"En este debate hay dos cuestiones que han sido ya enunciadas por diversos participantes y que formuladas como preguntas serían:
¿Es de izquierdas ser nacionalista? (...)
¿Es de izquierdas ser nacionalista? (...)
Mi respuesta a ambas preguntas es NO; por lo menos en este contexto nuestro de la independencia de Cataluña.
Para argumentar el primer No, tenemos que preguntarnos qué es ser de izquierdas y qué es ser nacionalista.
Ser de izquierdas es fundamentalmente creer en la igualdad de los hombres y mujeres, independientemente donde vivan, a qué se dediquen, su estado, su sexo, su raza, su dinero o su formación. Ser de izquierdas es querer derechos y libertades iguales para todos.
Ser de izquierdas es
ser solidario con los desposeídos, desfavorecidos y discriminados. Ser
de izquierdas es apuntarse a todas las luchas en favor de la justicia
estén aquí o allá.
Ser nacionalista es defender primeramente lo nuestro, preocuparnos sobre todo o exclusivamente de nuestro entorno inmediato, hacer valer privilegios y prebendas, ensalzar la diferencia.
Ser nacionalista es
mantenerse alejado de los otros para no compartir nuestras riquezas ni
sus infortunios.
Ser nacionalista es querer tener un gobierno propio
para poder descolgarse de cualquier lucha que no les favorezca
especialmente o que implique un esfuerzo importante. Es decir, valores
totalmente contrapuestos.
La izquierda catalana, abrumadoramente secesionista, defiende su posición con la etiqueta de la identidad. Etiqueta incomprensible para los demás, que sin abjurar de nuestro cariño por la tierra en que nacimos pretendemos un mundo sin fronteras, sin caciques locales y sin privilegios por razón de nacimiento. (...)
En el supuesto caso que el proceso de independencia ocasionase un serio
perjuicio en lo económico y en lo social a las mujeres y hombres que
siguiesen viviendo en la parte de España no independizada. ¿Cuál sería
la posición de la izquierda catalana?" ('Adiós España', ernesto Joaquín, 09/03/2014)
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