"Los Roig-Riera son una de las miles y miles de familias que ayer
salieron a la calle en toda Cataluña para reclamar el derecho a decidir
sobre la independencia de Cataluña. Varias generaciones, desde bebés en
el carrito hasta ancianos en silla de ruedas.(...)
“Nunca nos hemos sentido españoles”, subrayaba Santi.“Toda nuestra
familia es de aquí, no tenemos ningún vínculo con España”, añadía Anna.
Se sienten independentistas y argumentan que están “hartos de ver que
mucho dinero se va a España y que mientras en otras regiones tienen
mejores servicios públicos, nosotros sufrimos recortes.
¿Qué pasa, que
trabajamos para otros?”, pregunta Anna. La otra pata de su sentimiento
es cultural: “Somos muy distintos, me siento mucho más europea que
española”, prosigue Anna con sus argumentos y asegura que no es un
sentimiento de superioridad, sino de distancia. (...)
Tras almorzar en el espacio habilitado junto a los tramos 478 y 479 —de
la rotonda de la antigua Renault al Hispania, como se conocen
popularmente los extremos—, la emoción subió de tono.
“¿Qué quiere esta
gente? ¡Cataluña independiente!”, “¡I-inde-independencia!”, “No queremos
ser una región de España, no queremos ser un país ocupado” clamaban y
cantaban las ya miles de personas congregadas. (...)
¿Y si la capital española hace caso, si se acaba celebrando la consulta,
qué puede pasar? “Cinco o diez años atrás, el apoyo al sí hubiera sido justito, pero la crisis nos ha ayudado a abrir los ojos”, concluía. (...)" (El País, 12/09/2013)
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