31/7/14

Así estamos, esperando el 9-N mientras el Gobierno catalán privatiza los elementos esenciales del Estado del bienestar

"(...) Alguien tan prudente, razonable, informado y moderado como Joan Boada Masoliver, un ex alto cargo del gobierno tripartito, lo ha señalado en estos términos:

“A nadie se le escapa que el llamado Procés es una ventana que abre a CiU la oportunidad de ocultar su hachazo, en plena crisis, al Estado del bienestar. De pronto Convergència se apunta a la independencia y se lanza a la conquista de un objetivo sin ninguna estrategia, sin ninguna hoja de ruta ni camino trazado, si exceptuamos la conducción de Cataluña hacía Ítaca, la isla del retorno y del nuevo amanecer… 

Parece que no han entendido que no es fácil liderar un proceso revolucionario en un partido de orden, que tiene un electorado liberal de centro derecha, nacionalista, pero sin exagerar, y que sus ideólogos, o sea los que les dan la pasta, no están para aventuras que pongan sus negocios en peligro. No hay que olvidar que el Gobierno de Mas se autodenominó amigo de los negocios.”

Y no sólo es eso, ahora viene lo mejor (es decir, lo peor): 

“Así estamos, esperando el 9-N mientras el Gobierno catalán, con el apoyo de ERC, lleva a término una clara estrategia, que empezó hace cuatro años, de destruir y privatizar los elementos esenciales del Estado del bienestar.

 Así, Cataluña se ha convertido en la zona de Europa donde han crecido más las desigualdades sociales, donde el paro juvenil llega al 50%, donde se han eliminado miles de empleos públicos, sobretodo en sanidad y educación, donde se reducen más drásticamente los beneficiarios y la cuantía de las prestaciones sociales, y donde la corrupción forma parte del ADN de este Gobierno. 

Cualquier país moderno esperaría un debate serio y sereno sobre los pros y contras de un proceso de independencia. En cambio se toman decisiones políticas electoralistas que conducen a la ciudadanía por un camino oscuro.

 Esto no quita que muchas personas en Cataluña tengan ganas de cambiar la situación, incluso de independizarse de España, pero eso no puede hacerse a golpe de ocurrencia, sin un camino trazado, sin un debate sereno y no puede estar en manos de una asamblea por más nacional y catalana que sea.” (es decir, de ANC, el gran aquelarre nacionalista encabezado normalmente por doña Carme Forcadell, ex ERC, una política, que trabaja entre tinieblas, que cree que existen formas correctas e incorrectas de “ser catalana”. La suya, por supuesto, se ubica entre las primeras).

Si es así, si lo que señala Joan Boada es correcto, la duda se impone: ¿qué sentido tiene entonces la alianza de ICV (o incluso de ICV-EUiA) con CiU en torno al dret a decidir no sé muy bien qué o, cuando se sabe, sobre el derecho a decidir una independencia-dependiente en clave nacionalista-independentista que ubica al resto de pueblos de Sefarad en el apartado “los otros”, “los extranjeros” y crea una profunda división entre las clases populares catalanas? (...)"             (Salvador López Arnal, Rebelión, 26/07/2014)

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