"La Fundació Bofill ha publicado estos días el informe Agenda de la
política educativa a Catalunya 2020-12 donde se demuestra que el
Gobierno de la Generalitat ha aplicado recortes selectivos en el ámbito
educativo que han perjudicado notablemente a los sectores más
vulnerables.
Estos han empeorado sus condiciones de educabilidad ya que
son los que necesitan especialmente el apoyo público para seguir
disfrutando de los pocos mecanismos que los pueden sacar de la pobreza.
Así, la opción de recortar en unos sectores y no en otros es una
apuesta ideológica. Para empezar se han cerrado más líneas y centros
públicos que concertados y en el desarrollo de la Llei d'Educació de
Catalunya (LEC) se ha priorizado el despliegue de conciertos con los
centros privados en la enseñanza post obligatoria, en detrimento de
otras normas como, por ejemplo, el desarrollo de la Formación
Profesional.
Los autores del estudio, los sociólogos Xavier Bonal i Antoni Verger,
afirman que los presupuestos educativos se han contraído un 20% en
términos reales entre 2010 y 2012 y que el gasto por alumno en términos
nominales ha caído un 20%.
También es una decisión ideológica hacer que
la reducción en educación (20,7%) sea superior a la del resto de
servicios públicos (15,4%). Esto hace que Cataluña esté en el grupo de
países europeos donde los recortes en educación han sido más severos y
han situado a Cataluña por debajo del 3% del PIB en esfuerzo educativo
el año 2012 (en el año 2010 estábamos en el 4,1%).
Si dejamos las grandes cifras y escrutamos las decisiones más
cercanas vemos que los recortes más duros han estado en la reducción de
profesorado y en el endurecimiento de las condiciones de trabajo de
interinos y sustitutos.
Estos recortes son indignos hasta tal punto que
una compañera interina con una hija a su cargo no llega a fin de mes
después de pagar el desplazamiento de su casa al centro de trabajo, las
comidas y la persona que tiene que recoger a su hija en la escuela.
Otra clara intencionalidad ideológica en los recortes se demuestra
cuando la Generalitat decide reducir a la mitad sus aportaciones para
financiar la educación infantil. Esta etapa educativa no es obligatoria
pero es un período decisivo para el desarrollo de los niños y niñas por
lo cual, es imprescindible proteger a este sector.
Asistimos al cierre
de grupos de 0-3 años en diversos Ayuntamientos y, paradójicamente, en
la actualidad hay más plazas públicas disponibles que demanda existente,
por el coste que supone para las familias acceder a este servicio
básico. (...)
La derecha nacionalista gobernante (CiU y ERC) lo tiene claro: hay
que aprovechar la coyuntura de crisis y el ensimismamiento de la
ciudadanía catalana con el procés independentista, para aplicar
sus tesis liberales en educación, que se resumen en la segregación
educativa. Los ricos podrán pagar una escuela infantil privada, una de
educación primaria y secundaria concertada y podrán acceder a la
universidad pese a las carísimas matrículas.
Los otros, los empobrecidos, tendrán una enseñanza pública gratuita a
partir de los 3 años, con clases masificadas, como ahora, con el
profesorado mal pagado y desmotivado, como también ya está pasando, y
cuando lleguen a la formación profesional o a la universidad, tendrán
dificultades para pagar las tasas de matriculación.
Así, pasaran a
engrosar el ejército de trabajadores disponibles, que gracias a la
reforma laboral del PP i CiU, se les ofrecerá cualquier tipo de trabajo
con un salario bajo, un contrato precario, con pocos derechos laborales y
sociales, sometiéndoles a un nuevo esclavismo.
Ante esta situación, el consejero de Sanidad parece haber descubierto
las razones del alto fracaso escolar entre nuestros estudiantes: “Es
debido, en parte, a que los estudiantes consumen cannabis”.
¿No les parece insultante que el responsable de un departamento en el
que diversos altos cargos han sido imputados por enriquecerse a costa de
los presupuestos públicos, diga semejantes sandeces?
Pues así vamos en
Cataluña, gobernados por una tropa de liberales de derechas que ejecuta
con precisión la destrucción del Estado del Bienestar empobreciendo a
buena parte de sus conciudadanos a través de recortes selectivos con una
clara intención ideológica. A pesar de todo, las encuestas dicen que la
mitad de los catalanes apoyan al gobierno de CiU y ERC. ¿Masoquismo o
exceso de cannabis?" (Joan Boada I Masoliver
, El País 25 MAR 2014 )
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