Rahola, la musa de La Vanguardia, la capitana del CATN (ojo al último informe sobre la cuenta, nota o dolorosa de la independencia, que es más divertido que un grandes éxitos de Faemino y Cansado) le ha juzgado y condenado.
Siguiendo con el género gore de Rahola me permito dirigirme a Pujol en modo directo. "Señor Pujol, Pilar ha colgado su retrato boca abajo en el muro de la fama de los maridos infieles. Dice que vos le ha puesto los cuernos a Cataluña en vez de un piso en la calle Aribau y que eso es intolerable". Stop.
Del telegrama al "análisis". Lo más grande del caso es que ese referente mundial del periodismo, poseedora de todos los premios, títulos y reconocimientos posibles y que responde al nombre de Pilar Rahola no se haya enterado en 34 años del talante de quien tanto ha debido de contribuir al sostenimiento de sus gastos y al reconocimiento de sus desvelos, los de ella, por la querida Cataluña. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Martes, 29 de julio de 2014)
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